Tras tres meses de prudencia y más de 2.000 detenidos en Venezuela a raíz de manifestaciones contra la reelección de Nicolás Maduro, la oposición volvió a tomar ayer las calles. Miles de personas en distintas ciudades venezolanas acudieron a los puntos de concentración convocados por María Corina Machado, que salió de la clandestinidad tras cuatro meses escondida.
Su equipo de campaña confirmó anoche que la líder opositora fue liberada tras ser detenida al finalizar una manifestación celebrada en Chacao, en el área metropolitana de Caracas. «En el suceso detonaron armas de fuego. Se la llevaron retenida por la fuerza. Durante el período de su secuestro fue forzada a grabar varios vídeos y luego fue liberada», señaló su equipo en un mensaje en la red social X.
Machado confirmó horas más tarde que ha fue detenida por las «fuerzas represivas del régimen» si bien ahora se encuentra en «un lugar seguro», en sus primeras palabras desde que su equipo de campaña informara de su detención y posterior liberación. «Mi corazón está con el venezolano que fue herido de bala cuando las fuerzas represivas del régimen me detuvieron. Yo estoy ahora en un lugar seguro y con más determinación que nunca antes de seguir junto a ustedes hasta el final!», ha declarado en su cuenta de la red social X, sin entrar en detalles, si bien ha asegurado que este viernes informará sobre «lo ocurrido hoy y lo que viene».
En el mismo mensaje, Machado ha agradecido a los ciudadanos que asistieron a las manifestaciones convocadas en el país, a escasas horas de que se celebre la investidura presidencial en la que presumiblemente Nicolás Maduro tomará posesión del cargo por segunda vez tras las elecciones de julio de 2024. «Venezolanos, hoy, el bravo pueblo demostró cómo se vence al miedo! Nunca me he sentido tan orgullosa de ser venezolana. Gracias, gracias, a todos los ciudadanos que salieron a las calles a reivindicar nuestra victoria del 28 de julio y a cobrarla!», ha celebrado la líder opositora.
Poco antes, el ministro de Exteriores, Yván Gil, acusó a Machado de llevar a cabo «una operación de falsa bandera», aludiendo indirectamente al arresto denunciado por su equipo de campaña. En las redes sociales circula un supuesto vídeo de Machado reconociendo no haber sido detenida.
Las protestas fueron convocadas para «reivindicar el 28 de julio», recordando que las autoridades venezolanas divulgaron un resultado de aquellas elecciones presidenciales dando como ganador a Maduro, pero sin mostrar pruebas, frente al 85% de actas emitidas por las máquinas de votación que la oposición ha recopilado para afirmar que fue Edmundo González quien resultó vencedor por más de tres millones de votos. Además, se incluyó la llamada a militares y policías para que desobedezcan órdenes y no reconozcan el juramento de hoy de Maduro. «Lo que hagan mañana [por hoy] sentencia el final del régimen. Si consuman ese crimen a la Constitución y a la soberanía popular, estarían sentenciando su destino», aseguró Machado.
Quienes acudieron lo hicieron sabiendo que se enfrentaban a escenarios posiblemente violentos. Durante los últimos días, el Gobierno insistió en que Machado quería poner a sus simpatizantes como «carne de cañón», que se desentendería de las «miles de detenciones» que podrían ocurrir. En este sentido, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, afirmó la noche del miércoles que la oposición ejecutaría acciones violentas «contra su propia gente para justificar llamar a una intervención extranjera».
En las calles también estuvo el oficialismo. Por una parte con un sinfín de funcionarios armados, visto el despliegue de la Guardia Nacional y distintos cuerpos policiales, en algunos casos con equipos antimotines. Por otra parte, por la movilización que el chavismo llamó de «sus fuerzas» para mostrar su propio músculo. Tales grupos incluyeron caravanas con cientos de motorizados e integrantes de «colectivos», que son grupos ideologizados y, en ocasiones, armados. Además, en varios de los puntos anunciados por Machado como lugares de reunión, el Gobierno instaló tarimas del partido oficial o las alcaldías restringieron el acceso para actividades culturales.
En algunas ciudades, la protesta estuvo acompañada por el despliegue de pancartas y pintadas en las calles calificando a González como «presidente electo». Durante la jornada se vivieron episodios de tensión en al menos tres Estados del país. Funcionarios de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional Bolivariana lanzaron gases lacrimógenos en localidades de Carabobo, Zulia y Trujillo apenas comenzaban las concentraciones, evitando que las personas que llegaran pudieran reunirse. En el este de Venezuela, se registró al menos una detención.
En Valencia, los opositores tuvieron que replegarse tras protestar contra la acción de la fuerza pública, que ya desde la noche anterior había tomado los sitios anunciados en la capital de Carabobo. En el Estado de Zulia, al oeste del país, también hubo gases lacrimógenos. Allí el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa denunció que los periodistas Joanna Barboza y Felipe López fueron agredidos por uniformados de la contrainteligencia militar. Manifestantes denunciaron hostigamiento de los funcionarios y amenazas de detenciones.
Entretanto, Edmundo González continuaba su agenda internacional, con una visita a Luis Abinader, presidente de República Dominicana, que lo reconoce como «presidente electo» de Venezuela a la espera de jurar el cargo. «Vivimos días críticos en Venezuela, y la única salida es reconocer el mandato popular del pueblo venezolano», dijo el exdiplomático al agradecer al mandatario caribeño.
La reunión con Abinader se llevó a cabo en el Palacio Nacional, en el marco del evento «Acto de apoyo a la democracia en Venezuela», donde estuvieron ocho ex presidentes latinoamericanos, entre ellos Hipólito Mejía (República Dominicana), Laura Chinchilla (Costa Rica) y Felipe Calderón (México).
Machado se encontraba en Chacao para participar en las manifestaciones a favor de Edmundo González
Tras tres meses de prudencia y más de 2.000 detenidos en Venezuela a raíz de manifestaciones contra la reelección de Nicolás Maduro, la oposición volvió a tomar ayer las calles. Miles de personas en distintas ciudades venezolanas acudieron a los puntos de concentración convocados por María Corina Machado, que salió de la clandestinidad tras cuatro meses escondida.
Su equipo de campaña confirmó anoche que la líder opositora fue liberada tras ser detenida al finalizar una manifestación celebrada en Chacao, en el área metropolitana de Caracas. «En el suceso detonaron armas de fuego. Se la llevaron retenida por la fuerza. Durante el período de su secuestro fue forzada a grabar varios vídeos y luego fue liberada», señaló su equipo en un mensaje en la red social X.
Machado confirmó horas más tarde que ha fue detenida por las «fuerzas represivas del régimen» si bien ahora se encuentra en «un lugar seguro», en sus primeras palabras desde que su equipo de campaña informara de su detención y posterior liberación. «Mi corazón está con el venezolano que fue herido de bala cuando las fuerzas represivas del régimen me detuvieron. Yo estoy ahora en un lugar seguro y con más determinación que nunca antes de seguir junto a ustedes hasta el final!», ha declarado en su cuenta de la red social X, sin entrar en detalles, si bien ha asegurado que este viernes informará sobre «lo ocurrido hoy y lo que viene».
En el mismo mensaje, Machado ha agradecido a los ciudadanos que asistieron a las manifestaciones convocadas en el país, a escasas horas de que se celebre la investidura presidencial en la que presumiblemente Nicolás Maduro tomará posesión del cargo por segunda vez tras las elecciones de julio de 2024. «Venezolanos, hoy, el bravo pueblo demostró cómo se vence al miedo! Nunca me he sentido tan orgullosa de ser venezolana. Gracias, gracias, a todos los ciudadanos que salieron a las calles a reivindicar nuestra victoria del 28 de julio y a cobrarla!», ha celebrado la líder opositora.
Poco antes, el ministro de Exteriores, Yván Gil, acusó a Machado de llevar a cabo «una operación de falsa bandera», aludiendo indirectamente al arresto denunciado por su equipo de campaña. En las redes sociales circula un supuesto vídeo de Machado reconociendo no haber sido detenida.
Las protestas fueron convocadas para «reivindicar el 28 de julio», recordando que las autoridades venezolanas divulgaron un resultado de aquellas elecciones presidenciales dando como ganador a Maduro, pero sin mostrar pruebas, frente al 85% de actas emitidas por las máquinas de votación que la oposición ha recopilado para afirmar que fue Edmundo González quien resultó vencedor por más de tres millones de votos. Además, se incluyó la llamada a militares y policías para que desobedezcan órdenes y no reconozcan el juramento de hoy de Maduro. «Lo que hagan mañana [por hoy] sentencia el final del régimen. Si consuman ese crimen a la Constitución y a la soberanía popular, estarían sentenciando su destino», aseguró Machado.
Quienes acudieron lo hicieron sabiendo que se enfrentaban a escenarios posiblemente violentos. Durante los últimos días, el Gobierno insistió en que Machado quería poner a sus simpatizantes como «carne de cañón», que se desentendería de las «miles de detenciones» que podrían ocurrir. En este sentido, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, afirmó la noche del miércoles que la oposición ejecutaría acciones violentas «contra su propia gente para justificar llamar a una intervención extranjera».
En las calles también estuvo el oficialismo. Por una parte con un sinfín de funcionarios armados, visto el despliegue de la Guardia Nacional y distintos cuerpos policiales, en algunos casos con equipos antimotines. Por otra parte, por la movilización que el chavismo llamó de «sus fuerzas» para mostrar su propio músculo. Tales grupos incluyeron caravanas con cientos de motorizados e integrantes de «colectivos», que son grupos ideologizados y, en ocasiones, armados. Además, en varios de los puntos anunciados por Machado como lugares de reunión, el Gobierno instaló tarimas del partido oficial o las alcaldías restringieron el acceso para actividades culturales.
En algunas ciudades, la protesta estuvo acompañada por el despliegue de pancartas y pintadas en las calles calificando a González como «presidente electo». Durante la jornada se vivieron episodios de tensión en al menos tres Estados del país. Funcionarios de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional Bolivariana lanzaron gases lacrimógenos en localidades de Carabobo, Zulia y Trujillo apenas comenzaban las concentraciones, evitando que las personas que llegaran pudieran reunirse. En el este de Venezuela, se registró al menos una detención.
En Valencia, los opositores tuvieron que replegarse tras protestar contra la acción de la fuerza pública, que ya desde la noche anterior había tomado los sitios anunciados en la capital de Carabobo. En el Estado de Zulia, al oeste del país, también hubo gases lacrimógenos. Allí el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa denunció que los periodistas Joanna Barboza y Felipe López fueron agredidos por uniformados de la contrainteligencia militar. Manifestantes denunciaron hostigamiento de los funcionarios y amenazas de detenciones.
Entretanto, Edmundo González continuaba su agenda internacional, con una visita a Luis Abinader, presidente de República Dominicana, que lo reconoce como «presidente electo» de Venezuela a la espera de jurar el cargo. «Vivimos días críticos en Venezuela, y la única salida es reconocer el mandato popular del pueblo venezolano», dijo el exdiplomático al agradecer al mandatario caribeño.
La reunión con Abinader se llevó a cabo en el Palacio Nacional, en el marco del evento «Acto de apoyo a la democracia en Venezuela», donde estuvieron ocho ex presidentes latinoamericanos, entre ellos Hipólito Mejía (República Dominicana), Laura Chinchilla (Costa Rica) y Felipe Calderón (México).
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