La ayuda humanitaria y los suministros esenciales para la supervivencia de los palestinos que Israel permite que lleguen a Gaza están bajo mínimos anuales, según datos de las propias autoridades israelíes, cuando se cumple el plazo de un mes fijado por Washington para que el Gobierno de Benjamín Netanyahu aliviara el bloqueo y mejorara las condiciones de vida de los gazatíes. Mientras, cientos de miles de habitantes sufren, especialmente en el norte del enclave, los ataques de las tropas israelíes y órdenes de expulsión de las zonas en las que malviven.
El Gobierno de Netanyahu “incumple sistemáticamente” su obligación de facilitar la llegada de ayuda a la Franja, donde la hambruna acecha, según varias organizaciones humanitarias
La ayuda humanitaria y los suministros esenciales para la supervivencia de los palestinos que Israel permite que lleguen a Gaza están bajo mínimos anuales, según datos de las propias autoridades israelíes, cuando se cumple el plazo de un mes fijado por Washington para que el Gobierno de Benjamín Netanyahu aliviara el bloqueo y mejorara las condiciones de vida de los gazatíes. Mientras, cientos de miles de habitantes sufren, especialmente en el norte del enclave, los ataques de las tropas israelíes y órdenes de expulsión de las zonas en las que malviven.
El Gobierno israelí ha informado este lunes del envío de “cientos de paquetes de alimentos y miles de litros de agua” a un territorio con 2,3 millones de habitantes. Pese a las presiones de EE UU, principal aliado y suministrador de armas, y otros países, “Israel ha incumplido sistemáticamente su obligación legal de facilitar el soporte humanitario adecuado para los civiles en Gaza”, lo que “ha causado condiciones cercanas a la hambruna para 800.000 civiles palestinos”, según un comunicado de este martes de ocho organizaciones humanitarias. “La gente está muriendo de hambre” y en medio de “operaciones militares israelíes les han negado ayuda alimentaria crítica y necesidades básicas”, especialmente en la zona septentrional, añade el texto que firman, entre otros, Oxfam, Save the Children, el Consejo Noruego de Refugiados y Refugees International.
Según las autoridades israelíes, durante octubre han entrado en la Franja 33.844 toneladas de ayuda, muy lejos de las 137.137 de abril o incluso de las 65.308 de febrero, el segundo mes que menos cantidad recoge la estadística de 2024. En lo que va de noviembre, Israel ha facilitado el paso de 12.566 toneladas. El 79% de esa ayuda es comida, cerca del 7% material para refugios, casi el 5% agua y ese mismo porcentaje de suministros médicos y combustible. Son datos publicados en su página web por la autoridad israelí de la Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT, en sus siglas en inglés), que supervisa la actividad civil en la Palestina ocupada.
Israel reconoce que no ha cumplido con las exigencias marcadas por Washington, que dio al Gobierno un mes de plazo para actuar. Un funcionario israelí señaló el lunes que las autoridades han implementado “la mayoría” de las demandas de Washington, pero que hay asuntos pendientes que dependen de la seguridad, según The Times of Israel. La Administración que encabeza el presidente Joe Biden envió una carta al Ejecutivo israelí el 13 de octubre en la que le conminaba a mejorar las condiciones humanitarias en la Franja bajo amenaza de posibles restricciones en el envío de armamento. El plazo ha expirado después de la victoria del candidato republicano, Donald Trump, en las elecciones presidenciales, y aunque su toma de posesión no tendrá lugar hasta dentro de dos meses, el cambio en la Casa Blanca planea ya sobre el conflicto.
El norte de la franja de Gaza es desde principios de octubre escenario de una ofensiva que busca, según fuentes militares citadas por el diario Haaretz, expulsar a todos los gazatíes hacia el sur. Parte de esa estrategia supuestamente es emplear el hambre y la falta de ayuda como arma, además de los ataques por tierra y por aire. En los 13 meses largos de guerra han muerto más de 43.000 gazatíes y de los 2,3 millones de habitantes del enclave, 1,9 permanecen desplazados, según la ONU, que alerta de que la hambruna acecha la zona septentrional. En Gaza permanecen, además, 101 rehenes israelíes de los 250 secuestrados el 7 de octubre de 2023, cuando comenzó la guerra con la matanza encabezada por Hamás de unas 1.200 personas en territorio israelí.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés) denunció el sábado que Israel solo permite la llegada de 30 camiones al día, lo que significa el 6% de la ayuda que necesita la población. El Comité de Revisión de Hambruna (FRC, por sus siglas en inglés) ha emitido una alerta sobre “una probabilidad inminente” de hambruna en la Franja.
Durante octubre, las autoridades israelíes impidieron el 43% de las operaciones humanitarias en Gaza y el 16% tuvieron problemas al ser bloqueadas o retrasadas, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Un 37% de las operaciones pudieron llevarse a cabo sin problemas, según esa agencia.
La situación más crítica se vive en el norte, donde el acceso de ayuda es “extremadamente limitado”, añade la OCHA, después de que de 98 intentos de operaciones coordinadas con las fuerzas israelíes dentro de la Franja el 85% fueran denegadas o impedidas y solo 98 pudieran pasar sin problemas por el puesto de control que divide el enclave. Yabalia, Beit Lahia y Beit Hanun son los tres principales focos en el extremo norte de la operación militar israelí y del bloqueo humanitario impuesto.
Israel ha informado este martes de la apertura del paso de Kissufim, que permitirá llevar ayuda al centro y sur del enclave, y, el lunes, del envío a Beit Hanun (norte de la Franja) de “cientos de paquetes de alimentos y miles de litros de agua” en una operación coordinada con organizaciones internacionales que no especifica. Ese envío se une al “esfuerzo” desplegado la semana pasada de 11 camiones de alimentos, agua y suministros médicos al campamento de Yabalia. Washington exige a su aliado que entren 350 camiones cada día, una cifra que Israel no está en condiciones de alcanzar, según recogió el medio Axios citando fuentes oficiales del Estado judío. Antes de la guerra entraban en el enclave palestino unos 500 camiones diarios.
El gabinete de seguridad que encabeza Netanyahu decidió mejoras el domingo, según la prensa local, como ampliar la zona humanitaria de Al Mawasi, en el sur, hacia donde los militares están expulsando a la población del norte.
Israel controla todo el territorio de Gaza por tierra, mar y aire y son sus autoridades militares y civiles las que deciden cualquier operación que tiene lugar, desde los ataques a movimientos de población o llegada de ayuda y suministros. La COGAT trata de responsabilizar a la ONU o a las organizaciones humanitarias desplegadas en la Franja.
Este lunes, ese organismo israelí ha mostrado imágenes de una explanada donde, afirma, el equivalente a unos 900 camiones de ayuda humanitaria espera a ser recogido en el lado palestino del paso de Kerem Shalom, junto a la frontera con Egipto. Pero se trata de una zona bajo control militar israelí donde ni las agencias de la ONU ni las ONG actúan sin permiso del ejército de ocupación. Todos esos paquetes de ayuda, además, se acumulan en el extremo contrario de donde la hambruna acecha y donde las tropas están presionando con más determinación, que es en el norte.
Feed MRSS-S Noticias