A Marieta Jiménez se la puede definir como una «profesional con propósito». Desde que era niña, tuvo claro que quería dedicar su vida a algo que tuviera un impacto positivo en la sociedad. Su amor por la Biología y la Bioquímica la puso en el camino de la Pharma. En la infancia, coleccionaba prospectos de recetas médicas, mientras soñaba con que algún día podría aliviar el sufrimiento de personas enfermas con el descubrimiento de nuevos fármacos. Hoy, la presidenta de Healthcare de Merck en Europa es todo un ejemplo de que, si te lo propones y trabajas para ello, se puede llegar a lo más alto de una de las mayores farmacéuticas del mundo, independientemente del género. Una carrera de éxito con la que quiere inspirar y ayudar a otras mujeres a «creérselo» y a romper el techo de cristal que, a menudo, no las deja avanzar. En una semana marcada por la celebración del Día Internacional de la Mujer, Marieta Jiménez recuerda la importancia de seguir impulsando la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral. Como presidenta de ClosinGap, la plataforma impulsada por ella misma desde Merck y que integra a catorce grandes compañías, advierte de que España no se puede permitir el lujo de «desperdiciar» el 50% del talento de su fuerza laboral por el enorme impacto que supone, no solo para la sociedad, sino también para la economía, ya que la igualdad plena supondría un beneficio de más de 255.000 millones de euros, el 17,1% del PIB.
¿Por qué son importantes Índices como el que elabora ClosinGap?
Herramientas como el Índice ClosinGap nos ayudan a visualizar claramente los datos. Para conseguir cambiar algo, lo primero que hay que hacer es conocerlo en profundidad y tener un diagnóstico concreto de lo que está pasando. Recientemente, hemos presentado la quinta edición, y hemos visto que, poco a poco, vamos cerrando la brecha de género (la hemos recortado en 0,8 puntos), pero aún debemos seguir avanzando, porque todavía tenemos un 34,3% de oportunidad para mejorar en la igualdad.
El índice también cuantifica el impacto económico…
La igualdad total contribuiría a la economía en más 255.000 millones de euros, el 17% del PIB . Es una cifra absolutamente significativa y que demuestra que la igualdad equivale a crecimiento económico y a progreso.
Entonces, ¿hay avance?
Sí. Hemos avanzado considerablemente gracias a lo que estamos haciendo desde todos los ámbito. Hace una década, el porcentaje de mujeres en los consejos de administración era del 14% y, hoy en día, asciende al 37,3%.
Ha hablado de los consejos de administración, pero ¿qué ocurre con los puestos directivos, donde a las mujeres les cuesta romper el techo de cristal?
Tenemos estructuras y condicionamientos históricos muy arraigados en nuestra sociedad . No es tanto un tema empresarial como de educación y estructura familiar. Lo que necesita la igualdad fundamentalmente es colaboración y alianzas. Precisa de que tanto la sociedad como las empresas y las administraciones públicas trabajen juntas para avanzar en la misma dirección e ir cambiando las cosas
¿Qué políticas serían necesarias?
Todo lo que tiene que ver con la conciliación es muy importante. De hecho, en nuestro índice, este apartado es el que peor puntúa y, por tanto, en el que queda aún más brecha por cerrar. Las administraciones, por tanto, tienen que generar políticas que favorezcan la conciliación porque, al final, no es solo un tema de mujeres, sino de corresponsabilidad. Las empresas también tienen que fomentar planes, tanto para hombre como para mujeres, que posibiliten la igualdad. Todo lo que se haga en las organizaciones, ya sean jornadas flexibles o soportes a la maternidad, se debe plantear de la misma forma independientemente del género.
La CEO de Merck, Belén Garijo, o usted misma como responsable en Europa de Healthcare son mujeres ¿Es su compañía una «rara avis» en el mundo empresarial?
Merck es una empresa claramente comprometida con la igualdad. Llevamos trabajando años para que esto sea así. Somos una compañía donde tenemos muchas mujeres en posiciones de liderazgo porque creemos firmemente que la igualdad, la paridad, la diversidad y la inclusión son herramientas de progreso y de éxito empresarial.
¿Cómo está el sector de la Salud en lo referente a igualdad?
Es un sector que está a la cabeza y que es pionero. El 51,9% de los empleados y el 45,2% de los puestos directivos son mujeres. Algo lógico, porque cuantas más mujeres tienes en la base de la pirámide y cuanto más programas y políticas de igualdad aplicas, fomentas que puedan llegar a posiciones de responsabilidad, y eso va generando un cambio porque se van convirtiendo en referentes, y tienden a mentorizar a otras mujeres, algo que rompen tópicos y prejuicios y genera un clima saludable de progresión.
¿Usted se considera un referente?
No me considero un referente, sino una persona con una convicción plena desde hace muchos años de que la igualdad es una herramienta de progreso. Me gusta mucho estar en contacto con las jóvenes y futuras líderes. Necesitan que las ayudemos y que las impulsemos. Personalmente, tengo mucha confianza en las nuevas generaciones.
¿Y quiénes son sus referentes?
Mi padre, que me enseñó el valor del esfuerzo y a soñar; mi madre, que me mostró la importancia de la dedicación y de querer ser mejor cada día, y nuestra CEO, Belén Garijo, que es para mí, y muchas mujeres, una inspiración.
¿Cómo se puede ser madre y llegar a ser responsable europea de una multinacional farmacéutica y no morir en el intento?
Creo que si tienes un propósito claro en tu vida, se puede llegar a todo. Desde que era una niña, he querido ayudar a los demás. Encontré mi vocación en la Ciencia porque me parecía que dedicarse a desarrollar fármacos para ayudar a personas que sufren y curarlas era un propósito, sin duda, extraordinario . Y a eso dediqué mi carrera. Nunca he sentido que tuviera que renunciar a nada. Procuro ser feliz desde que me levanto por la mañana, y me apasiona todo lo que hago, por lo que siempre he encontrado un momento para todo. También he tenido esa corresponsabilidad de la que hemos hablado y que es tan necesaria.
¿Ha sentido alguna vez que ha tenido menos oportunidades por el hecho de ser mujer?
Obviamente, las mujeres durante décadas hemos estado inmersas en una lucha para que nos tuvieran en cuenta. En mi caso, he tenido la convicción personal de que siempre que he tenido que levantar la mano, decir lo que pensaba y postularme se me ha escuchado. Ha habido momentos en que no he sido seleccionada para un determinado puesto, y eso me ha ayudado a formarme más y a buscar nuevas estrategias. Entonces, creo que, al final si eres una persona curiosa y apasionada, las negativas se pueden ver como oportunidades para seguir creciendo.
¿Qué le diría a las niñas y jóvenes que la admiran y quieren ser como usted?
Pues que, al final, venimos a este mundo para disfrutar de lo que hacemos. Entonces, las animaría encarecidamente a buscar su pasión y a visualizar qué se ven haciendo en el futuro. Una carrera de liderazgo es una decisión personal que conlleva mucho esfuerzo. Tienen, primero, que decidir lo que quieren hacer y, una vez que han tomado su decisión, se tienen que formar, trabajar y levantar la mano y decir: «estoy aquí y quiero participar». En definitiva, les diría que luchen por lo que creen porque, al final, con esfuerzo, pasión, cariño y determinación, lograrán sus objetivos.
¿Qué balance hace de su carrera profesional?
Siento mucha satisfacción personal. Quiero pensar que he ayudado a personas en el camino y que he conseguido que mi vida y mi carrera tuvieran ese propósito al que aspiraba cuando era niña. También forma parte de ese propósito ClosinGap. Estoy convencida de que con iniciativas como esta se genera un discurso más positivo, más optimista y más conciliador porque no hay que olvidar que la igualdad es un tema que nos afecta a todos, a hombres y a mujeres, pero también a la sociedad, a la administración y, como no, a todas las empresas.
La presidenta de Healthcare de Merck en Europa explica por qué es tan importante fomentar políticas que favorezcan la diversidad en las empresas
A Marieta Jiménez se la puede definir como una «profesional con propósito». Desde que era niña, tuvo claro que quería dedicar su vida a algo que tuviera un impacto positivo en la sociedad. Su amor por la Biología y la Bioquímica la puso en el camino de la Pharma. En la infancia, coleccionaba prospectos de recetas médicas, mientras soñaba con que algún día podría aliviar el sufrimiento de personas enfermas con el descubrimiento de nuevos fármacos. Hoy, la presidenta de Healthcare de Merck en Europa es todo un ejemplo de que, si te lo propones y trabajas para ello, se puede llegar a lo más alto de una de las mayores farmacéuticas del mundo, independientemente del género. Una carrera de éxito con la que quiere inspirar y ayudar a otras mujeres a «creérselo» y a romper el techo de cristal que, a menudo, no las deja avanzar. En una semana marcada por la celebración del Día Internacional de la Mujer, Marieta Jiménez recuerda la importancia de seguir impulsando la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral. Como presidenta de ClosinGap, la plataforma impulsada por ella misma desde Merck y que integra a catorce grandes compañías, advierte de que España no se puede permitir el lujo de «desperdiciar» el 50% del talento de su fuerza laboral por el enorme impacto que supone, no solo para la sociedad, sino también para la economía, ya que la igualdad plena supondría un beneficio de más de 255.000 millones de euros, el 17,1% del PIB.
¿Por qué son importantes Índices como el que elabora ClosinGap?
Herramientas como el Índice ClosinGap nos ayudan a visualizar claramente los datos. Para conseguir cambiar algo, lo primero que hay que hacer es conocerlo en profundidad y tener un diagnóstico concreto de lo que está pasando. Recientemente, hemos presentado la quinta edición, y hemos visto que, poco a poco, vamos cerrando la brecha de género (la hemos recortado en 0,8 puntos), pero aún debemos seguir avanzando, porque todavía tenemos un 34,3% de oportunidad para mejorar en la igualdad.
El índice también cuantifica el impacto económico…
La igualdad total contribuiría a la economía en más 255.000 millones de euros, el 17% del PIB . Es una cifra absolutamente significativa y que demuestra que la igualdad equivale a crecimiento económico y a progreso.
Entonces, ¿hay avance?
Sí. Hemos avanzado considerablemente gracias a lo que estamos haciendo desde todos los ámbito. Hace una década, el porcentaje de mujeres en los consejos de administración era del 14% y, hoy en día, asciende al 37,3%.
Ha hablado de los consejos de administración, pero ¿qué ocurre con los puestos directivos, donde a las mujeres les cuesta romper el techo de cristal?
Tenemos estructuras y condicionamientos históricos muy arraigados en nuestra sociedad . No es tanto un tema empresarial como de educación y estructura familiar. Lo que necesita la igualdad fundamentalmente es colaboración y alianzas. Precisa de que tanto la sociedad como las empresas y las administraciones públicas trabajen juntas para avanzar en la misma dirección e ir cambiando las cosas
¿Qué políticas serían necesarias?
Todo lo que tiene que ver con la conciliación es muy importante. De hecho, en nuestro índice, este apartado es el que peor puntúa y, por tanto, en el que queda aún más brecha por cerrar. Las administraciones, por tanto, tienen que generar políticas que favorezcan la conciliación porque, al final, no es solo un tema de mujeres, sino de corresponsabilidad. Las empresas también tienen que fomentar planes, tanto para hombre como para mujeres, que posibiliten la igualdad. Todo lo que se haga en las organizaciones, ya sean jornadas flexibles o soportes a la maternidad, se debe plantear de la misma forma independientemente del género.
La CEO de Merck, Belén Garijo, o usted misma como responsable en Europa de Healthcare son mujeres ¿Es su compañía una «rara avis» en el mundo empresarial?
Merck es una empresa claramente comprometida con la igualdad. Llevamos trabajando años para que esto sea así. Somos una compañía donde tenemos muchas mujeres en posiciones de liderazgo porque creemos firmemente que la igualdad, la paridad, la diversidad y la inclusión son herramientas de progreso y de éxito empresarial.
¿Cómo está el sector de la Salud en lo referente a igualdad?
Es un sector que está a la cabeza y que es pionero. El 51,9% de los empleados y el 45,2% de los puestos directivos son mujeres. Algo lógico, porque cuantas más mujeres tienes en la base de la pirámide y cuanto más programas y políticas de igualdad aplicas, fomentas que puedan llegar a posiciones de responsabilidad, y eso va generando un cambio porque se van convirtiendo en referentes, y tienden a mentorizar a otras mujeres, algo que rompen tópicos y prejuicios y genera un clima saludable de progresión.
¿Usted se considera un referente?
No me considero un referente, sino una persona con una convicción plena desde hace muchos años de que la igualdad es una herramienta de progreso. Me gusta mucho estar en contacto con las jóvenes y futuras líderes. Necesitan que las ayudemos y que las impulsemos. Personalmente, tengo mucha confianza en las nuevas generaciones.
¿Y quiénes son sus referentes?
Mi padre, que me enseñó el valor del esfuerzo y a soñar; mi madre, que me mostró la importancia de la dedicación y de querer ser mejor cada día, y nuestra CEO, Belén Garijo, que es para mí, y muchas mujeres, una inspiración.
¿Cómo se puede ser madre y llegar a ser responsable europea de una multinacional farmacéutica y no morir en el intento?
Creo que si tienes un propósito claro en tu vida, se puede llegar a todo. Desde que era una niña, he querido ayudar a los demás. Encontré mi vocación en la Ciencia porque me parecía que dedicarse a desarrollar fármacos para ayudar a personas que sufren y curarlas era un propósito, sin duda, extraordinario . Y a eso dediqué mi carrera. Nunca he sentido que tuviera que renunciar a nada. Procuro ser feliz desde que me levanto por la mañana, y me apasiona todo lo que hago, por lo que siempre he encontrado un momento para todo. También he tenido esa corresponsabilidad de la que hemos hablado y que es tan necesaria.
¿Ha sentido alguna vez que ha tenido menos oportunidades por el hecho de ser mujer?
Obviamente, las mujeres durante décadas hemos estado inmersas en una lucha para que nos tuvieran en cuenta. En mi caso, he tenido la convicción personal de que siempre que he tenido que levantar la mano, decir lo que pensaba y postularme se me ha escuchado. Ha habido momentos en que no he sido seleccionada para un determinado puesto, y eso me ha ayudado a formarme más y a buscar nuevas estrategias. Entonces, creo que, al final si eres una persona curiosa y apasionada, las negativas se pueden ver como oportunidades para seguir creciendo.
¿Qué le diría a las niñas y jóvenes que la admiran y quieren ser como usted?
Pues que, al final, venimos a este mundo para disfrutar de lo que hacemos. Entonces, las animaría encarecidamente a buscar su pasión y a visualizar qué se ven haciendo en el futuro. Una carrera de liderazgo es una decisión personal que conlleva mucho esfuerzo. Tienen, primero, que decidir lo que quieren hacer y, una vez que han tomado su decisión, se tienen que formar, trabajar y levantar la mano y decir: «estoy aquí y quiero participar». En definitiva, les diría que luchen por lo que creen porque, al final, con esfuerzo, pasión, cariño y determinación, lograrán sus objetivos.
¿Qué balance hace de su carrera profesional?
Siento mucha satisfacción personal. Quiero pensar que he ayudado a personas en el camino y que he conseguido que mi vida y mi carrera tuvieran ese propósito al que aspiraba cuando era niña. También forma parte de ese propósito ClosinGap. Estoy convencida de que con iniciativas como esta se genera un discurso más positivo, más optimista y más conciliador porque no hay que olvidar que la igualdad es un tema que nos afecta a todos, a hombres y a mujeres, pero también a la sociedad, a la administración y, como no, a todas las empresas.
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