Honda, la fábrica más poderosa del mundo, la fábrica que más ha hecho, por mucho y con mucho, por el brillo y el prestigio del Mundial de motociclismo, está seriamente dolida con la sensación que existe, en el ‘paddock’ del campeonato de la máxima categoría, de que está detrás de la maniobra del madrileño Jorge Martín, actual campeón del mundo de MotoGP, para quedar libre de su compromiso con Aprilia con vistas a 2026. Martín, su representante Albert Valera y los abogados del prestigioso bufete Garrigues creen, en efecto, que ‘Martinator’ ya es libre para negociar con quien quiera de cara a 2026, cosa que niega la fábrica italiana y, desde el sábado, la propia organización del Mundial. Honda, la fábrica más poderosa del mundo, la fábrica que más ha hecho, por mucho y con mucho, por el brillo y el prestigio del Mundial de motociclismo, está seriamente dolida con la sensación que existe, en el ‘paddock’ del campeonato de la máxima categoría, de que está detrás de la maniobra del madrileño Jorge Martín, actual campeón del mundo de MotoGP, para quedar libre de su compromiso con Aprilia con vistas a 2026. Martín, su representante Albert Valera y los abogados del prestigioso bufete Garrigues creen, en efecto, que ‘Martinator’ ya es libre para negociar con quien quiera de cara a 2026, cosa que niega la fábrica italiana y, desde el sábado, la propia organización del Mundial.
Honda, la fábrica más poderosa del mundo, la fábrica que más ha hecho, por mucho y con mucho, por el brillo y el prestigio del Mundial de motociclismo, está seriamente dolida con la sensación que existe, en el ‘paddock’ del campeonato de la máxima categoría, de que está detrás de la maniobra del madrileño Jorge Martín, actual campeón del mundo de MotoGP, para quedar libre de su compromiso con Aprilia con vistas a 2026. Martín, su representante Albert Valera y los abogados del prestigioso bufete Garrigues creen, en efecto, que ‘Martinator’ ya es libre para negociar con quien quiera de cara a 2026, cosa que niega la fábrica italiana y, desde el sábado, la propia organización del Mundial.
Pese a las palabras de Alberto Puig, único portavoz del equipo Honda en el Mundial, en el sentido de que ellos negocian con pilotos y no con equipos, que dieron a entender a algunos que Honda podría entrar a saco en el contencioso entre Aprilia y Martín, rompiendo el buen rollo y las buenas costumbres existentes entre los miembros de la MSMA, asociación de fabricantes que compiten en el Mundial, Honda insiste en el argumento esgrimido, por su Team Manager, en el circuito de Silverstone, donde dijo que les interesaba ‘Martinator’, pero “solo” cuando tuviese la carta de libertad de Aprilia.
Todo el mundo interpreta, en el ‘paddock’ de MotoGP, que la intervención de Albert Valera, en Assen, asegurando que Jorge Martín ya es libre para negociar de cara a 2026, es una clara invitación a que Honda se pronuncie y les ayude a resolver el conflicto con Aprilia.
Un responsable de otro equipo oficial de MotoGP consideró, en una charla informal con El Periódico de Catalunya en la ‘catedral’, que Honda ha interpretado de forma “errónea” la intervención de Carmelo Ezpeleta, CEO de la organización del Mundial, donde únicamente se reafirmó en la postura expresada ya, según ha podido saber este diario, ante las dos partes en conversaciones privadas en el circuito de Le Mans: “Los contratos son para cumplirse y solo se pueden romper de mutuo acuerdo o porque lo dicte un juez. Que una de las dos partes diga que está libre, no significa que está libre y, por descontado, ni Dorna Sports ni la MSMA considerará libre a Martín, únicamente porque lo diga el piloto”.
“Ezpeleta”, señaló ese Team Manager, “ni se puso del lado de Aprilia ni se distanció de Honda, simplemente defendió la validez de los contratos y, sobre todo, se reafirmó en el hecho de que la solución debe ser pactada o decidida por un juez”.

La sensación de que Martín, Valera y Garrigues creen tener la razón porque, según la voz del ‘paddock’, la cláusula de Aprilia está muy mal redactada, es plana, simple y no matiza las condiciones en las que se puede activar esa cláusula para generar la libertad del piloto, es evidente, pero eso no significa que el campeón pueda, como pretende el representante del piloto, firmar un contrato, con Honda o con cualquier otra marca, mañana mismo para correr con ellos en 2026. Eso y no otra cosa es lo que quiso matizar Ezpeleta en su, corta y repentina, aparición en Assen.
Si algo se ha extendido en el ‘paddock’ del Mundial es la idea de que Valera, manager de Martín, actuó en Assen con una única intención: forzar a Honda a intervenir, forzar a Honda a reconocer públicamente que quiere a Martín e, incluso, forzar a Honda a buscar, entre bambalinas, un pacto sobre la cantidad de millones de euros, porque serían millones de euros, que la fábrica de Noale (Italia) aceptaría para dejar libre, en 2026, a su campeón. Otro matiz curioso de este caso: una de las ofertas que manejaba Martín, hace exactamente un año, cuando decidió irse a Aprilia, era de Honda.
Nadie cree que Martín acuda a un tribunal de Milán para resolver su pulso con Aprilia, de la misma manera que todo el mundo descarta que sea la fábrica de Noale quien acuda a un juez, lo que significa que esto solo puede acabar con ‘Martinator’ comprando su libertad.
Si se produjese esa situación, es decir, si Honda creyese que, en efecto, como dice Valera y niegan Aprilia y Ezpeleta, Martín está ¡ya! libre de cara a 2026 y fuese a por el campeón, los otros fabricantes no verían con buenos ojos una maniobra así, pues muchos recuerdan que Martín ya dejó KTM pagando una indemnización (cuando abandonó el equipo de Jorge Martínez ‘Aspar’ acababa contrato y, por tanto, no se fue de mala manera) y, por tanto, se convertiría en un piloto conflictivo, pese a ser, en efecto, velocísimo, como demostró, sobradamente, al adjudicarse, el pasado año, el título grande.
Nadie cree que el trío Martín-Valera-Garrigues lleve el contrato a un tribunal de Milán para resolver el conflicto, ni tampoco que Aprilia se arriesgue en la misma dirección. Y como en MotoGP no existe el buró que sí existe en la F-1, el Contract Recognition Board (Junta de Reconocimiento de Contratos), donde abogados independientes resuelven los conflictos de intereses, por ejemplo, entre pilotos y escuderías o fabricantes, liberando a ambas partes del embarazoso trámite de acudir a la justicia ordinaria que no es, precisamente, rápida, la única vía posible para resolver el enfrentamiento entre Aprilia y Martín es pactar una indemnización económica, que siempre iría a cargo del piloto y, en caso de que cualquier otro fabricante se hiciese cargo de ella, acabaría saliendo, sin duda, del nuevo salario del piloto, sino completamente, en parte.
Diario de Mallorca – Deportes