¿Guerra total comercial con Estados Unidos?

Durante la primera etapa de Donald Trump como presidente de los EE UU ya desató un conflicto comercial sustancial con la segunda potencia económica del mundo, China. Muchos pensaron que Biden iba a reducir la presión arancelaria sobre la industria china, pero justo ocurrió lo contrario al [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/economia/aranceles-china-amenaza-biden-que-puede-empobrecer-sus-propios-ciudadanos_20240514664313db8e8c6600018048d9.html|||mantener e incluso ampliar los «castigos» de carácter tarifario]]. Además, decretó medidas complementarias, sea por proteccionismo sea por motivos de seguridad nacional, relacionadas con la exportación de alta tecnología que pueda ser utilizada con fines militares por Pekín.

¿Qué motiva esta guerra comercial total que parece haber desatado Trump? Realmente, la motivación más sencilla es la misma que ya conocemos desde los primeros días de la primera presidencia Trump. Su eslogan «Make America great again» sigue siendo el leitmotiv del magnate, más combativo que nunca, reforzado por un contundente mandato popular. No es fácil adivinar las ventajas personales para Trump en este contexto, pero muchos intuyen que también las habrá. No obstante, los motivos oficiales –obligar a Canadá y México a esforzarse más contra los flujos de fentanilo e inmigrantes a través de sus fronteras– son lo suficientemente claros, aunque también debatibles, sobre todo en el caso de Canadá.

Adicionalmente, EE UU ha aumentado –no olvidemos que ya existen aranceles sustanciales desde hace varios años– la presión tarifaria sobre China con un incremento del 10% sobre los impuestos a la importación ya existentes. Mientras tanto, la Unión Europea contempla los recientes desarrollos geopolíticos y geoeconómicos desde la distancia, pero con pocas esperanzas de quedar intacta. Con una guerra activa en territorio europeo, las dos economías principales del continente sustancialmente debilitadas y con un fuerte debate sobre la necesidad de reforzar la innovación, la economía y la industria europeas, la Comisión Europea tiene las manos llenas. Cuando Trump dispare su siguiente paquete de medidas en el contexto de su guerra comercial total ¿cuál será el daño –casi inevitable– que sufrirá el Viejo Continente?

T. V. D Heyden es profesor de OBS Business School

 Los motivos oficiales de los aranceles de Trump son obligar a Canadá y México a esforzarse más contra los flujos de fentanilo e inmigrantes a través de sus fronteras  

Durante la primera etapa de Donald Trump como presidente de los EE UU ya desató un conflicto comercial sustancial con la segunda potencia económica del mundo, China. Muchos pensaron que Biden iba a reducir la presión arancelaria sobre la industria china, pero justo ocurrió lo contrario al mantener e incluso ampliar los «castigos» de carácter tarifario. Además, decretó medidas complementarias, sea por proteccionismo sea por motivos de seguridad nacional, relacionadas con la exportación de alta tecnología que pueda ser utilizada con fines militares por Pekín.

¿Qué motiva esta guerra comercial total que parece haber desatado Trump? Realmente, la motivación más sencilla es la misma que ya conocemos desde los primeros días de la primera presidencia Trump. Su eslogan «Make America great again» sigue siendo el leitmotiv del magnate, más combativo que nunca, reforzado por un contundente mandato popular. No es fácil adivinar las ventajas personales para Trump en este contexto, pero muchos intuyen que también las habrá. No obstante, los motivos oficiales –obligar a Canadá y México a esforzarse más contra los flujos de fentanilo e inmigrantes a través de sus fronteras– son lo suficientemente claros, aunque también debatibles, sobre todo en el caso de Canadá.

Adicionalmente, EE UU ha aumentado –no olvidemos que ya existen aranceles sustanciales desde hace varios años– la presión tarifaria sobre China con un incremento del 10% sobre los impuestos a la importación ya existentes. Mientras tanto, la Unión Europea contempla los recientes desarrollos geopolíticos y geoeconómicos desde la distancia, pero con pocas esperanzas de quedar intacta. Con una guerra activa en territorio europeo, las dos economías principales del continente sustancialmente debilitadas y con un fuerte debate sobre la necesidad de reforzar la innovación, la economía y la industria europeas, la Comisión Europea tiene las manos llenas. Cuando Trump dispare su siguiente paquete de medidas en el contexto de su guerra comercial total ¿cuál será el daño –casi inevitable– que sufrirá el Viejo Continente?

T. V. D Heyden es profesor de OBS Business School

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