En medio de todo el debate sobre lo que hoy en día se considera clase media, los políticos apuntan a la luna para que nos quedemos mirando en su dedo. Desde el pedestal en el que se encuentran, acomodados, ingobernables. Porque al fin y al cabo todo se remite a la atención, la única que puede generar debate y que es promovida por los mismos que la hacen desaparecer cuando no interesa. Lo que es seguro e inamovible es que, aunque llueva, truene o nieve, los impuestos, aplicables a esta clase social o a cualquier otra, cada vez son mayores y, por mucho que quieran hacer pensar lo contrario, esta situación no cesará en el corto plazo.
Tal es el caso del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que, mientras entra de puntillas en nuestro ejercicio impositivo anual, la realidad se encuentra en su subida continua. Aunque afecta en términos cuantitativos a las rentas más elevadas, el impacto con los menos pudientes a veces es notablemente mayor, al menos por la incesante presión que ejerce. Por tanto, a pesar de que los pilares fundamentales del Gobierno de España vuelvan a decir que no suben los impuestos a las clases más necesitadas, será que se suben solos, lo incuestionable es que el más reciente aumento perjudica a los asalariados que cobran entre 25.000 y 30.000 euros.
Según los datos proporcionados por la sede electrónica de la Agencia Tributaria en el mes de noviembre, Hacienda recaudó el pasado 2024 una suma que asciende a los 273.993 millones de euros. Esta suma supone un aumento de los ingresos tributarios en un 8,3%, es decir, 7,3% son ingresos brutos y 2,9% de devoluciones realizadas. Respecto a la recaudación introducida por el IRPF, la cifra supone unos 121.069 millones de euros, que en comparación con el ejercicio de 2023, se resuelve en una diferencia de 8.478 millones de subida fantasma. Asimismo cabe recalcar que el IPC desde enero de 2021 hasta enero de 2025 se ha disparado más de un 19%.
El IRPF contra la clase media: una subida más
Para la comparación pertinente, tomaremos de ejemplo la subida del IPC del 12,5% desde principios de 2022 hasta el homónimo del pasado curso. Es así como, al no deflactar la tarifa con motivo de la continua inflación que atraviesa el país, los economistas aseguran una subida para los sueldos de 25.000 euros en la que Hacienda se queda con unos 205 euros aproximadamente. Aunque, este valor varía en función de la comunidad autónoma. Es así como en zonas de la talla de Extremadura, que encabeza el listado, la recaudación se estabiliza en los 210, 21 euros.
Por otro lado, en Andalucía, Cataluña, Catilla-La Mancha y Galicia esta cifra supera los 207 euros. En el otro apartado de la balanza, la Comunidad de Madrid se sitúa en las últimas posiciones con 202,21 euros mientras que la Comunidad Valenciana se sitúa primera por la cola con 200,21 euros. Sin embargo, el aumento gradual de las diferentes localidades autonómicas se traduce de manera similar en los sueldos más elevados.
Sueldos anuales de 30.000: los más damnificados
Para los salarios que rondan los 30.000 euros la subida comprende 253 euros de manera aproximada. La comunidad autónoma más afectada, una vez más, es Extremadura, muy superior a la segunda posición, con 261,81 euros para Hacienda. El resto de lugares que la siguen de cerca son Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunidad Valencia, que se ubicaba en última posición para el otro sueldo, con una cifra conjunta de 255,56 euros. Finalmente, la capital se consolida con la menor tasa impositiva de la clasificación con 250,06 euros.
Con la última subida del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, los empleados con salarios que oscilan entre 25.000 y 30.000 euros deberán pagar cantidades inéditas
En medio de todo el debate sobre lo que hoy en día se considera clase media, los políticos apuntan a la luna para que nos quedemos mirando en su dedo. Desde el pedestal en el que se encuentran, acomodados, ingobernables. Porque al fin y al cabo todo se remite a la atención, la única que puede generar debate y que es promovida por los mismos que la hacen desaparecer cuando no interesa. Lo que es seguro e inamovible es que, aunque llueva, truene o nieve, los impuestos, aplicables a esta clase social o a cualquier otra, cada vez son mayores y, por mucho que quieran hacer pensar lo contrario, esta situación no cesará en el corto plazo.
Tal es el caso del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que, mientras entra de puntillas en nuestro ejercicio impositivo anual, la realidad se encuentra en su subida continua. Aunque afecta en términos cuantitativos a las rentas más elevadas, el impacto con los menos pudientes a veces es notablemente mayor, al menos por la incesante presión que ejerce. Por tanto, a pesar de que los pilares fundamentales del Gobierno de España vuelvan a decir que no suben los impuestos a las clases más necesitadas, será que se suben solos, lo incuestionable es que el más reciente aumento perjudica a los asalariados que cobran entre 25.000 y 30.000 euros.
Según los datos proporcionados por la sede electrónica de la Agencia Tributariaen el mes de noviembre, Hacienda recaudó el pasado 2024 una suma que asciende a los 273.993 millones de euros. Esta suma supone un aumento de los ingresos tributarios en un 8,3%, es decir, 7,3% son ingresos brutos y 2,9% de devoluciones realizadas. Respecto a la recaudación introducida por el IRPF, la cifra supone unos 121.069 millones de euros, que en comparación con el ejercicio de 2023, se resuelve en una diferencia de 8.478 millones de subida fantasma. Asimismo cabe recalcar que el IPC desde enero de 2021 hasta enero de 2025 se ha disparado más de un 19%.
El IRPF contra la clase media: una subida más
Para la comparación pertinente, tomaremos de ejemplo la subida del IPC del 12,5% desde principios de 2022 hasta el homónimo del pasado curso. Es así como, al no deflactar la tarifa con motivo de la continua inflación que atraviesa el país, los economistas aseguran una subida para los sueldos de 25.000 euros en la que Hacienda se queda con unos 205 euros aproximadamente. Aunque, este valor varía en función de la comunidad autónoma. Es así como en zonas de la talla de Extremadura, que encabeza el listado, la recaudación se estabiliza en los 210, 21 euros.
Por otro lado, en Andalucía, Cataluña, Catilla-La Mancha y Galicia esta cifra supera los 207 euros. En el otro apartado de la balanza, la Comunidad de Madrid se sitúa en las últimas posiciones con 202,21 euros mientras que la Comunidad Valenciana se sitúa primera por la cola con 200,21 euros. Sin embargo, el aumento gradual de las diferentes localidades autonómicas se traduce de manera similar en los sueldos más elevados.
Sueldos anuales de 30.000: los más damnificados
Para los salarios que rondan los 30.000 euros la subida comprende 253 euros de manera aproximada. La comunidad autónoma más afectada, una vez más, es Extremadura, muy superior a la segunda posición, con 261,81 euros para Hacienda. El resto de lugares que la siguen de cerca son Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña y la Comunidad Valencia, que se ubicaba en última posición para el otro sueldo, con una cifra conjunta de 255,56 euros. Finalmente, la capital se consolida con la menor tasa impositiva de la clasificación con 250,06 euros.
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