El Real Mallorca sumó un punto de valor ante el Athletic (1-1) en San Mamés. Un empate, que quizás sabe a poco tras la gran ocasión marrada por Samu Costa, con el que los bermellones prosiguen su lenta escalada hacia la permanencia matemática. Antono Raíllo, de cabeza, adelantó a los bermellones en un saque de esquina en el minuto 56 con un testarazo marca de la casa. Pero fue una alegría efímera, ya que tan solo dos después Nico Williams igualó la batalla. El Real Mallorca sumó un punto de valor ante el Athletic (1-1) en San Mamés. Un empate, que quizás sabe a poco tras la gran ocasión marrada por Samu Costa, con el que los bermellones prosiguen su lenta escalada hacia la permanencia matemática. Antono Raíllo, de cabeza, adelantó a los bermellones en un saque de esquina en el minuto 56 con un testarazo marca de la casa. Pero fue una alegría efímera, ya que tan solo dos después Nico Williams igualó la batalla.
El Real Mallorca sumó un punto de valor ante el Athletic (1-1) en San Mamés. Un empate, que quizás sabe a poco tras la gran ocasión marrada por Samu Costa, con el que los bermellones prosiguen su lenta escalada hacia la permanencia matemática. Antono Raíllo, de cabeza, adelantó a los bermellones en un saque de esquina en el minuto 56 con un testarazo marca de la casa. Pero fue una alegría efímera, ya que tan solo dos después Nico Williams igualó la batalla.
Los de Jagoba Arrasate, que tuvieron que sufrir en el tramo final por las embestidas de los de Valverde, dejaron pasar una gran ocasión ante un Athletic con la cabeza en la Europa League. Hasta el gol, el Mallorca fue mejor, pero luego entraron los miedos y el agobio de los locales. El Mallorca aguantó y soñó con el segundo, que pudo llegar tras un empujón a Dani en el área en el último minuto que no fue señalado como penalti.
Y es que la primera parte del Mallorca en San Mamés fue muy digna. Los de Arrasate, ante un Athletic con muchas rotaciones y con la cabeza en la Europa League, estuvieron muy cómodos, siendo mejores en el cómputo global y gozando de las mejores ocasiones.
Las alineaciones de uno y otro ya avisaban de sus intenciones. En los locales, futbolistas poco habituales como Canales, que debutaba, o el cantero Boiro eran la noticia, mientras que en los visitantes la defensa de cinco y el regreso de Samú a la once fue la novedad.
Cabía esperar una mayor fiereza de los de Valverde, pero lo que sucedió es un Mallorca muy bien plantado en el terreno de juego, sólido y con las ideas claras de qué hacer con el balón. Aunque eso sí, con falta de precisión en los últimos metros.
La explosividad de Nico Williams fue lo más destacado del conjunto rojiblanco, aunque se limitó a un par de acciones marca de la casa. El Mallorca, concentrado, tuvo la primera ocasión del choque. Un despeje fallido de Paredes lo aprovechó Asano -grandes minutos del japonés-, para poner un centro raso a Muriqi que Unai Simón envió a córner. Guruzeta respondió poco después con un remate muy alto.
Los primeros quince minutos fueron bermellones, mucho más cómodos en el terreno de juego. Muriqi se las tuvo todo el tiempo con Paredes y Yeray. Darder, liberado del trabajo defensivo, pedía protagonismo con la pelota, mientras que Asano daba profundidad al equipo. Al Mallorca le faltaba concertar todo lo que se sentía sobre el campo, pero poco a poco el Athletic fue ganando terreno. Eso sí, sin inquietar lo más mínimo a Greif. La línea de tres centrales daba sus frutos y Guruzeta no se imponía.
Así, sin que nada pasara, se llegó al ecuador del primer periodo con el Mallorca volviendo a coger protagonismo. Maffeo, pero sobre todo Mojica, daban amplitud al ataque. Y un centro del colombiano que remató en plancha Samu Costa levantó el ‘uy’ en San Mamés. Los locales, muy imprecisos, no podían con la energía de los bermellones, que en botas de Darder tuvieron otra ocasión, aunque su remate se fue desviado.
El choque se fue al descanso con la sensación de que el Mallorca podía llevarse algo de San Mamés, pero quedaba toda la segunda y eso es mucho tiempo en Bilbao.
Un segundo periodo que empezó con el susto de Muriqi. El kosovar se echó al suelo cogiéndose la rodilla, aunque tras ser atendido por los servicios médicos regresó al campo cuando Arrasate ya preparaba su cambio con Larin. Y justo después llego el tanto de los bermellones. Darder puso un caramelo en un córner y Raíllo, libre en el área, entró como un camión para macar un gol de bandera de cabeza.
Pero en un minuto se pasó de la euforia a la decepción. Ya con Iñaki Williams y Maroan en el campo, Nico Williams puso el empate en el electrónico. Un desmarque al espacio de Gorosabel encontró al extremo solo en el segundo palo, que solo tuvo que empujar el balón. Un mazazo cuando la más difícil se había conseguido.
Arrasate justo antes había quitado del partido a Asano por Antonio Sánchez, un plan que con el empate parecía poco útil. Y más con el Athletic, que se vino arriba y ya se puso el traje que habitualmente usa en San Mamés. Mucha presión y pocos espacios al rival.
Y pese a ello, el Mallorca tuvo el segundo. Una gran acción de Mojica dejó con un pase atrás con todo a favor para Samu, pero su remate se marchó fuera del estadio cuando todos gritaban gol.
El Athletic, con todo al ataque, respondió con un remate cruzado de Iñaki Williams. Los bermellones empezaban a acusar el esfuerzo y Arrasate metió a Morlanes y Dani por Darder y Mascarell.
Los de Valverde se hicieron amos del partido y cada centro al área un suplicio. El punto era buenísimo dadas las circunstancias, pero había que sufrir para conseguirlo. Arrasate agotó las ventanas de cambio metiendo a Larin por Muriqi, dejando claro que futbolistas como Chiquinho y Valery cuentan entre poco y nada.
El Mallorca protestó un posible penalti sobre Dani Rodriguez en el último minuto de Gorosabel en el que el VAR y Hernández Hernández se lavaron las manos, pero acabó sumando un punto que le acerca a la permanencia, pero que enfría las opciones de ser sexto tras el triunfo del Betis ante Las Palmas.
Diario de Mallorca – Deportes
