Los grandes países europeos reclaman a Trump que no negocie unilateralmente con Putin el futuro de Ucrania

Las seis principales potencias europeas (Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y el Reino Unido) y la futura alta representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, la estonia Kaja Kallas, se han comprometido este martes a mantener su apoyo a Ucrania al cumplirse 1.000 días de la invasión rusa. También han advertido implícitamente al futuro presidente estadounidense, Donald Trump —que dentro de dos meses ocupará la Casa Blanca—, contra la tentación de negociar la paz con el presidente ruso, Vladímir Putin, de espaldas a Kiev y a sus aliados. Un mensaje que también ha resonado en Bruselas, donde las principales instituciones europeas han reafirmado su soporte a Ucrania “el tiempo que haga falta”.

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 Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y el Reino Unido aseguran que Rusia debe pagar las consecuencias de su agresión  

Las seis principales potencias europeas (Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y el Reino Unido) y la futura alta representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, la estonia Kaja Kallas, se han comprometido este martes a mantener su apoyo a Ucrania al cumplirse 1.000 días de la invasión rusa. También han advertido implícitamente al futuro presidente estadounidense, Donald Trump —que dentro de dos meses ocupará la Casa Blanca—, contra la tentación de negociar la paz con el presidente ruso, Vladímir Putin, de espaldas a Kiev y a sus aliados. Un mensaje que también ha resonado en Bruselas, donde las principales instituciones europeas han reafirmado su soporte a Ucrania “el tiempo que haga falta”.

En un comunicado difundido en Varsovia, los ministros de Exteriores del grupo conocido como G5UE+ —por la inclusión del Reino Unido, junto a los cinco grandes de la UE— se comprometen a “incrementar aún más” su “apoyo militar, económico y financiero a Ucrania”, al tiempo que se felicitan por el préstamo de 50.000 millones de dólares (unos 47.000 millones de euros) aprobado por el G-7 que garantiza a Kiev recursos suficientes para el próximo año. La nota no cita en ningún momento a Donald Trump, pero sí envía un mensaje claro al presidente electo de EE UU, que ha presumido repetidamente de que acabará en 24 horas con la guerra con Rusia.

Los titulares de Exteriores de las seis mayores economías del continente aseguran que “la paz solo puede negociarse con Ucrania, con los socios europeos, estadounidenses y del G-7 a su lado”, que debe basarse en la Carta de Naciones Unidas y que debe garantizar que Moscú paga “las consecuencias, también financieras” de su agresión.

A la reunión, en la que ha ejercido de anfitrión el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, han asistido sus homólogos de Alemania, Annalena Baerbock; Francia, Jean-Noël Barrot; e Italia, Antonio Tajani; así como Kaja Kallas, sucesora del español Josep Borrell al frente de la diplomacia europea. Los ministros de Exteriores del Reino Unido y España, David Lammy y José Manuel Albares (que acompaña a Pedro Sánchez en la cumbre del G-20 en Río de Janeiro), se han conectado por videoconferencia.

Además de comprometerse a mantener las “medidas restrictivas” contra Moscú para limitar el desarrollo de sus capacidades militares y su posibilidad de sostener su guerra de agresión contra Ucrania, los ministros europeos subrayan que ha llegado el momento de avanzar hacia “una mayor integración entre los Estados miembros de la UE, una cooperación más estrecha entre la UE y el Reino Unido y entre la OTAN y la UE” para garantizar la arquitectura de la seguridad europea, “atacada sistemáticamente” por Rusia.

Ante el riesgo de que la nueva Administración Trump dé un giro aislacionista a su política exterior y se desentienda de la seguridad de Europa, los seis países europeos apuestan por “renovar las bases de las relaciones transatlánticas” y garantizar “un reparto justo de cargas dentro de la Alianza Atlántica”, una vieja demanda de Washington que el vencedor de las elecciones estadounidenses ha elevado a la categoría de amenaza. Además, apuestan por fortalecer “la seguridad y defensa de Europa”, apoyándose en “el poder económico y financiero de la UE” para reforzar su industria militar, eliminando “obstáculos al comercio y la inversión en defensa”.

El comunicado difundido este martes incluye una serie de “capacidades críticas” en las que los países europeos deben centrar sus esfuerzos: la defensa aérea, los misiles de precisión de largo alcance, los drones, la ciberdefensa o la logística integrada. Y llama, también, a fortalecer la resiliencia de las sociedades europeas ante la desinformación y las actividades de guerra híbrida lanzadas por Moscú contra los países de la UE y la OTAN a una escala y con una variedad “sin precedentes”.

Los ministros subrayan que “los países europeos deben desempeñar un papel aún mayor a la hora de garantizar” su propia seguridad y se comprometen a seguir incrementando un gasto militar que, agregan, “en muchos casos, será necesariamente superior al 2% del PIB” ya comprometido y que España, con el 1,2%, está muy lejos de alcanzar.

Está previsto que la próxima reunión ministerial del G5UE+ se celebre en Berlín. El ministro José Manuel Albares ha ofrecido Madrid para el siguiente encuentro, probablemente ya bajo presidencia de Trump.

El inminente regreso a la Casa Blanca del impredecible líder republicano también remueve a Bruselas. El todavía alto representante de la UE, Josep Borrell, ha instado a los países miembros a no quedarse de brazos cruzados hasta que el magnate asuma la presidencia estadounidense, en enero.

“Los europeos no pueden estar en modo reactivo, esperando sentados a ver qué hace Estados Unidos y luego reaccionar, no podemos estar esperando a que Trump decida, nuestro apoyo a Ucrania debe continuar”, ha reclamado Borrell al comienzo de una reunión de ministros de Defensa de la UE, donde la decisión de Washington de permitirle a Kiev el uso de misiles de largo alcance para atacar objetivos en Rusia ha vuelto a ser discutida, igual que hicieron los ministros de Exteriores la víspera.

A pesar de que el responsable de Defensa alemán, Boris Pitorius, ha vuelto a subrayar el rechazo de Berlín a enviar a Ucrania sus misiles Taurus, Borrell, en su última cita de Defensa de su mandato, se ha mostrado confiado en que los países que se oponen acabarán cambiando de parecer. “Estoy seguro de que otros europeos seguirán el ejemplo de Estados Unidos” ha declarado, indicando que ya hay varios países que permiten a Ucrania usar este armamento contra objetivos militares en Rusia. “Ya lo están haciendo, bien abiertamente, otros sin decirlo”, ha afirmado.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que ha participado en el encuentro, también ha recordado que la Alianza Atlántica considera que “cuando los países entregan armas a Ucrania, es mejor no ponerles restricciones”, aunque a la par ha subrayado que la OTAN recomienda siempre “no hablar demasiado sobre lo que se está haciendo” en materia de ayuda a Kiev. Con todo, ha insistido, resulta “crucial” que Putin no se salga con la suya porque “no parará” en la frontera de Ucrania, lo que lo convierte en una “amenaza directa para Occidente”.

Bruselas se ha volcado este martes en que se cumplen mil días desde la invasión rusa de Ucrania con el país asediado. Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el del Consejo Europeo, Charles Michel, han asegurado el apoyo de la UE a Ucrania. Mientras, el Parlamento Europeo ha celebrado una sesión especial en la que ha participado, por videoconferencia, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, que ha pedido al bloque europeo que ayude a su país a “empujar a Rusia hacia una paz justa”.

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