«Espejo Público», el matinal de Antena 3, se ha tratado un nuevo y preocupante caso de inquiokupación que ha dejado a Jacqueline, una propietaria, sin hogar y en una situación desesperada. Todo comenzó cuando Jacqueline decidió alquilar su vivienda a una amiga, Petronila, mientras se mudaba temporalmente a Londres. Sin embargo, al regresar a España, se encontró con que su inquilina se negaba a abandonar la casa y había dejado de pagar el alquiler. Jacqueline, que ahora sobrevive gracias a la ayuda de una amiga que le ha ofrecido un sofá donde dormir, ha denunciado la situación en el programa matinal presentado por Susanna Griso. “Esta es mi casa y no tengo dónde ir”, declaró entre lágrimas, explicando que está sufriendo graves consecuencias emocionales y económicas. Ha perdido seis kilos, depende de ansiolíticos para dormir y afronta gastos de más de 800 euros al mes en hipoteca, luz, agua y comunidad, a pesar de que no puede acceder a su propia vivienda.
Petronila se niega a pagar y se ampara en la ley
Según relató Jacqueline, su ex amiga y actual inquiokupa le aseguró que no piensa pagar porque “la ley la ampara” al ser madre soltera. Sin embargo, Jacqueline sostiene que Petronila tiene ingresos superiores a 3.000 euros al mes y que incluso ha metido a su pareja y a otros familiares a vivir en la casa sin su consentimiento. “Primero eran excusas: que no podía ir al cajero, que su hija estaba enferma… Cuando me di cuenta de que eran solo mentiras, empezaron las amenazas e insultos, y al final me bloqueó”, relató Jacqueline en el programa. La situación ha escalado hasta el punto en que Petronila se ha mostrado desafiante con los medios y ha amenazado con llamar a la policía si la propietaria sigue insistiendo en recuperar su vivienda.
Una solución judicial que puede tardar años
Jacqueline ha iniciado los trámites legales para el desahucio desde noviembre del pasado año, pero el proceso podría alargarse hasta dos años. Mientras tanto, la policía le ha informado de que no puede intervenir porque la ley está del lado de la inquilina, y los servicios sociales le han ofrecido soluciones precarias como un comedor social o un albergue. “No puedo acceder a una vivienda pública porque tengo una propiedad, pero tampoco puedo vivir en mi propia casa porque me la han quitado”, denunció. Este caso reaviva el debate sobre la inseguridad jurídica de los propietarios en España, donde los procesos de desahucio son largos y complicados, dejando a muchos dueños en situaciones límite. La historia de Jacqueline es solo un ejemplo más de un problema creciente que afecta a miles de ciudadanos en el país.
Espejo Público se ha hecho eco de la complicada situación de Jacquiline, quien ha denunciado públicamente los problemas ocasionados por su «amiga» Petronila
«Espejo Público», el matinal de Antena 3, se ha tratado un nuevo y preocupante caso de inquiokupación que ha dejado a Jacqueline, una propietaria, sin hogar y en una situación desesperada. Todo comenzó cuando Jacqueline decidió alquilar su vivienda a una amiga, Petronila, mientras se mudaba temporalmente a Londres. Sin embargo, al regresar a España, se encontró con que su inquilina se negaba a abandonar la casa y había dejado de pagar el alquiler. Jacqueline, que ahora sobrevive gracias a la ayuda de una amiga que le ha ofrecido un sofá donde dormir, ha denunciado la situación en el programa matinal presentado por Susanna Griso. “Esta es mi casa y no tengo dónde ir”, declaró entre lágrimas, explicando que está sufriendo graves consecuencias emocionales y económicas. Ha perdido seis kilos, depende de ansiolíticos para dormir y afronta gastos de más de 800 euros al mes en hipoteca, luz, agua y comunidad, a pesar de que no puede acceder a su propia vivienda.
Petronila se niega a pagar y se ampara en la ley
Según relató Jacqueline, su ex amiga y actual inquiokupa le aseguró que no piensa pagar porque “la ley la ampara” al ser madre soltera. Sin embargo, Jacqueline sostiene que Petronila tiene ingresos superiores a 3.000 euros al mes y que incluso ha metido a su pareja y a otros familiares a vivir en la casa sin su consentimiento. “Primero eran excusas: que no podía ir al cajero, que su hija estaba enferma… Cuando me di cuenta de que eran solo mentiras, empezaron las amenazas e insultos, y al final me bloqueó”, relató Jacqueline en el programa. La situación ha escalado hasta el punto en que Petronila se ha mostrado desafiante con los medios y ha amenazado con llamar a la policía si la propietaria sigue insistiendo en recuperar su vivienda.
Una solución judicial que puede tardar años
Jacqueline ha iniciado los trámites legales para el desahucio desde noviembre del pasado año, pero el proceso podría alargarse hasta dos años. Mientras tanto, la policía le ha informado de que no puede intervenir porque la ley está del lado de la inquilina, y los servicios sociales le han ofrecido soluciones precarias como un comedor social o un albergue. “No puedo acceder a una vivienda pública porque tengo una propiedad, pero tampoco puedo vivir en mi propia casa porque me la han quitado”, denunció. Este caso reaviva el debate sobre la inseguridad jurídica de los propietarios en España, donde los procesos de desahucio son largos y complicados, dejando a muchos dueños en situaciones límite. La historia de Jacqueline es solo un ejemplo más de un problema creciente que afecta a miles de ciudadanos en el país.
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