Desde 1994, o incluso antes, cuando Pelé fichó por el Cosmos en 1975, en EEUU han existido diferentes proyectos por dominar el ‘soccer’. Ni siquiera han sido capaces de adoptar el nombre de «fútbol», que entra en conflicto directo con el ‘football’, el verdadero deporte norteamericano. Por eso, pese al Mundial que hubo y el que vendrá, Messi y todas las compras de equipos europeos, no existe una asimilación de las reglas generales del gran deporte global. Es algo que está quedando patente con el Mundial de Clubes. Desde 1994, o incluso antes, cuando Pelé fichó por el Cosmos en 1975, en EEUU han existido diferentes proyectos por dominar el ‘soccer’. Ni siquiera han sido capaces de adoptar el nombre de «fútbol», que entra en conflicto directo con el ‘football’, el verdadero deporte norteamericano. Por eso, pese al Mundial que hubo y el que vendrá, Messi y todas las compras de equipos europeos, no existe una asimilación de las reglas generales del gran deporte global. Es algo que está quedando patente con el Mundial de Clubes.
Desde 1994, o incluso antes, cuando Pelé fichó por el Cosmos en 1975, en EEUU han existido diferentes proyectos por dominar el ‘soccer‘. Ni siquiera han sido capaces de adoptar el nombre de «fútbol», que entra en conflicto directo con el ‘football’, el verdadero deporte norteamericano. Por eso, pese al Mundial que hubo y el que vendrá, Messi y todas las compras de equipos europeos, no existe una asimilación de las reglas generales del gran deporte global. Es algo que está quedando patente con el Mundial de Clubes.
Cuando este periodista intentó salir del Hard Rock Stadium después del Boca Juniors – Benfica, los empleados de seguridad del campo se negaban en rotundo a abrir la puerta, porque fuera, había un mar de cánticos del Xeneize que nunca se darán en un partido de los Miami Dolphins. El conjunto de la NFL formará parte del desembarco de la competición norteamericana en España, siendo uno de los dos conjuntos que estará presente el 16 de noviembre de 2025 en el Santiago Bernabéu ante los Washington Commanders.

La NFL, como deporte hegemónico de EEUU, impone sus reglas. Incluso cuando sale fuera de sus fronteras. Tanto es así que el Bernabéu tendrá que modificar completamente sus vestuarios para el gran evento del Bernabéu, a falta de conciertos por culpa de la normativa del ruido. Son instalaciones concebidas para 25 jugadores, pero en las plantillas de ‘football’ hay 53 jugadores, más cuerpo técnico y ‘staff’.
En el Mundial de Clubes, cubrir los partidos está siendo una experiencia en diferido de la que se puede huir yendo a la grada. La prensa trabaja desde un palco acristalado, con parteluces que dificultan la visión desde una posición escorada. Ideal para el desarrollo de un partido de la NFL, pero molesta para uno de ‘soccer’, un deporte que está revolucionando, con hinchadas como la de Boca, el moralismo del ‘statu quo’ del ‘show business yankee’.
Cuando uno accede a las gradas del Hard Rock Stadium se encuentra con dos carteles que ejercen de compendio de advertencias poco respetadas estos días de ‘invasores’ en las gradas de los Dolphins. El código más estricto es el que afecta al alcohol. Vayamos por partes. Los aficionados «que aparenten menos de 30 años tendrán que presentar su pasaporte»; no se sirve alcohol «a los que ya parezcan intoxicados».
Seguimos: «Hay un límite de dos bebidas por persona, algo que se acreditará con la identificación personal». En los partidos de la NFL no se vende alcohol a partir del tercer periodo y los seguidores, llamados ‘guest’ (invitados), que no tengan un carné válido y tengan menos de 21 años, pueden ser expulsados. Y nada de llevarse las bebidas, que parten de 20 euros, con impuestos, en el caso de las cervezas, para fuera del estadio.
Todavía más estricto es el código de conducta: «Cualquier miembro o invitado que que viole su código de conducta puede ser susceptible de expulsión, retirada de los tickets de temporada y un posible arresto». ¿Qué puede llevarte a esta situación? Múltiples comportamientos: desde el abuso verbal o físico contra los rivales, el lanzamiento de objetos o gestos obscenos. Salvo el segundo supuesto, todos se incumplieron en un Boca – Benfica tan respetuoso -convivieron ambas aficiones, algo impensable en Argentina- como pasional, algo inconcebible en el concepto americano del deporte.
Diario de Mallorca – Deportes