La Unión Europea alertó en abril de los riesgos que entrañan “las coberturas vacunales subóptimas” existentes en varios países del continente y los peores augurios se han cumplido. Cuatro fallecimientos han sido notificados en las últimas semanas en Francia, Países Bajos y Reino Unido a causa del sarampión, una enfermedad vírica muy infecciosa pero fácilmente prevenible gracias a las vacunas.
La infección ha provocado en España 98 hospitalizaciones desde enero, en el año con mayor número de casos en más de una década
La Unión Europea alertó en abril de los riesgos que entrañan “las coberturas vacunales subóptimas” existentes en varios países del continente y los peores augurios se han cumplido. Cuatro fallecimientos han sido notificados en las últimas semanas en Francia, Países Bajos y Reino Unido a causa del sarampión, una enfermedad vírica muy infecciosa pero fácilmente prevenible gracias a las vacunas.
La última muerte en conocerse ha sido la de un bebé ocurrido la semana pasada en el hospital infantil Alder Hey de Liverpool (Reino Unido), ciudad que sufre un importante brote con decenas de menores hospitalizados en los dos últimos meses y donde la cobertura vacunal de la triple vírica —que también protege contra la rubeola y las paperas— apenas alcanza el 73% a los cinco años de edad, muy lejos del 95% recomendado para frenar la circulación del virus.
El Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) ha informado en su último boletín de alertas, publicado el pasado lunes, de otras dos muertes ocurridas en Francia en “pacientes inmunodeprimidos”, de los que no se han ofrecido más detalles, y Países Bajos notificó el pasado 12 de junio el fallecimiento de “un adulto que sufría un trastorno inmunológico grave” en el momento de contraer la infección.
Aunque las muertes por sarampión no han desaparecido de Europa occidental en los últimos años, sí es excepcional la coincidencia de cuatro fallecimientos en un periodo de tiempo tan corto. En la última década, según los registros oficiales, se habían producido solo cerca de una docena.
Más complicada aún es la situación en el Este del continente. Rumanía lleva dos años luchando contra un enorme brote de la enfermedad que obligó a declararla “epidemia nacional” a principios de 2024, con más de 30.000 afectados y una treintena de fallecidos desde entonces.
España también ha sufrido un notable incremento, con 321 casos confirmados en lo que va de año —la cifra más elevada en una década y media— y 98 hospitalizaciones (el 30,5%), según datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE).
“La gran mayoría de diagnósticos se produjeron en los primeros meses del año y la incidencia actual ha descendido de forma importante gracias a las medidas de control implementadas. En estos momentos solo hay un brote abierto y con un número muy reducido de casos”, explica Noemí López Perea, investigadora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).
Las complicaciones más frecuentes que llevaron al ingreso de los afectados han sido las neumonías (el 20,4%), diarrea (el 12,2%) y otitis (el 3,1%), según los datos de RENAVE. Casi la mitad de hospitalizados han sido pacientes de 30 o más años, mientras el segundo grupo más numeroso es el de niños menores de cinco años (el 37,8%), según estos datos.
Tres de cada cuatro pacientes que han requerido asistencia hospitalaria no estaban vacunados, lo que muestra la gran efectividad de la triple vírica si se tiene en cuenta que la población no inmunizada representa menos del 5% de la población.
La hospitalización de personas vacunadas suele deberse a problemas de salud que debilitan la capacidad del sistema inmunológico a hacer frente al virus. La existencia de estas bolsas de población inmunodeprimidas es la que pone en valor la vertiente social de la vacunación, por la que las personas que se inmunizan —además de protegerse a sí mismos— contribuyen a impedir la circulación del virus.
Las informaciones de los cuatro fallecimientos llegan en una situación internacional complicada. “El virus circula de una forma intensa en buena parte de los países de nuestro entorno”, afirma López Perea. Según el ECDC, entre junio de 2024 y el pasado mes de mayo, los países de la UE notificaron un total de 17.940 casos de sarampión.
Estos datos no incluyen el Reino Unido, que abandonó la agencia de salud pública de la Comisión Europa con el Brexit y donde se han producido más de 3.000 diagnósticos desde principios de 2024, según las autoridades del país. La enfermedad también está golpeando con fuerza a Marruecos, que desde finales de 2023 ha registrado más de 25.000 afectados y casi 200 fallecidos.
Aunque en España la circulación endémica del virus fue eliminada hace una década, los casos importados que llegan de otros países son los que originan los brotes recientes. Por ello, insisten los expertos, es importante mantener las coberturas vacunales por encima del 95%, lo que todas las comunidades consiguen en la población infantil con la primera dosis —la media supera el 97%—, pero no en la segunda, en la que este porcentaje desciende al 93,9%.
Adrián Aginagalde, vocal de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS), considera que para reforzar la inmunidad de rebaño también es importante que “todas las personas nacidas antes de 1978 que no hayan pasado la enfermedad y desconozcan si fueron vacunadas en su día, aprovechen cuando acudan al médico para plantear la conveniencia de recibir la pauta completa, que consiste en dos dosis separadas por cuatro semanas”.
Este experto considera innecesario realizar pruebas de serología para conocer si la persona ya cuenta con anticuerpos frente al virus antes de recibir la vacuna: “Estas pruebas tienen un margen de error y, además, unos costes para su realización y gestión que hacen que sea más eficiente la vacunación, que es muy segura y eficaz”.
Las comunidades también han desarrollado en los últimos tiempos acciones para reforzar la vacunación entre personas procedentes de países donde las coberturas vacunales son más reducidas que en España.
Para prevenir brotes, Aginagalde considera conveniente que los ciudadanos no se trasladen de forma inmediata a un centro sanitario al presentar un exantema en la piel acompañado de fiebre, dos de los síntomas más comunes del sarampión. “Es mejor contactar primero por teléfono con los servicios sanitarios. El virus del sarampión es muy contagioso y en los centros sanitarios son frecuentes los contagios. Ese primer contacto telefónico permitirá preparar la asistencia de una forma adecuada y segura”, defiende.
La elevada circulación del virus en muchos países ha llevado al Ministerio de Sanidad a publicar unas “recomendaciones sanitarias y medidas preventivas” para las personas que piensen viajar al extranjero este verano. El documento expone que “dado el incremento de casos de sarampión a nivel mundial y en países de nuestro entorno, se recomienda que todas las personas que vayan a realizar viajes internacionales, independientemente de su destino, pero, fundamentalmente, si se dirigen a países con alta incidencia” revisen su estado de vacunación.
En el caso de que la persona haya nacido antes de 1978, el texto considera que “se les puede considerar protegidas por haber pasado la enfermedad”. También a aquellas personas “con dos dosis documentadas de vacuna, administradas después de los 11 meses” de edad. En cambio, “si han nacido fuera de España, solo se considerarán protegidas si se aporta documentación de vacunación previa correcta”, añaden las recomendaciones.
Para todos los casos en los que no esté acreditada o existan dudas sobre la vacunación en personas nacidas con posterioridad a 1978, la recomendación es recibir la pauta de dos dosis.
Feed MRSS-S Noticias