La directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en el ojo del huracán desde hace semanas, ha defendido su gestión en rueda prensa y ha afirmado estar sufriendo «una campaña de descrédito» Leer La directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en el ojo del huracán desde hace semanas, ha defendido su gestión en rueda prensa y ha afirmado estar sufriendo «una campaña de descrédito» Leer
La directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, ha descartado dimitir de sus funciones y ha señalado al director gerente del centro, Juan Arroyo, «que es quien tiene las competencias económicas y de contratación».
«El gerente no ha aclarado a los medios que las cosas que se me imputan no son de mi competencia«, ha subrayado en una comparecencia ante la prensa en la que ha anunciado que está «estudiando denunciar las graves consecuencias de esta bicefalia ante la Fiscalía» y que ha pedido una reunión para tratar el tema con la Ministra de Ciencia, Diana Morant.
«Ustedes conocen mi cara pero yo soy solo responsable de la estrategia científica del centro», subrayó Blasco, quien afirmó ser víctima de una campaña «desinformación y bullying».
«Estoy siendo víctima de una campaña de acoso que tiene todos los ingredientes, como denigrar mi imagen, la de mi familia o no destacar ninguno de mis logros científicos», señaló Blasco, quien refirió que este tipo de acoso «lo sufrimos las mujeres, las mujeres que estamos en una posición de poder».
Sobre las acusaciones que se han publicado en los medios sobre el ejercicio por su parte de un posible abuso de poder, ha remarcado: «desde luego no he acosado en mi vida a nadie».
«En el CNIO hay protocolos para denunciar el acoso que están desde hace muchos años y que yo no he recibido ninguna denuncia de acoso excepto una reciente en la que se dirimió que no había acoso», añadió.
Al frente de la dirección científica del CNIO desde 2011, Blasco lleva semanas en el ojo del huracán, inmersa en críticas a su gestión y acusaciones de abuso de poder.
El pasado diciembre, Blasco puso su cargo a disposición del patronato del centro, que tiene prevista una reunión extraordinaria el próximo 29 de enero, en la que tanto Blasco como Arroyo deberán proporcionar, de forma independiente, una «explicación exhaustiva» de la situación del organismo.
Fuentes de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León, que forma parte del citado patronato, adelantaron ayer a este periódico que en la cita pedirán la dimisión de Blasco.
A las críticas por la deuda del centro, que arrastra un déficit de 4,5 millones de euros, se han sumado las quejas de numerosos trabajadores del CNIO, que han denunciado la carencia de medios del organismo y «una falta de visión institucional» de Blasco, por lo que han pedido su cese. 24 jefes de grupo y unidad del organismo pidieron por carta al Gobierno el pasado mes de diciembre el relevo de la directora científica. La semana pasada, científicos del centro volvieron a alzar la voz por «la comunicación ineficaz por parte de la dirección del CNIO» o «la incapacidad para conseguir financiación competitiva», entre otras críticas.
En su intervención, Blasco ha hecho primero un repaso de los avances conseguidos en el CNIO para, posteriormente, pasar a desgranar lo que definió como «dificultades» a causa de la bicefalia del centro, en el que existe una dirección científica, la que ostenta la propia Blasco, y una dirección gerente, ocupada por Juan Arroyo, que ya era director gerente en la etapa de Mariano Barbacid.
«Cuando entré en la dirección científica, en 2011, fue con la promesa por parte del presidente del patronato y de la Ministra de que iba a poder trabajar con un gerente nuevo, que designaría el propio ministerio», señaló Blasco, quien aclaró que, para ella, era importante arrancar en su cargo con un gerente nuevo porque «Juan Arroyo Muñoz y Mariano Barbacid fueron responsables de pedir unos créditos por valor de alrededor de 43 millones de euros para hacer un ambicioso programa de desarrollo de fármacos que no produjo los beneficios esperados en cinco años».
La devolución de estos créditos comprometía la viabilidad del centro, continuó Blasco, quien añadió que la creación de este programa contaba con «un informe negativo del entonces presidente del Consejo Asesor Externo del CNIO, Joan Massagué».
Según Blasco, hasta en dos ocasiones, don distintos gobiernos, estuvo a punto de producirse un cambio en la gerencia. Sin embargo, ese relevo no llegó a materializarse.
«Se pueden imaginar que aquello me dejó en una posición de inseguridad con este gerente que ha estado desde entonces dificultando mi labor», indicó Blasco, quien añadió que en los últimos años su «preocupación por la gestión de la gerencia ha ido aumentando debido a una demanda por prevaricación, tráfico de influencias, fraude y malversación a él y dos miembros de su equipo». Según ha podido saber este medio, una denuncia en este sentido contra la gerencia del centro se archivó.
«Las preocupaciones sobre su gestión», añadió, «también aparecen en un informe de auditoría complementario».
«Yo no quiero acusar a nadie pero quiero dejar claro con esto que yo no tengo las competencias de gestión de contratación del CNIO ni de las cuentas», continuó Blasco.
«Esta preocupación por el daño reputacional potencial que me podía suponer dirigir un centro de investigación donde yo soy la cara visible pero hay un gerente con graves imputaciones me llevó a escribir una carta el 8 de junio de 2022 a la presidenta del patronato del CNIO, por aquel entonces Raquel Yotti, pidiéndole que cambiara al gerente por la falta de confianza y por el miedo que me da tener un gerente con las imputaciones que había sobre su gestión cuando yo soy la cara visible del CNIO. No ocurrió nada en ese sentido», relató.
«La falta de transparencia se agravado desde este verano», añadió la directora científica quien anunció varias medidas, como la citada denuncia ante la Fiscalía o la preparación de un informe específico dirigido al Ministerio, «incluyendo que el gerente no ha aclarado en ningún momento ante los medios que las cosas que se me imputan no son de mi competencia».
Por otro lado, Blasco también anunció que ha pedido al patronato que se investigue «el origen de esta campaña de descrédito hacia el CNIO y hacia mi persona», así como una auditoría al Defensor del pueblo sobre su labor y la del gerente.
«Ustedes conocen mi cara, es la imagen del CNIO, pero yo soy solo su estrategia científica. Soy una investigadora que lleva muchos años con una vocación, servir a las personas y ganarle la batalla al cáncer. Soy ante todo una servidora pública que quiere culminar su tarea», subrayó.
A preguntas de los periodistas, Blasco descartó dimitir. «Toda la vida me he dedicado a investigar. Es mi misión y mi única competencia. Y aquellos que supuestamente se han dedicado a otra cosa creo que son los que deben abandonar el centro», indicó.
En referencia a la carta firmada por 24 jefes del centro, admitió que le «preocupa mucho lo que puedan decir un tercio de los jefes de grupo, porque el resto son jefes de unidad». Por ello, añadió, la semana pasada organizó una reunión «para aclarar cualquier tipo de cosa, para tener sugerencias para mejorar, etc».
«Ahora mismo, en medio de esta campaña de bulos y desinformación, creo que lo que tengo que hacer es defender el CNIO y culminar mi trabajo», concluyó.
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