El Real Madrid cambia de estrategia para sacarle rendimiento económico a su Superliga

Llegados a este punto, octubre de 2025, todo el mundo del fútbol asumía que la Superliga era un proyecto fracasado, una amenaza u oportunidad (según se mire) que encalló antes siquiera de ser una realidad. La escasa vida potencial que le podía quedar se la terminó de arrebatar hace tres semanas Joan Laporta, que alineó al Barça en el bloque de la UEFA y la ECA (ahora conocida como EFC), con el resto de clubs europeos, dejando solo al Real Madrid. Llegados a este punto, octubre de 2025, todo el mundo del fútbol asumía que la Superliga era un proyecto fracasado, una amenaza u oportunidad (según se mire) que encalló antes siquiera de ser una realidad. La escasa vida potencial que le podía quedar se la terminó de arrebatar hace tres semanas Joan Laporta, que alineó al Barça en el bloque de la UEFA y la ECA (ahora conocida como EFC), con el resto de clubs europeos, dejando solo al Real Madrid.  

Llegados a este punto, octubre de 2025, todo el mundo del fútbol asumía que la Superliga era un proyecto fracasado, una amenaza u oportunidad (según se mire) que encalló antes siquiera de ser una realidad. La escasa vida potencial que le podía quedar se la terminó de arrebatar hace tres semanas Joan Laporta, que alineó al Barça en el bloque de la UEFA y la ECA (ahora conocida como EFC), con el resto de clubs europeos, dejando solo al Real Madrid.

Llegados a este punto, octubre de 2025, solo el club blanco sostenía todavía la ficción de que esa Superliga, ahora llamada Liga Unify, tenía más padres que Florentino Pérez. Las victorias judiciales obtenidas estos años siempre resultaron insuficientes, por cuanto los tribunales han ido coincidiendo en que la UEFA no puede ejercer un monopolio sin control para vetar ‘superligas’, pero que sí tiene la sartén por el mango para fijar las normas que posibiliten su autorización final.

Y aprovechando una de esas sentencias, la que dictó este miércoles la Audiencia Provincial de Madrid, el Real Madrid salió a la palestra para anunciar sutilmente un cambio de estrategia. La prioridad ya no pasa por lanzar la Superliga, una entelequia en las circunstancias actuales, sino por conseguir que la UEFA indemnice al club blanco por los «cuantiosos daños y perjuicios» que le ocasionó al obstaculizar irregularmente su nacimiento en el año 2021.

Los principales actores del caso Superliga.
Los principales actores del caso Superliga. / EPE

Por partes. Lo que este miércoles hizo la Audiencia Provincial de Madrid fue refrendar el fallo en primera instancia del juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, desestimando los recursos de LaLiga, la RFEF y la UEFA. La sentencia conocida ayer, recurrible en casación al Supremo, reiteró que la UEFA y la FIFA incurrieron en un «abuso de posición de dominio» al atribuirse la facultad discrecional de prohibir la participación en competiciones alternativas.

Era un fallo esperado y previsible desde que en diciembre de 2023 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea resolvió en ese sentido una cuestión prejudicial elevada por el juzgado mercantil madrileño en el que recayó la demanda de European Super League Company, la mercantil propietaria la nueva competición, y A22 Sports, su agencia promotora.

La sentencia en primera instancia, en mayo de 2024, provocó que A22 Sports celebrara públicamente que «la era del monopolio UEFA/FIFA ha terminado», pese a que tanto la Justicia había refrendado la capacidad de estas dos instituciones de fijar las condiciones para la creación de nuevas competiciones, siempre que estas sean «de carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado».

El recurso de apelación que ayer desestimó la Audiencia Provincial de Madrid refrendó estos postulados. Una sentencia original que, en cierta manera, la Superliga dio por buena cuando el pasado mes de diciembre anunció el inicio de conversaciones con la UEFA para negociar la creación de la nueva competición, a partir de su marco regulatorio en vigor.

Sin embargo, la reacción ahora ha sido muy diferentes. A22 Sports tardó horas en valorar la sentencia y lo hizo para seguir la línea marcada previamente por el Real Madrid, quien ha asumido el liderazgo directo del proyecto. Y no para considerarse reforzado para insistir en crear un torneo alternativo a la Champions, sino para reclamar una indemnización millonaria a la UEFA.

«El Real Madrid informa que a lo largo de 2025 ha mantenido numerosas conversaciones con UEFA para buscar soluciones, sin alcanzarse ningún compromiso en torno a una gobernanza más transparente, sostenibilidad financiera, protección de la salud de los futbolistas y mejoras en la experiencia de los aficionados, incluyendo modelos de retransmisión gratuitos y accesibles a nivel global», añadía en su comunicado el club blanco, arrogándose una negociación que, sobre el papel, estaba ejerciendo la Superliga.

Solo y sin apoyos, Florentino parece renunciar tácitamente a crear en el corto y medio plazo la competición con la que soñaba. Sin capacidad ahora mismo para conseguir esa victoria, la nueva estrategia es luchar por una lluvia de millones que hagan que estos cuatro años de travesía en el desierto hayan merecido la pena.

 Diario de Mallorca – Deportes

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