Las autoridades surcoreanas entran en el recinto presidencial en el segundo intento de detener al mandatario cesado

Las autoridades surcoreanas tratan de detener al presidente cesado Yoon Suk-yeol desde primera hora de este miércoles, en lo que supone el segundo intento de ejecutar una orden de arresto contra el mandatario por imponer durante unas horas una ley marcial que ha sumido a la democracia asiática en una de sus peores crisis institucionales en décadas. En estos momentos, según la agencia surcoreana Yonhap, miembros de la Oficina de Investigación de la Corrupción de Altos Funcionarios (OICAF) se encuentran dentro del recinto presidencial y conversan con el entorno del presidente para coordinar cómo se detendrá y trasladará al presidente para interrogarle sobre su efímera imposición del control militar del país.

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 Los investigadores de la agencia anticorrupción conversan con el entorno de Yoon Suk-yeol para proceder a su arresto en un operativo con 3.000 agentes  

Las autoridades surcoreanas tratan de detener al presidente cesado Yoon Suk-yeol desde primera hora de este miércoles, en lo que supone el segundo intento de ejecutar una orden de arresto contra el mandatario por imponer durante unas horas una ley marcial que ha sumido a la democracia asiática en una de sus peores crisis institucionales en décadas. En estos momentos, según la agencia surcoreana Yonhap, miembros de la Oficina de Investigación de la Corrupción de Altos Funcionarios (OICAF) se encuentran dentro del recinto presidencial y conversan con el entorno del presidente para coordinar cómo se detendrá y trasladará al presidente para interrogarle sobre su efímera imposición del control militar del país.

Las conversaciones se han iniciado unas cuatro horas después de que funcionarios de la policía y de la OICAF hayan comenzado su segundo intento de ejecutar las órdenes de registro de la residencia presidencial y detener a Yoon. La primera no pudo ser ejecutada el pasado 3 de enero: las autoridades se vieron obligados a abortar la operación después de que el servicio de seguridad presidencial, formado por soldados y funcionarios, les impidiera adentrarse en las dependencias oficiales: cerca de 200 guardias formaron un muro humano que bloqueó la entrada, constatando el choque entre agencias y poderes del Estado.

”En este momento, no estamos considerando su comparecencia voluntaria y nuestro objetivo es ejecutar la orden”, ha dicho a la prensa un funcionario de la OICAF, según recoge Yonhap. “A diferencia de lo ocurrido durante el primer intento, no hubo personal ni efectivos del Servicio de Seguridad Presidencial que se resistieran activamente a la ejecución”, ha añadido el funcionario. “Prácticamente no hubo enfrentamientos físicos hoy”.

Los investigadores han empleado escaleras para penetrar en el complejo de la residencia presidencial, ubicado en el centro de Seúl, tras ser bloqueados por el PSS, que levantó una barricada con vehículos cerca de la entrada. También les bloquearon la entrada un grupo de legisladores del gobernante Partido del Poder Popular y los abogados de Yoon. Algunos investigadores también han intentado acceder al recinto a través de una ruta de senderismo cercana.

Cuando los medios locales han informado de que la detención de Yoon podría producirse en breve, se han producido algunos altercados menores en las inmediaciones de la residencia entre manifestantes llorosos que se encuentran en el lugar para mostrar su apoyo al líder y la policía cerca de la residencia, según Reuters.

Yoon, cesado de sus funciones de forma provisional tras una votación parlamentaria el 14 de diciembre, está acusado de insurrección por tratar de imponer la ley marcial del pasado 3 de diciembre. El dirigente conservador lleva semanas encerrado en las dependencias oficiales rodeadas por una multitud de simpatizantes que desafían las gélidas temperaturas del país asiático: en estos momentos, unos 6.500 partidarios del presidente destituido. La policía ha desplegado unos 3.000 efectivos para asegurar el acceso al recinto, y se han producido enfrentamientos físicos entre los investigadores y los partidarios de Yoon.

Mientras, el Tribunal Constitucional arrancó el martes el juicio en el que debe valorar si rechaza o convalida de forma definitiva su cese como jefe del Estado, el dirigente conservador permanece enclaustrado en la residencia oficial, rodeada en los últimos días por una multitud de simpatizantes que desafían las gélidas temperaturas del país asiático.

En las imágenes difundidas por los medios este miércoles, se puede observar a centenares de policías, algunos portando escaleras y cizallas, que se adentran por la carretera que da acceso a la villa donde reside el mandatario, y donde ha permanecido custodiado por un grupo reducido de personal de seguridad a su servicio.

El equipo legal del presidente suspendido considera ilegal la orden dictada contra él, al estimar que la OICAF no es un órgano competente para investigar los cargos de los que se le acusa. La citada oficina, por el contrario, sostiene que Yoon no respondió a sus reiteradas peticiones de comparecer para ser interrogado y que tiene motivos suficientes para emitir la orden.

“Esto no es una aplicación justa de la ley”, ha declarado Yun Gap-geun, uno de los abogados, que ha calificado de “ilegal” el intento de arresto. La policía también trata de detener al subjefe del equipo de seguridad presidencial, Kim Seong-hoon, jefe en funciones del servicio, por supuestamente obstruir a los investigadores para que no detuvieran a Yoon. La policía ha circulado mensajes advirtiendo de que cualquier intento de resistirse a la ejecución de las órdenes podría llevar a la detención.

Las órdenes contra Yoon han sido emitidas por el Tribunal del Distrito Oeste de Seúl después de que el presidente cesado desoyera tres citaciones para comparecer en el interrogatorio sobre su fallido intento de imponer la ley marcial el 3 de diciembre. Las órdenes, que fueron prorrogadas la semana pasada tras expirar, son válidas hasta el 21 de enero.

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