Mucha gente culpa al Brexit de los males del Reino Unido. Sin embargo, el estancamiento de la economía británica y sus males son exactamente los mismos que los de Francia o Alemania. Obviamente, dentro de la UE el resultado económico habría sido similar… porque el Reino Unido no ha eliminado ninguna de las trabas al crecimiento de sus antiguos socios comunitarios.
El problema del Reino Unido no ha sido solo el Brexit, sino incumplir la promesa de eliminar el exceso de regulación y elevados impuestos y las políticas equivocadas de inmigración. Es decir, el problema del Reino Unido es el socialismo, no el Brexit. Y no podemos olvidar que, cuando hablamos de socialismo, una gran parte de la culpa la tuvieron Sunak, May y los líderes conservadores que se entregaron a incumplir todas las promesas y mantener todas las trabas y barreras de la Unión Europea.
El presupuesto presentado por el Gobierno de Keir Starmer en 2025 es uno de los peores en décadas. Gasto público disparado, impuestos confiscatorios y un horizonte de déficit y deuda descontrolados han llevado a la huida masiva de millonarios del país, un alarmante empeoramiento de las cifras de desempleo y una desastrosa gestión fiscal.
El presupuesto presentado por el laborista Starmer es uno de los peores en décadas
Starmer ha impuesto una política fiscal intervencionista, caracterizada por un aumento masivo de la carga impositiva, con más de 40.000 millones de libras en nuevos impuestos, que ahoga la inversión y penaliza al sector privado.
El gobierno de Starmer ha presentado un presupuesto que incrementa el gasto público en 69.500 millones de libras, o un 2,2% del PIB por año en 2025 y 26. Además, dos tercios de este aumento van a gasto corriente. Tras el anuncio, y la evidencia de que el déficit y la deuda se dispararán, la rentabilidad de los bonos británicos a 10 años se disparó al 4,77% y se mueve entre el 4,5% y el 4,7%. Nadie dimite, porque el socialismo debe ser blanqueado a toda costa.
A Liz Truss se le saboteó y obligó a dimitir por un presupuesto que bajaba impuestos e incentivaba el crecimiento económico. El consenso socialdemócrata keynesiano le obligó a dimitir porque subió la rentabilidad exigida a los bonos soberanos. Esa misma gente se calló ante la subida de rentabilidad exigida generalizada evidente en Francia y Japón en la misma fecha. Los bonos se desplomaban de precio por la política inflacionista de los bancos centrales y los gobiernos en 2020-2021, no por el presupuesto de Truss. Pero el keynesianismo debe tapar a cualquiera que dispare impuestos y gasto y eliminar a cualquiera que baje impuestos, y así fue: se silenció el desastre fiscal de Francia y Japón y se condenó a Truss a dimitir.
Tras la atroz gestión de Sunak, que, siendo conservador fue más socialista que muchos gobiernos socialdemócratas europeos, Starmer lleva al Reino Unido a un desplome mayor de los bonos… pero nadie dimite. La neo-religión del estatismo depredador debe ser protegida. Curioso.
A Sánchez le blanquea la UE. Al primer ministro británico, ni el Banco de Inglaterra
Dicho y hecho. El Reino Unido afronta en 2025 la mayor salida de millonarios del mundo, con la previsión de que 16.500 personas con patrimonio superior a un millón de dólares abandonen el país, según el Henley Private Wealth Migration Report. Esta hemorragia duplica la cifra de China, el segundo en la lista, y es por culpa de los cambios fiscales regresivos, la inseguridad jurídica y la percepción de menor libertad económica.
La fuga de fortuna hunde las bases imponibles y perjudica a la inversión, echando a perfiles de alta cualificación en finanzas, tecnología y derecho.
Además, los datos laborales más recientes muestran un grave deterioro. En junio, la tasa de paro británica ha subido al 4,7%, la cifra más alta desde 2021. Starmer, como Sánchez, se dedica al maquillaje. El empleo en junio solamente creció gracias a los contratos a tiempo parcial mientras los indefinidos y a tiempo completo apenas avanzaron. El número de vacantes descendió a 727.000, la cifra más baja desde la pandemia. La incapacidad para generar empleo de calidad y la menor actividad económica son consecuencia directa del endurecimiento fiscal.
El presupuesto de Starmer, lejos de tranquilizar a los mercados y reforzar la estabilidad social, ha abierto un triple frente de desconfianza. El rendimiento del bono a diez años supera el 4,5%, mayor que en el peor momento de 2022, la fuga de capitales erosiona la perspectiva de inversión y pone en peligro la recaudación, y el mayor desempleo y el estancamiento salarial aumentan el descontento social.
Starmer y Sánchez llevan a cabo la misma política. A nuestro líder le blanquea la Unión Europea, a Starmer ya no le blanquea ni el Banco de Inglaterra.
La triste conclusión es que Reino Unido votó por eliminar las trabas e impuestos de la Unión Europea y se ha impuesto el peor socialismo mientras se mantienen todas las trabas. Es decir, Reino Unido tiene lo peor de la UE y lo peor del Brexit. Menor competitividad, estancamiento, huida de talento y capital y peores resultados sociales y económicos que en años precedentes. A diferencia de la crisis de 2022, nadie dimite, porque la religión estatista debe blanquear el socialismo y cercenar cualquier avance en libertad económica.
Sus males no se han originado solo por irse de la UE sino por incumplir la promesa de eliminar el exceso de regulación y elevados impuestos y las políticas equivocadas de inmigración
Mucha gente culpa al Brexit de los males del Reino Unido. Sin embargo, el estancamiento de la economía británica y sus males son exactamente los mismos que los de Francia o Alemania. Obviamente, dentro de la UE el resultado económico habría sido similar… porque el Reino Unido no ha eliminado ninguna de las trabas al crecimiento de sus antiguos socios comunitarios.
El problema del Reino Unido no ha sido solo el Brexit, sino incumplir la promesa de eliminar el exceso de regulación y elevados impuestos y las políticas equivocadas de inmigración. Es decir, el problema del Reino Unido es el socialismo, no el Brexit. Y no podemos olvidar que, cuando hablamos de socialismo, una gran parte de la culpa la tuvieron Sunak, May y los líderes conservadores que se entregaron a incumplir todas las promesas y mantener todas las trabas y barreras de la Unión Europea.
El presupuesto presentado por el Gobierno de Keir Starmer en 2025 es uno de los peores en décadas. Gasto público disparado, impuestos confiscatorios y un horizonte de déficit y deuda descontrolados han llevado a la huida masiva de millonarios del país, un alarmante empeoramiento de las cifras de desempleo y una desastrosa gestión fiscal.
El presupuesto presentado por el laborista Starmer es uno de los peores en décadas
Starmer ha impuesto una política fiscal intervencionista, caracterizada por un aumento masivo de la carga impositiva, con más de 40.000 millones de libras en nuevos impuestos, que ahoga la inversión y penaliza al sector privado.
El gobierno de Starmer ha presentado un presupuesto que incrementa el gasto público en 69.500 millones de libras, o un 2,2% del PIB por año en 2025 y 26. Además, dos tercios de este aumento van a gasto corriente. Tras el anuncio, y la evidencia de que el déficit y la deuda se dispararán, la rentabilidad de los bonos británicos a 10 años se disparó al 4,77% y se mueve entre el 4,5% y el 4,7%. Nadie dimite, porque el socialismo debe ser blanqueado a toda costa.
A Liz Truss se le saboteó y obligó a dimitir por un presupuesto que bajaba impuestos e incentivaba el crecimiento económico. El consenso socialdemócrata keynesiano le obligó a dimitir porque subió la rentabilidad exigida a los bonos soberanos. Esa misma gente se calló ante la subida de rentabilidad exigida generalizada evidente en Francia y Japón en la misma fecha. Los bonos se desplomaban de precio por la política inflacionista de los bancos centrales y los gobiernos en 2020-2021, no por el presupuesto de Truss. Pero el keynesianismo debe tapar a cualquiera que dispare impuestos y gasto y eliminar a cualquiera que baje impuestos, y así fue: se silenció el desastre fiscal de Francia y Japón y se condenó a Truss a dimitir.
Tras la atroz gestión de Sunak, que, siendo conservador fue más socialista que muchos gobiernos socialdemócratas europeos, Starmer lleva al Reino Unido a un desplome mayor de los bonos… pero nadie dimite. La neo-religión del estatismo depredador debe ser protegida. Curioso.
A Sánchez le blanquea la UE. Al primer ministro británico, ni el Banco de Inglaterra
Dicho y hecho. El Reino Unido afronta en 2025 la mayor salida de millonarios del mundo, con la previsión de que 16.500 personas con patrimonio superior a un millón de dólares abandonen el país, según el Henley Private Wealth Migration Report. Esta hemorragia duplica la cifra de China, el segundo en la lista, y es por culpa de los cambios fiscales regresivos, la inseguridad jurídica y la percepción de menor libertad económica.
La fuga de fortuna hunde las bases imponibles y perjudica a la inversión, echando a perfiles de alta cualificación en finanzas, tecnología y derecho.
Además, los datos laborales más recientes muestran un grave deterioro. En junio, la tasa de paro británica ha subido al 4,7%, la cifra más alta desde 2021. Starmer, como Sánchez, se dedica al maquillaje. El empleo en junio solamente creció gracias a los contratos a tiempo parcial mientras los indefinidos y a tiempo completo apenas avanzaron. El número de vacantes descendió a 727.000, la cifra más baja desde la pandemia. La incapacidad para generar empleo de calidad y la menor actividad económica son consecuencia directa del endurecimiento fiscal.
El presupuesto de Starmer, lejos de tranquilizar a los mercados y reforzar la estabilidad social, ha abierto un triple frente de desconfianza. El rendimiento del bono a diez años supera el 4,5%, mayor que en el peor momento de 2022, la fuga de capitales erosiona la perspectiva de inversión y pone en peligro la recaudación, y el mayor desempleo y el estancamiento salarial aumentan el descontento social.
Starmer y Sánchez llevan a cabo la misma política. A nuestro líder le blanquea la Unión Europea, a Starmer ya no le blanquea ni el Banco de Inglaterra.
La triste conclusión es que Reino Unido votó por eliminar las trabas e impuestos de la Unión Europea y se ha impuesto el peor socialismo mientras se mantienen todas las trabas. Es decir, Reino Unido tiene lo peor de la UE y lo peor del Brexit. Menor competitividad, estancamiento, huida de talento y capital y peores resultados sociales y económicos que en años precedentes. A diferencia de la crisis de 2022, nadie dimite, porque la religión estatista debe blanquear el socialismo y cercenar cualquier avance en libertad económica.
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