Los síntomas de las alergias primaverales son estornudos, picor de ojos, congestión nasal, tos y, en algunos casos, dificultad para respirar Leer Los síntomas de las alergias primaverales son estornudos, picor de ojos, congestión nasal, tos y, en algunos casos, dificultad para respirar Leer
Estornudos, picor de ojos, congestión nasal, tos y ahogos son la tónica de los últimos días en España. Quién no conoce a alguna persona en su entorno cerca que no sufra uno, o todos estos síntomas. Y es que nuestro país se encuentra en plena explosión del polen del olivo y las gramíneas, dos de los alérgenos que más sufren los españoles. Más de la mitad de la Península está en nivel rojo en partículas de estos pólenes suspendidas en el aire, según la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC).
Sobre este tema ha hablado con Europa Press el jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario General de Villalba (Comunidad de Madrid), el doctor Ignacio Esteban Gorgojo. El especialista ha afirmado que las alergias primaverales, entre las que se destacan las gramíneas y el olivo, ya afectan al 20% de la población.
«El inicio y la intensidad de la temporada dependen de dos factores: la lluvia invernal, que favorece el crecimiento de la vegetación, y las temperaturas de primavera que, si se mantienen entre 20 y 30 grados, activan la polinización», ha apuntado el especialista.
Tras ello, ha advertido que este año hay una vegetación «muy desarrollada», lo que puede dar lugar a elevados niveles de polen si se dan las condiciones térmicas adecuadas, y provocar síntomas como picor de ojos, nariz paladar u oídos, mucosidad, estornudos, congestión nasal, o incluso manifestaciones asmáticas como tos, sensación de falta de aire o pitos al respirar.
«Muchas veces se confunden con un catarro, pero si estos síntomas se repiten año tras año en la misma época, probablemente estamos ante una alergia al polen», ha aclarado, tras lo que recuerdo que estos pueden agravar patologías respiratorias previas como el asma, que puede ser controlada si se trabajan los desencadenantes alérgicos mismos.
Para ello, se debe identificar primero el alérgeno que la desencadena, tras lo que se establece un tratamiento basado en antihistamínicos, corticoides tópicos, broncodilatadores y, en determinadas situaciones, inmunoterapia.
«La inmunoterapia, comúnmente conocida como ‘vacunas’, es el único tratamiento que actúa sobre la causa de la alergia y no solo sobre sus síntomas. Más del 90% de los pacientes que la reciben experimentan mejoría», ha manifestado.
Además de estos tratamientos, los efectos que producen las alergias primaverales sobre el bienestar y las actividades cotidianas pueden abordarse mediante otras estrategias, como el uso de mascarillas FFP2 o FFP3 durante los días con mayor concentración de polen.
«Antes costaba que los pacientes aceptaran su uso, pero tras la pandemia todos las conocemos y hemos usado», ha apuntado el doctor Esteban, quien también ha aconsejado ventilar la vivienda a primera hora de la mañana, evitar salir al campo en días secos y ventosos, y ducharse al llegar a casa tras haber estado al aire libre. En ese sentido, ha recalcado que existen herramientas eficaces para que las personas alérgicas puedan mantener su actividad habitual, incluido el deporte, sin que la alergia «defina» su vida.
Si bien los niños y adolescentes son los más afectados, cualquier persona y a cualquier edad puede desarrollar una alergia respiratoria. «Nadie nace alérgico. Todos los alérgicos lo son a partir de un momento determinado. Es el entorno el que nos condiciona», ha insistido.
Los alérgicos al polen del olivo viven estos días su calvario particular tras la explosión de la floración hasta niveles extremos, una situación que complica, y mucho, la vida cotidiana de los afectados por este mal. La floración del olivo ha irrumpido con fuerza esta semana como resultado de las intensas precipitaciones de los últimos meses y el repunte de las temperaturas de los últimos días.
«Lo que estamos viendo este año, con las temperaturas más suaves de lo habitual, es que los alérgicos tienen síntomas mucho más agresivos», indica a EFE Manuel Alcántara, jefe de Alergología del Hospital de Jaén, donde cada año tratan a 200 nuevos alérgicos.
De hecho, las previsiones oficiales del Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) apuntan a que esta campaña habrá concentraciones de 16.000 a 19.000 granos de polen por metro cúbico (pero el acumulado de todos los tipos de polen), lo que anticipa que será una primavera muy complicada para los alérgicos son las del sur peninsular, especialmente en Jaén, Córdoba, Sevilla, Badajoz y Cáceres.
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha determinado que «el polen del olivo es la segunda causa más frecuente de alergia respiratoria en España».
Pero en puntos como Andalucía, áreas de Extremadura y Castilla-La Mancha, donde su cultivo es muy amplio, es considerada la causa principal de alergia.
El periodo de polinización del olivo se prolonga desde finales del mes de abril, mayo y bien entrado el mes de junio, aunque depende de las condiciones climáticas de cada año.
Las gramíneas -se calcula que hay unas 9.000 especies- dominan cerca del 20% de la superficie vegetal del mundo, y en España son también muy comunes en bordes de arroyos, caminos, carreteras, cultivos y en la periferia de entornos urbanos.
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