Tras vivir posiblemente el fin de semana más complicado de la temporada, el Real Mallorca regresa hoy al trabajo ya con el traje de la Supercopa. Dos días después del histórico fracaso en Copa del Rey ante el Pontevedra (3-0), los de Jagoba Arrasate solo piensan ya en Arabia Saudí y el Real Madrid (jueves 9/20 horas). Obligados a dejar atrás la ya infausta eliminación copera, a los bermellones no les queda otra que rearmarse de moral y convencerse de su mejor nivel para acudir a Yeda con posibilidades de plantar cara a los de Ancelotti. Tras vivir posiblemente el fin de semana más complicado de la temporada, el Real Mallorca regresa hoy al trabajo ya con el traje de la Supercopa. Dos días después del histórico fracaso en Copa del Rey ante el Pontevedra (3-0), los de Jagoba Arrasate solo piensan ya en Arabia Saudí y el Real Madrid (jueves 9/20 horas). Obligados a dejar atrás la ya infausta eliminación copera, a los bermellones no les queda otra que rearmarse de moral y convencerse de su mejor nivel para acudir a Yeda con posibilidades de plantar cara a los de Ancelotti.
Tras vivir posiblemente el fin de semana más complicado de la temporada, el Real Mallorca regresa hoy al trabajo ya con el traje de la Supercopa. Dos días después del histórico fracaso en Copa del Rey ante el Pontevedra (3-0), los de Jagoba Arrasate solo piensan ya en Arabia Saudí y el Real Madrid (jueves 9/20 horas). Obligados a dejar atrás la ya infausta eliminación copera, a los bermellones no les queda otra que rearmarse de moral y convencerse de su mejor nivel para acudir a Yeda con posibilidades de plantar cara a los de Ancelotti.
El fútbol tiene memoria, pero una buena actuación el jueves en el estadio King Abdullah serviría para convertir el horror de Pasarón en solo un mal recuerdo. Sea como sea, el Mallorca no tiene tiempo para lamentarse. Tras entrenar el sábado y disfrutar ayer de un día libre –el propio Arrasate actuó en un concierto en Navarra–, están convocados hoy en Son Bibiloni para cerrar las heridas y poner todos los sentidos en el duelo de la Supercopa.
Tras la competición en el país asiático ya habrá tiempo de correcciones, toques de atención del entrenador y decisiones de presente y futuro. Ahora, todo el club y el equipo tienen la misión de disfrutar de un torneo al que accedieron tras alcanzar la pasada final de la Copa del Rey.
Para los de Arrasate, participar en la Supercopa de España supone un premio y una oportunidad. Será la tercera vez que el Mallorca participe en este torneo, pero la primera en este formato con semifinales y lejos de España. Ningún futbolista de la plantilla la ha disputado nunca y para muchos será la primera ocasión en la que disputen un partido oficial fuera de nuestras fronteras.
«No tenemos que confundir el ir a disfrutar con no hacer un gran papel», aseguró Dani Rodríguez tras el entrenamiento a puertas abiertas del pasado día 31. Y eso precisamente es el objetivo del cuerpo técnico: convencer a la plantilla de que deben saborear cada segundo de partido, pero con la ambición de dar la sorpresa y plantar el nombre del Mallorca en la final del día 12.
El entrenamiento de esta mañana, último antes de poner mañana al mediodía rumbo a Yeda en un vuelo chárter junto a aficionados, familias y autoridades, servirá a Arrasate para acabar de definir el once con el que buscará plantar cara al Real Madrid, el gran favorito a alzarse con el título junto al Barcelona.
El de Berriatua, que ya compitió el curso pasado en la Supercopa con Osasuna –cayó en semifinales frente al Barcelona–, es consciente de que necesita recuperar anímicamente a los jugadores para alcanzar su mejor versión, sabiendo que ni siquiera así las tendrá todas consigo frente a los de Ancelotti, obligados a ganar siempre todos los títulos todos los años.
Futbolistas como Greif, Raíllo, Mojica, Maffeo, Darder o Larin tienen asegurado su sitio en el once, aunque en el resto de posiciones los nombres bailan y más tras el mal partido de todo el equipo en Pontevedra. El título está a solo dos partidos de distancia y el Mallorca quiere que su aventura en Arabia Saudí dure hasta el final.
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