Las traiciones y pasiones desatan la edición más intensa de «La isla de las tentaciones»

Entre 25º y 30º grados se encuentra la isla de la República Dominicana durante todo el año salvo en el momento que llega el equipo de «La isla de las tentaciones», que cada edición se supera en cuanto a tentación y esta edición no es para menos. Este año no hay excusas, las dos villas ya han caído en la trampa y Sandra Barneda está viendo como sube la temperatura no para de subir en el concurso de Mediaset, que tendrá una segunda emisión este próximo miércoles, en la que veremos la famosa carrera de Montoya en la playa en la que descubriremos si consigue hablar o no con su pareja Ana, obsesionada con Manuel desde su entrada al programa.

Las nuevas parejas vienen fuertes

La última entrega de la octava edición de «La isla de las tentaciones» trajo consigo una hoguera que marcó un punto de inflexión para varios concursantes. Sandra Barneda adelantó que este momento sería crucial, y no se equivocó. Montoya fue uno de los más afectados al ver imágenes en directo de su novia Anita con Manuel, confirmando su peor temor. Desbordado por la rabia, rompió a llorar y hasta pateó la tablet, sintiéndose traicionado. Su desesperación lo llevó a huir hacia la orilla del mar, donde Barneda intentó calmarlo y convencerlo de continuar. Sin embargo, la noche no acabó ahí.

 

Después de ver cómo Anita quemaba el peluche que él le había regalado, Montoya terminó besándose con Gabriela, aunque luego rechazó compartir habitación con ella. Mientras tanto, en la villa de las chicas, Anita no solo se mostraba cercana a Manuel, sino que también protagonizó un beso con Sthefany, mostrando que había decidido dejarse llevar completamente por la experiencia. Paralelamente, Álvaro, el recién llegado, intentó integrarse en el grupo asegurando que quería demostrar que había cambiado y que ahora era una persona fiel. La tensión y los giros inesperados continuaron en una edición que ha dejado emociones a flor de piel.

 

Por otro lado, Eros vivió su propia decepción al descubrir que Bayán había caído en la tentación con Torres. Aunque trató de disimular su malestar, las imágenes de su novia besándose y compartiendo cama con otro le dolieron profundamente. Su reacción fue aplaudir irónicamente y expresar su desilusión, sintiendo que la había idealizado y que ella había cruzado los límites que tanto criticaba en él. A medida que pasaban las horas, Bayán fortalecía su vínculo con Torres, mientras que Eros, paradójicamente, comenzaba a perder la conexión con Erika, su tentadora.

 

Al notar su distancia, se sintió vulnerable y terminó llorando, pero la soltera lo consoló y acabaron besándose. Por su parte, Joel, al no recibir imágenes de Andrea en la hoguera, entró en una espiral de incertidumbre. Su angustia pronto se convirtió en deseo cuando, de regreso a la villa, se dejó llevar en el jacuzzi con Nataly, sumándose a la lista de infieles. Tadeo también experimentó emociones encontradas al ver el comportamiento de Sthefany, lo que le generó dudas sobre su relación. Más tarde, se dejó mimar por Mayeli en la piscina, mientras su novia oscilaba entre la tristeza y la diversión con los solteros.

 Montoya huye tras ver a Anita con Manuel, Eros se derrumba por Bayán y las villas se rinden al deseo en un capítulo que eleva la temperatura del reality  

Entre 25º y 30º grados se encuentra la isla de la República Dominicana durante todo el año salvo en el momento que llega el equipo de «La isla de las tentaciones», que cada edición se supera en cuanto a tentación y esta edición no es para menos. Este año no hay excusas, las dos villas ya han caído en la trampa y Sandra Barnedaestá viendo como sube la temperatura no para de subir en el concurso de Mediaset, que tendrá una segunda emisión este próximo miércoles, en la que veremos la famosa carrera de Montoya en la playa en la que descubriremos si consigue hablar o no con su pareja Ana, obsesionada con Manuel desde su entrada al programa.

La última entrega de la octava edición de «La isla de las tentaciones» trajo consigo una hoguera que marcó un punto de inflexión para varios concursantes. Sandra Barneda adelantó que este momento sería crucial, y no se equivocó. Montoya fue uno de los más afectados al ver imágenes en directo de su novia Anita con Manuel, confirmando su peor temor. Desbordado por la rabia, rompió a llorar y hasta pateó la tablet, sintiéndose traicionado. Su desesperación lo llevó a huir hacia la orilla del mar, donde Barneda intentó calmarlo y convencerlo de continuar. Sin embargo, la noche no acabó ahí.

Después de ver cómo Anita quemaba el peluche que él le había regalado, Montoya terminó besándose con Gabriela, aunque luego rechazó compartir habitación con ella. Mientras tanto, en la villa de las chicas, Anita no solo se mostraba cercana a Manuel, sino que también protagonizó un beso con Sthefany, mostrando que había decidido dejarse llevar completamente por la experiencia. Paralelamente, Álvaro, el recién llegado, intentó integrarse en el grupo asegurando que quería demostrar que había cambiado y que ahora era una persona fiel. La tensión y los giros inesperados continuaron en una edición que ha dejado emociones a flor de piel.

Por otro lado, Eros vivió su propia decepción al descubrir que Bayán había caído en la tentación con Torres. Aunque trató de disimular su malestar, las imágenes de su novia besándose y compartiendo cama con otro le dolieron profundamente. Su reacción fue aplaudir irónicamente y expresar su desilusión, sintiendo que la había idealizado y que ella había cruzado los límites que tanto criticaba en él. A medida que pasaban las horas, Bayán fortalecía su vínculo con Torres, mientras que Eros, paradójicamente, comenzaba a perder la conexión con Erika, su tentadora.

Al notar su distancia, se sintió vulnerable y terminó llorando, pero la soltera lo consoló y acabaron besándose. Por su parte, Joel, al no recibir imágenes de Andrea en la hoguera, entró en una espiral de incertidumbre. Su angustia pronto se convirtió en deseo cuando, de regreso a la villa, se dejó llevar en el jacuzzi con Nataly, sumándose a la lista de infieles. Tadeo también experimentó emociones encontradas al ver el comportamiento de Sthefany, lo que le generó dudas sobre su relación. Más tarde, se dejó mimar por Mayeli en la piscina, mientras su novia oscilaba entre la tristeza y la diversión con los solteros.

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