Sesenta y dos minutos. Eso es lo que le duró la gasolina al Real Mallorca frente al Real Madrid en las semifinales de la Supercopa de España. Lo había hecho todo bien hasta el momento, sufriendo por mantener la portería a cero –nada que se saliese del guion esperado– y resistiendo ante el poderío ofensivo de los de Ancelotti. Pero un gol tras mil rebotes de Jude Bellingham a la hora de juego derribó la estrategia ideada por Jagoba Arrasate y drenó la energía de los futbolistas, que se quedaron sin fuerzas para amagar con una remontada que estuvo muy lejos de ser poco más que fantasía. Sesenta y dos minutos. Eso es lo que le duró la gasolina al Real Mallorca frente al Real Madrid en las semifinales de la Supercopa de España. Lo había hecho todo bien hasta el momento, sufriendo por mantener la portería a cero –nada que se saliese del guion esperado– y resistiendo ante el poderío ofensivo de los de Ancelotti. Pero un gol tras mil rebotes de Jude Bellingham a la hora de juego derribó la estrategia ideada por Jagoba Arrasate y drenó la energía de los futbolistas, que se quedaron sin fuerzas para amagar con una remontada que estuvo muy lejos de ser poco más que fantasía.
Sesenta y dos minutos. Eso es lo que le duró la gasolina alReal Mallorca frente al Real Madrid en las semifinales de la Supercopa de España. Lo había hecho todo bien hasta el momento, sufriendo por mantener la portería a cero –nada que se saliese del guion esperado– y resistiendo ante el poderío ofensivo de los de Ancelotti. Pero un gol tras mil rebotes de Jude Bellingham a la hora de juego derribó la estrategia ideada por Jagoba Arrasate y drenó la energía de los futbolistas, que se quedaron sin fuerzas para amagar con una remontada que estuvo muy lejos de ser poco más que fantasía.
El resultado final (3-0), para los futboleros de sofá, puede sonar a paliza, pero fue engañoso y alejado de la realidad. Los de Carlo Ancelotti gozaron de muchas ocasiones, pero enfrente tuvieron a Greif, el mejor de los bermellones, que pese a irse con tres a casa realizó paradas de todos los colores.
Desde el minuto uno, el Real Madrid sometió a los bermellones. Seguramente tardaron más en marcar de lo que les hubiese gustado, pero cada acercamiento al área encogía el corazón de los aficionados mallorquinistas, minoría en unas gradas blancas que no se llenaron pese a los esfuerzos de las cámaras de televisión por ocultarlo.
Pese a todo, el Mallorca si algo tiene es aguante, y aunque nunca llegó a nivelar la balanza en el terreno de juego, empezó a sentirse más cómodo, incluso llegando a tener ocasiones –que nunca fueron a puerta–, pero demostrando que estaba en el partido.
En la segunda mitad, la historia siguió igual y Bellingham acabó con todo en una jugada extraña y desafortunada. Remate de Rodrygo al palo, paradón de Greif y el inglés vio como su disparo pasó por debajo de las piernas del eslovaco y de Maffeo para acabar con los bermellones.
Y en aquel entonces el Mallorca dijo basta y bajó los brazos. El físico pasó factura, los cambios no aportaron absolutamente nada bueno y el Madrid convirtió la última media hora en un rondo y una tortura para los de Arrasate, incapaces de dar un paso al frente para intentar reducir una distancia de tan solo un gol.
El de Berriatua probó suerte cambiando el sistema y metiendo jugadores con más calidad en las piernas como Robert Navarro y Asano, pero no funcionó ya que entraron poco en juego y cuando lo hicieron no estuvieron acertados. Probó la ‘fórmula Abdón’ que se quedó en el banquillo en La Cartuja, pero el de Artà apenas tocó el balón. Samu, que regresó tras lesión, se vio superado por el ritmo del partido.
Valjent, al que sin Raíllo –tuvo que ser sustituido en el primer tiempo por tener gripe– le van mucho peor las cosas, terminó por embrutecer el resultadocon un tanto en propia puerta ante el que nada pudo hacer Greif y con un centro de Lucas Vázquez que dejó pasar inexplicablemente para que Rodrygo fusilase al guardameta eslovaco.
El Mallorca se marchó de Yeda enrabietado, con un final que deslució un buen partido y con muchos días por delante antes de ponerse de nuevo el traje de la Liga tras un arranque de enero negativo.
Diario de Mallorca – Deportes