El documento, con seis líneas de actuación, prevé mejorar la detección y seguimiento de los casos de riesgo, la atención de colectivos vulnerables, el registro y el análisis de los datos, fortalecer las redes comunitarias y combatir el estigma. Contará con dotación presupuestaria propia. Leer El documento, con seis líneas de actuación, prevé mejorar la detección y seguimiento de los casos de riesgo, la atención de colectivos vulnerables, el registro y el análisis de los datos, fortalecer las redes comunitarias y combatir el estigma. Contará con dotación presupuestaria propia. Leer
Cada año el suicidio sigue sepultando en el dolor a miles de familias por los suicidios que no se pudieron evitar. En 2023 fueron otras 4116 vidas rotas en España, 11 al día, por un intenso sufrimiento y desesperanza. Son muertes prevenibles en la mayoría de casos que dejan devastados a familiares y amigos que se ven abocados a un duelo aún muy estigmatizado.
Profesionales especializados en prevención de suicidio, supervivientes (quienes transitan el complicado duelo por suicidio) y sobrevivientes (quienes han superado una crisis por conducta suicida) demandan desde hace años, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud a los distintos gobiernos, el desarrollo de un marco de actuación a nivel nacional que convierta en prioridad la reducción de las muertes por suicidio y del sufrimiento, cohesione y combata el tabú con una labor de sensibilización de la población que derribe mitos, ayude a comprender esta realidad y refuerce las redes de apoyo.
Desde este año, por primera vez, España contará con plan independiente de la Estrategia de Salud Mental y con dotación presupuestaria propia, aún por concretar. El documento será presentado para su aprobación el próximo 14 de febrero en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) en un orden del día que también incluye el nuevo Plan de Acción de Salud Mental. La anterior estrategia para los años 2022, 2023 y 2024 y en la que se incluía una línea específica para la prevención e intervención en conducta suicida fue financiada con 100 millones de euros, de los que 38.500.000 euros correspondía a fondos distribuidos a las regiones y Ceuta y Melilla. El montante para las CCAA del próximo plan específico sobre conducta suicida se aprobará en un próximo pleno.
El grueso de la labor de atender y dar respuesta a estas situaciones de crisis de la población recae en las CCAA al tener transferidas las competencias de Sanidad y en los últimos años se han ido desarrollando de forma desigual programas con diferente grado de implantación, recursos e inversión presupuestaria: de las 17 Autonomías, 15 tienen desarrollados documentos específicos sobre prevención de suicidio en forma de planes (8), estrategias (4) y protocolos (1). Las dos restantes, Cantabria y Murcia, tienen integradas las medidas en un plan y una estrategia de salud mental respectivamente.
Este Plan de Acción de 2025 a 2027 viene a reforzar las medidas desarrolladas por los gobiernos autonómicos y ayuntamientos para mejorar la atención a una persona y/o colectivos vulnerables y lo hace bajo la premisa de que evitar el riesgo de suicidio requiere de un esfuerzo conjunto que ayude a detectar en todos los entornos ese sufrimiento. Esto requiere de la colaboración e implicación no solo de profesionales sanitarios y de emergencias sino de otros sectores pertenecientes al ámbito social y educativo, de la población en general , medios de comunicación y de las distintas administraciones y niveles de competencia, desde ayuntamientos a ministerios.
El hecho de que el plan se apruebe de forma independiente de la estrategia sobre salud mental refleja la necesidad de un abordaje multidisciplinar que rompa el mito tan arraigado de que una persona que se quita la vida sufre un trastorno psicológico. Nadie se quita la vida por una sola causa. En esa devastadora decisión pesan diferentes factores biológicos, psicológicos, sociales, culturales y/o político-económicos que se han ido sumando y haciendo insoportable ese sufrimiento.
«La mejor prevención del suicidio se consigue garantizando vidas que merezcan la pena ser vividas y con perspectivas de futuro esperanzadoras» aseguraba la ministra de Sanidad, Mónica García, en el anuncio de este plan de acción el pasado 10 de septiembre y en una intervención en la que hacía hincapié en la necesidad de conocer y solventar también los determinantes sociales que puede haber detrás de ese intenso malestar emocional y desesperanza. Entre estos factores se prestará especial atención a la soledad no deseada o a situaciones de abuso, violencia, maltrato y/o discriminación.
El plan, elaborado en colaboración con representantes de las distintas CCAA, sociedades científicas, asociaciones y supervivientes, contará con seis líneas de acción dirigidas a la prevención de carácter universal (toda la población); selectivas (grupos en situación de vulnerabilidad) e indicadas (personas que ya han presentado conducta suicida) y a aumentar la coordinación sociosanitaria.
Uno de los objetivos es conocer la dimensión real del suicidio en España y de los factores que incrementan el dolor y la desesperanza. Los expertos coinciden en que se producen más muertes de las que figuran en la estadísticas. Desde el Ministerio de Sanidad se trabajará para mejorar el sistema de identificación de los casos y su registro y realizar más autopsias psicológicas, una investigación que actualmente se efectúa de forma obligatoria en caso de muerte en miembros de la Guardia Civil y Policía Nacional, y que permite certificar el suicidio y ayuda además a la prevención y posvención porque permite conocer mejor qué circunstancias generaban tanto sufrimiento.
Otra de las principales medidas que pondrá en marcha el Gobierno y que fue adelantada el pasado septiembre será la creación del primer observatorio para la prevención del suicidio de carácter público y nacional (tanto Cataluña como Baleares cuentan con uno propio) y que se encargará del análisis de los datos, de su difusión y de actualizar de forma constante esa ‘fotografía’ de este problema de salud pública de enorme magnitud
Se potenciarán, asimismo, medidas ya contempladas en el Plan de Salud Mental del que ahora se independiza como la extensión del Código de Riesgo Suicidio en todas las CCAA. Esta herramienta, utilizada desde hace una década en Cataluña y operativa ya también en Murcia, Madrid, Extremadura, Andalucía, Navarra, País Vasco, Castilla La Mancha y La Rioja, permite detectar en el ámbito sanitario de forma temprana el riesgo de suicidio y mejorar la atención y el seguimiento a esa persona en crisis.
Se seguirá fomentando asimismo a través de este plan medidas para limitar el acceso a los métodos letales, la formación especializada de profesionales en contacto con colectivos vulnerables como ancianos, niños, niñas y adolescentes, la prevención en el ámbito penitenciario y laboral y la realización de campañas de sensibilización e iniciativas de promoción del bienestar del ciudadano, entre ellas algunas dirigidas a reducir las tasas de consumo de alcohol y otras adicciones.
Sanidad también prevé mejoras en el servicio del 024, la línea telefónica que comenzó en mayo de 2022 a brindar escucha a personas en riesgo y a sus familiares ( 306.614 llamadas hasta el 31 de agosto de 2024, según los últimos datos disponibles), con el objetivo de reforzar los recursos comunitarios y asistenciales y con ello la red de protección.
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