El Real Mallorca se queda congelado ante el Alavés

Lograr la permanencia matemática va a tardar un poco más de lo esperado. En la que era una jornada propicia para meter hueco en la pelea por Europa, el Real Mallorca se congeló ante el Alavés (1-1) en un día gélido y dejó escapar dos puntos tras una buena primera mitad y una segunda muy mala. El golazo de Asano en el minuto 8 hacía presagiar una buena fiesta en Son Moix, pero la falta de puntería de Muriqi y la dejadez del equipo tras el descanso llevó al gol del empate de Kike García. Lograr la permanencia matemática va a tardar un poco más de lo esperado. En la que era una jornada propicia para meter hueco en la pelea por Europa, el Real Mallorca se congeló ante el Alavés (1-1) en un día gélido y dejó escapar dos puntos tras una buena primera mitad y una segunda muy mala. El golazo de Asano en el minuto 8 hacía presagiar una buena fiesta en Son Moix, pero la falta de puntería de Muriqi y la dejadez del equipo tras el descanso llevó al gol del empate de Kike García.  

Lograr la permanencia matemática va a tardar un poco más de lo esperado. En la que era una jornada propicia para meter hueco en la pelea por Europa, el Real Mallorca se congeló ante el Alavés (1-1) en un día gélido y dejó escapar dos puntos tras una buena primera mitad y una segunda muy mala. El golazo de Asano en el minuto 8 hacía presagiar una buena fiesta en Son Moix, pero la falta de puntería de Muriqi y la dejadez del equipo tras el descanso llevó al gol del empate de Kike García.

El Mallorca fue de más a menos en el partido. Todo lo que hizo bien en la primera parte se le olvidó en la segunda, dando alas a un Alavés casi desesperado que se vino arriba tras el descanso y encontró el tanto del empate.

Jagoba Arrasate, con el partido de Las Palmas, repitió el mismo once que tan bien funcionó hace dos semanas, con Robert Navarro y Asano en los extremos y Muriqi en la punta de ataque. El objetivo era claro: hacer daño por fuera.

La previa, con actos conmemorativos por el Dia de les Illes Balears, calentó a una grada que tenía ganas de fútbol. Pero el inicio del partido fue gélido, gracias en parte también a un incesante viento que castigó sin piedad a todos los asistentes en Son Moix. Los dos equipos se medían, encontrando su sitio en el campo. Pero poco tardaría el choque en calentarse.

Y lo hizo con un nombre propio: Takuma Asano. El nipón, que ha vuelto a ser ese jugador eléctrico que sorprendió al inicio de la Liga, se sacó una volea de la chistera en el que ya es uno de los mejores goles del Mallorca esta temporada.

Corría el minuto 8 cuando Maffeo, como es habitual en él, colocó un balón directo al área en un saque de banda. Muriqi peleó el balón, no lo tocó nadie y el rebote le quedó botando al japonés, que la colocó en la escuadra izquierda de Sivera.

Tras el tanto llegaron los mejores minutos locales. El Alavés, con el viento en contra, sufría en la presión y los bermellones encontraban hueco por dentro y por fuera.

Muriqi tuvo el segundo en una ocasión muy clara. Darder, con un pase filtrado, le dejó solo con una carrera de 20 metros por delante hasta plantarse en el área, pero su remate picado se marchó demasiado cruzado. Navarro y Dani, con sendos disparos, no encontraron portería y parecía que el 2-0 estaba cerca.

Pero poco a poco, el Alavés se fue sintiendo más cómodo y el Mallorca arriesgó poco. Los de Coudet, ahogados por la clasificación, no podían permitirse el lujo de perder y estuvieron cerca del empate. Primero con un disparo cruzado de Manu Sánchez que interceptó Mascarell y después, en la más clara, con Raíllo salvando in extremis el remate de Kike García cuando ya estaba delante de Greif.

La primera parte fue de más a menos y el tiempo se fue diluyendo sin que nada más pasara. La segunda arrancó como la primera, con los equipos marcando un ritmo bajo y esperando una grieta en el sistema del rival, aunque con los visitantes ligeramente más entonados.

Al Mallorca le costaba mucho enlazar más de tres pases seguidos y eso comenzó a dar alas a los vitorianos, que empezaron a rondar el área de Greif. El eslovaco, con una estirada, frustró el intento de gol de Aleñá. Son Moix, viendo que los suyos necesitaban algo de empuje, comenzó a alentarlos porque el Alavés se estaba adueñando del partido. Aún así, Muriqi volvió a demostrar que no era su día al estrellar en Sivera un balón cuando tenía toda la portería para él.

A Arrasate no le gustaba un pelo lo que estaba viendo y metió en el campo a Samu Costa por Asano, buscando más solidez en el centro del campo. Pero lo que llegó fue el tanto de Kike García. Más listo que nadie, el veterano delantero, que se lesionó en la acción, cazó un balón al segundo palo e hizo justicia a lo que estaba sucediendo en la segunda mitad.

Para empeorar la situación, Navarro se llevó la mano a la parte posterior del muslo, teniendo que ser sustituido.

Un fuerte disparo de Darder que obligó a lucirse a Sivera vino seguido de un intento de volea sobre Greif que el eslovaco envió a córner de milagro. Todo podía pasar en un partido que el Mallorca tenía controlado en la primera parte y que estaba tirando por la borda en la segunda. Arrasate metió todo lo que tenía en el campo y los bermellones iban a acabar en el campo con Larin, Muriqi y Abdón sobre el terreno de juego.  

Pero la ocasión esperada no llegó y el empate fue el resultado final. El Mallorca deja escapar una gran oportunidad de dejar prácticamente cerrada la permanencia.

 Diario de Mallorca – Deportes

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