Una investigación con datos de más de 130.000 personas pone el acento en la necesidad de controlar la ingesta del suplemento de venta libre Leer Una investigación con datos de más de 130.000 personas pone el acento en la necesidad de controlar la ingesta del suplemento de venta libre Leer
La melatonina es una neurohormona segregada de forma natural por la glándula pineal que ayuda a regular el ciclo de sueño-vigilia. Las versiones sintéticas de esta hormona buscan imitar ese efecto natural que favorece la conciliación del sueño. En formatos tan diversos como gotas y gominolas, la melatonina se puede encontrar como un suplemento alimenticio de venta libre en muchos países, entre ellos España. Otros, como Reino Unido, regulan su consumo bajo prescripción médica.
Una investigación que se va a presentar en la reunión científica de la Asociación Americana del Corazón (AHA) que empieza este viernes, muestra la asociación entre el uso prolongado de melatonina, utilizada para conciliar el sueño y contrarrestar el insomnio, con un mayor riesgo de diagnóstico de insuficiencia cardíaca, hospitalización por esta enfermedad cardíaca y muerte por cualquier causa.
«Los suplementos de melatonina podrían no ser tan inocuos como se suele creer. Si nuestro estudio se confirma, esto podría influir en cómo los médicos aconsejan a sus pacientes sobre los somníferos», dice en una nota sobre el estudio Ekenedilichukwu Nnadi, autor principal de la investigación.
Y añade que «los suplementos de melatonina se consideran ampliamente una opción segura y natural para favorecer un mejor sueño, por lo que fue sorprendente observar aumentos tan consistentes y significativos en problemas de salud graves, incluso después de tener en cuenta muchos otros factores de riesgo«.
La investigación es un trabajo observacional que ha revisado cinco años de historiales clínicos de 130.828 adultos (edad media de 55,7 años; 61,4% mujeres) diagnosticados con insomnio, recogidos en la base de datos internacional Red Global de Investigación TriNetX.
De ellos, a 65.414 participantes se les había recetado melatonina al menos una vez y declararon haberla tomado durante al menos un año. Esas personas se emparejaron en el estudio con otras a las que nunca se les había recetado melatonina, atendiendo a múltiples factores de similitud. Se excluyeron los participantes que ya habían sido diagnosticados con insuficiencia cardíaca o a quienes se les había recetado otros tipos de somníferos.
Los resultados comunicados del estudio indican que aquellos adultos cuyos registros electrónicos de salud indicaban un uso prolongado de melatonina (al menos 12 meses) tenían un 90% más de probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca en un plazo de 5 años, en comparación con los no usuarios con características similares (4,6% frente a 2,7%, respectivamente).
El trabajo también indica que quienes tomaban melatonina tenían casi 3,5 veces más probabilidades de ser hospitalizados por insuficiencia cardíaca. También tenían casi el doble de probabilidades de morir por cualquier causa que los del grupo sin melatonina durante el período de 5 años observado.
Los autores no ocultan las limitaciones metodológicas de esta investigación, que es una comunicación y aún no ha sido sometida a una revisión de pares para su publicación. Entre ellas, la falta de precisión en los datos estudiados: no se precisan las dosis, ni la gravedad del insomnio de las personas estudiadas, y la eventual presencia de otros trastornos psiquiátricos.
«El empeoramiento del insomnio, la depresión/ansiedad o el uso de otros medicamentos para mejorar el sueño podrían estar relacionados tanto con el uso de melatonina como con el riesgo cardíaco», matiza Nnadi. «Además, si bien la asociación que encontramos genera inquietudes sobre la seguridad de este suplemento tan utilizado, nuestro estudio no puede probar una relación directa de causa y efecto. Esto significa que se necesita más investigación para evaluar la seguridad de la melatonina para el corazón».
Para Manuel de Entrambasaguas, coordinador del Grupo de Trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES), la investigación, aun con sus limitaciones, supone una «llamada de atención» al uso no controlado de esta neurohormona como complemento alimenticio.
El especialista recuerda que la melatonina está aprobada como fármaco sujeto a prescripción médica (Circadin), con indicación para el tratamiento a corto plazo del insomnio primario. El principio activo del fármaco de liberación prolongada «ha tenido que someterse a estudios clínicos de seguridad y eficacia, mientras que los suplementos alimenticios […] no han pasado por esos estudios«, apunta.
El especialista de la SES también destaca que en el insomnio «la primera línea de tratamiento es la terapia cognitivo conductual«. La melatonina como fármaco «no se prescribe durante más de 90 días». Con especial preocupación, este médico alude al hecho de que se esté dando melatonina a los niños sin prescripción facultativa. Por todo ello, espera que la investigación ponga de relieve la necesidad de «realizar farmacovigilancia sobre una sustancia que no es neutra, es una neurohormona, pero que se puede consumir sin ningún tipo de control».
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