Las embajadas de Estados Unidos y España en Kiev han comunicado este miércoles el cierre temporal de sus instalaciones por el temor a un ataque ruso. “La Embajada ha recibido información específica de un potencial ataque aéreo ruso el 20 de noviembre”, se lee en una nota publicada por los servicios diplomáticos estadounidenses. La legación española alude, por su parte, al “riesgo aumentado de que se produzcan ataques aéreos en toda Ucrania” y recomienda a los españoles residentes en el país “extremar las medidas de seguridad, cumplir todas las recomendaciones de las autoridades locales y tener siempre localizado un refugio”. Las embajadas de Italia y Grecia han seguido el mismo ejemplo y también han interrumpido sus servicios en la capital ucrania.
Las autoridades ucranias confirman que el Kremlin tiene preparados misiles balísticos y de crucero para lanzar una gran ofensiva
Las embajadas de Estados Unidos y España en Kiev han comunicado este miércoles el cierre temporal de sus instalaciones por el temor a un ataque ruso. “La Embajada ha recibido información específica de un potencial ataque aéreo ruso el 20 de noviembre”, se lee en una nota publicada por los servicios diplomáticos estadounidenses. La legación española alude, por su parte, al “riesgo aumentado de que se produzcan ataques aéreos en toda Ucrania” y recomienda a los españoles residentes en el país “extremar las medidas de seguridad, cumplir todas las recomendaciones de las autoridades locales y tener siempre localizado un refugio”. Las embajadas de Italia y Grecia han seguido el mismo ejemplo y también han interrumpido sus servicios en la capital ucrania.
Esta alarma llega un día después de que Ucrania utilizara por primera vez los misiles norteamericanos de largo alcance ATACMS contra un objetivo militar en suelo ruso. El Kremlin ha advertido de que el uso de este armamento en su territorio es una escalada en la guerra y que responderían con fuerza. Y las propias autoridades ucranias han confirmado este miércoles que Rusia tiene preparados misiles balísticos y de crucero para lanzar un ataque a gran escala sobre su territorio.
No es infrecuente que los servicios diplomáticos occidentales en Kiev envíen advertencias de este tipo a su personal destinado a Ucrania en los momentos más calientes de la guerra, sobre todo en periodos en los que Rusia intensifica sus bombardeos a gran escala contra la capital. Ucrania sufrió este domingo un gran bombardeo masivo, el primero en los últimos tres meses, en el que el invasor utilizó 120 misiles y 90 drones bomba. Sin embargo, la decisión de la embajada estadounidense llega pocos días después de que el Kremlin amenazara con represalias contra las principales potencias europeas y contra Washington si daban luz verde al uso por parte de Ucrania de sus misiles de largo alcance contra territorio ruso.
El presidente estadounidense, Joe Biden, autorizó el 17 de noviembre que los misiles ATACMS, con un alcance de 300 kilómetros, pudieran ser utilizados contra objetivos militares en Rusia. A ello se suma que las Fuerzas Armadas Ucranias ya emplean desde agosto los cohetes de precisión estadounidenses Himars en la provincia rusa de Kursk. El primer uso por parte del ejército ucranio de los ATACMS en Rusia se produjo en la madrugada del martes, contra un depósito de armamento en la provincia de Briansk, fronteriza con Ucrania. Medios de comunicación ucranios y analistas de defensa dan por hecho que Washington permitirá que se ataquen unidades militares en las provincias fronterizas rusas, pero no más allá.
Las amenazas rusas también van dirigidas a Francia y al Reino Unido, que se espera que den el mismo paso que Biden permitiendo que sus misiles de largo alcance Scalp y Storm Shadow, respectivamente, puedan golpear en Rusia. Este contexto de tensión no difiere en gran medida de otros capítulos de la invasión contra Ucrania, cuando las autoridades rusas han respondido a cada nueva asistencia militar occidental con severas advertencias. Así fue cuando los primeros misiles estadounidenses y europeos fueron utilizados contra posiciones rusas en la península de Crimea o en las regiones ocupadas de Donetsk y Lugansk. También elevó el tono el Kremlin cuando entraron en servicio este año en Ucrania los primeros cazas estadounidenses F-16 o cuando, en 2023, Alemania dio el visto bueno para el suministro de sus tanques Leopard.
La tensión actual coincide con la aprobación por parte de Vladímir Putin a un cambio en la doctrina nuclear rusa que le permitiría responder con armamento atómico a una agresión en su territorio con armas convencionales. Sabrina Singh, portavoz del secretario de Defensa de Estados Unidos, aseguró el martes que el Pentágono no tiene constancia de que Rusia esté preparando un ataque nuclear contra Ucrania.
En las últimas horas, Ucrania ha continuado sus bombardeos periódicos contra instalaciones militares en suelo ruso. Los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa (GUR) han asegurado este martes que destruyeron un puesto de mando en la provincia fronteriza de Bélgorod. El GUR notifica sus propias operaciones, que, en el caso de golpes en suelo ruso, suelen ser mediante drones bomba.
Andrii Kovalenko, miembro del Consejo de Seguridad Nacional ucranio, ha reportado además que en Bélgorod ha sido destruida una fábrica de drones. Kovalenko ha añadido que sus drones bomba han destruido esta madrugada un arsenal ruso en la región de Novgorod, a 680 kilómetros de territorio ucranio. La flota de vehículos no tripulados es la principal arma que ha desarrollado Ucrania para realizar golpes constantes a cientos de kilómetros dentro de Rusia.
También se ha conocido hoy, según informa el diario estadounidense The Washington Post, que Biden ha autorizado por primera vez la transferencia de minas antipersona a Ucrania. Algo que, hasta ahora, había descartado por el elevado riesgo de causar bajas civiles. Tanto el ejército ruso como el ucranio utilizan estos explosivos en enormes cantidades a lo largo de los más de 1.000 kilómetros de frente de guerra.
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