Los sindicatos de Renfe y Adif avanzan hacia la huelga en protesta por el traspaso de la gestión integral del servicio de Cercanías de Cataluña, Rodalies, al gobierno autonómico; y la situación de Renfe Mercancías. Los comités generales de empresa del Grupo Renfe y el de Adif han presentado comisión de conflictos por los «incumplimientos de los acuerdos de desconvocatoria de huelga (23/11/2023), tanto los relativos a Rodalies como de Renfe Mercancías», según ha informado el sindicato de maquinistas Semaf.
La presentación de la comisión de conflictos supone un paso más hacia la huelga después de que el martes día 18 de febrero, los sindicatos anunciasen su intención de reunirse para estudiar las medidas a tomar en protesta por su descontento con la gestión de ambas cuestiones. Tras este encuentro, los representantes de los trabajadores han presentado la comisión de conflictos que recoge su convenio colectivo y que contempla reuniones con las direcciones de Renfe y Adif para tratar de salvar las movilizaciones. De no haber acuerdo, los sindicatos no descartan ningún escenario de protestas, incluida la huelga.
Situación en Rodalies
Como ya hicieran la semana pasada, los sindicatos han vuelto hoy a denunciar que, a su juicio, no se está cumpliendo la garantía de integridad del Grupo Renfe y Adif, manteniendo sus plantillas y su operación, tanto en el proceso de Renfe Mercancías como en el de Rodalies de Cataluña; ni tampoco la participación de los sindicatos en las mesas para abordar estas problemáticas.
En el caso de Rodalies, los sindicatos denuncian que la información que les dieron en la última reunión del grupo de trabajo, celebrada el pasado 17 de febrero, apunta a la posible creación de una nueva empresa fuera del Grupo Renfe. Igualmente, les trasladaron la intención de sacar de la Red de Ferrocarril de Interés General (RFIG) la R1 «dejando de ser operadas paulatinamente por Adif y su personal. Algo diametralmente opuesto a los acuerdos y a la información que nos transmitían en anteriores reuniones», según ha precisado Semaf.
El asunto de la RFIG no sólo preocupa a los sindicatos. Como explicó LA RAZÓN, desde Bruselas también están muy pendientes de lo que ocurre con la R1 si, finalmente, queda desgajada de la RFIG. Los sindicatos consideran que las infraestructuras incluidas en el RFIG están sujetas a una serie de regulaciones en cuestiones como seguridad, señalización o interoperabilidad que emanan de Bruselas y que obligan a una adecuada inversión para cumplirlas. Pero advierten de que, si se la R1 se excluyera de esta red, no está claro con qué estándares se regiría.
Traspaso en marcha
Pese a sus reticencias, el traspaso y posterior separación de la R1 de la RFIG ya está en marcha. En la Comisión Bilateral de Infraestructuras Generalitat-Estado, que se reunión ayer lunes en Barcelona, se acordó concluir en un plazo máximo de tres meses el inventario de las instalaciones a traspasar junto con una valoración económica. El acuerdo de la R1 deberá pasar luego por la Comisión Traspasos y por la Comisión de Asuntos Económicos y Fiscales de las próximas semanas. Finalmente, tendrá que ser aprobada en el Consejo de Ministros.
En lo relativo a las plantillas, el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, aseguró que los derechos de los trabajadores de Renfe quedan «perfectamente salvaguardados» con el acuerdo entre ambas administraciones en el que se acordó la puesta en marcha el año próximo de la nueva sociedad mixta para la gestión de Rodalies.
En el caso de Renfe Mercancías, desde Semaf han destacado que los acuerdos «se están rompiendo en el momento en el que la empresa pierde (¿deliberadamente?) numerosas cargas de trabajo, decayendo notablemente su actividad según se refleja en los informes trimestrales de la CNMC sobre la evolución del transporte de mercancías». Da la sensación, agrega el sindicato, de que «se está llevando a cabo una descapitalización encubierta para que los malos números justifiquen la privatización de la empresa. Más aún, conociendo cómo la mala gestión de los recursos disponibles está suponiendo la continua supresión de trenes. Algo que repercute negativamente a la hora de renovar las contrataciones de cargas», concluyen.
Los sindicatos se reunirán con Renfe y Adif para tratar de salvar en última instancia las movilizaciones
Los sindicatos de Renfe y Adif avanzan hacia la huelga en protesta por el traspaso de la gestión integral del servicio de Cercanías de Cataluña, Rodalies, al gobierno autonómico; y la situación de Renfe Mercancías. Los comités generales de empresa del Grupo Renfe y el de Adif han presentado comisión de conflictos por los «incumplimientos de los acuerdos de desconvocatoria de huelga (23/11/2023), tanto los relativos a Rodalies como de Renfe Mercancías», según ha informado el sindicato de maquinistas Semaf.
La presentación de la comisión de conflictos supone un paso más hacia la huelga después de que el martes día 18 de febrero, los sindicatos anunciasen su intención de reunirse para estudiar las medidas a tomar en protesta por su descontento con la gestión de ambas cuestiones. Tras este encuentro, los representantes de los trabajadores han presentado la comisión de conflictos que recoge su convenio colectivo y que contempla reuniones con las direcciones de Renfe y Adif para tratar de salvar las movilizaciones. De no haber acuerdo, los sindicatos no descartan ningún escenario de protestas, incluida la huelga.
Situación en Rodalies
Como ya hicieran la semana pasada, los sindicatos han vuelto hoy a denunciar que, a su juicio, no se está cumpliendo la garantía de integridad del Grupo Renfe y Adif, manteniendo sus plantillas y su operación, tanto en el proceso de Renfe Mercancías como en el de Rodalies de Cataluña; ni tampoco la participación de los sindicatos en las mesas para abordar estas problemáticas.
En el caso de Rodalies, los sindicatos denuncian que la información que les dieron en la última reunión del grupo de trabajo, celebrada el pasado 17 de febrero, apunta a la posible creación de una nueva empresa fuera del Grupo Renfe. Igualmente, les trasladaron la intención de sacar de la Red de Ferrocarril de Interés General (RFIG) la R1«dejando de ser operadas paulatinamente por Adif y su personal. Algo diametralmente opuesto a los acuerdos y a la información que nos transmitían en anteriores reuniones», según ha precisado Semaf.
El asunto de la RFIG no sólo preocupa a los sindicatos. Como explicó LA RAZÓN, desde Bruselas también están muy pendientes de lo que ocurre con la R1 si, finalmente, queda desgajada de la RFIG. Los sindicatos consideran que las infraestructuras incluidas en el RFIG están sujetas a una serie de regulaciones en cuestiones como seguridad, señalización o interoperabilidad que emanan de Bruselas y que obligan a una adecuada inversión para cumplirlas. Pero advierten de que, si se la R1 se excluyera de esta red, no está claro con qué estándares se regiría.
Traspaso en marcha
Pese a sus reticencias, el traspaso y posterior separación de la R1 de la RFIG ya está en marcha. En la Comisión Bilateral de Infraestructuras Generalitat-Estado, que se reunión ayer lunes en Barcelona, se acordó concluir en un plazo máximo de tres meses el inventario de las instalaciones a traspasar junto con una valoración económica. El acuerdo de la R1 deberá pasar luego por la Comisión Traspasos y por la Comisión de Asuntos Económicos y Fiscales de las próximas semanas. Finalmente, tendrá que ser aprobada en el Consejo de Ministros.
En lo relativo a las plantillas, el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, aseguró que los derechos de los trabajadores de Renfe quedan «perfectamente salvaguardados» con el acuerdo entre ambas administraciones en el que se acordó la puesta en marcha el año próximo de la nueva sociedad mixta para la gestión de Rodalies.
En el caso de Renfe Mercancías, desde Semaf han destacado que los acuerdos «se están rompiendo en el momento en el que la empresa pierde (¿deliberadamente?) numerosas cargas de trabajo, decayendo notablemente su actividad según se refleja en los informes trimestrales de la CNMC sobre la evolución del transporte de mercancías». Da la sensación, agrega el sindicato, de que «se está llevando a cabo una descapitalización encubierta para que los malos números justifiquen la privatización de la empresa. Más aún, conociendo cómo la mala gestión de los recursos disponibles está suponiendo la continua supresión de trenes. Algo que repercute negativamente a la hora de renovar las contrataciones de cargas», concluyen.
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