Nadie pensó en la posibilidad de un tumor para explicar las molestias que esta gaditana llevaba años sufriendo. Hoy reclama más visibilidad para la enfermedad, que está creciendo en adultos jóvenes Leer Nadie pensó en la posibilidad de un tumor para explicar las molestias que esta gaditana llevaba años sufriendo. Hoy reclama más visibilidad para la enfermedad, que está creciendo en adultos jóvenes Leer
Más de dos años estuvo Mila Ogalla peregrinando de consulta en consulta sin que nadie prestara demasiada atención a sus molestias. «No te preocupes por eso», le dijeron decenas de veces, achacando la fatiga, el malestar, los problemas para ir al baño y los episodios de diarrea que sufría a todo tipo de causas. «Hasta me dijeron que era porque tomaba demasiado aire al respirar», recuerda.
Tenía 26 años y nadie, ni siquiera ella, pensaba en la posibilidad de un cáncer. Pero el responsable de aquellos problemas era un tumor en el colon que ya había alcanzado los ganglios. Lo descubrió en 2020, precisamente cuando el Covid más arreciaba, poniendo contra las cuerdas el sistema sanitario. «Tenía la cita de la primera colonoscopia programada para el 16 de marzo, justo cuando arrancó el estado de alarma pero, por supuesto se pospuso, porque no se consideraba urgente».
En mayo, musita, por fin vieron el tumor. Y un mes y medio después la operaron. La primera vez que escuchó la palabra cáncer se quedó completamente en shock. «Una doctora empezó a hablarme de la quimioterapia, de cómo iba a ser el tratamiento, de la posibilidad de congelar mis óvulos… hasta que vio en mi mirada que nadie me había dado todavía el diagnóstico y ya pronunció las palabras cáncer de colon». Y en ese preciso momento, todo se paró. «Es que no te lo puedes creer. Eres una persona joven, con un estilo de vida sano, con una buena alimentación, sin ningún factor de riesgo… Y solo piensas, ¿qué hago yo aquí?», recuerda Ogalla, que hoy tiene 31 años y combina su trabajo como actriz y modelo con la concienciación sobre la realidad del cáncer en personas jóvenes para «romper ese tabú que existe» y generar visibilidad sobre un problema creciente.
Los casos de cáncer, tal y como recuerda Ogalla, están aumentando en menores de 50 años. Lo están constatando diversas investigaciones, como un estudio publicado en septiembre de 2023 en la revista BMJ Oncology que estima que la incidencia mundial de tumores en adultos jóvenes (menores de 50 años) ha aumentado un 79% en tres décadas. El estudio muestra diferencias importantes entre países y tipos de tumor, pero revela una clara tendencia al alza, sobre todo en cánceres como el colorrectal. En España, la situación no es de momento equiparable a la de Estados Unidos, donde algunos trabajos han calculado que una persona nacida en los años 90 tiene el doble de posibilidades de sufrir un cáncer de colon que quienes llegaron al mundo en los 50, pero sí se aprecia un crecimiento. «Estamos viendo un aumento claro», constata José Perea, cirujano, director del Instituto Quirúrgico Digestivo de Madrid e investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), que estima que a día de hoy «aproximadamente el 10% de todos los cánceres colorrectales que vemos se dan en menores de 50 años», una cifra creciente que no se explica simplemente por la existencia de factores genéticos que confieren un riesgo elevado para el desarrollo precoz de tumores.
«Encontrar cuáles son las distintas causas que explican este aumento, que es global, que se ve sobre todo en los países desarrollados pero también en países en vías de desarrollo, es lo que estamos intentando hacer distintos grupos», continúa Perea, quien recuerda que muy probablemente no haya un único culpable que explique esta tendencia al alza. Lo más plausible es que distintos factores, algunos incluso todavía desconocidos, puedan estar haciendo crecer las cifras del cáncer en jóvenes. Uno de los factores a los que se señala con más vehemencia tiene que ver con nuestros hábitos de vida. Las alarmantes cifras de obesidad, el sedentarismo, la mala alimentación y el tabaquismo o el consumo de alcohol cumplen un papel importante. «Sabemos que los cambios en los hábitos de vida que se han producido en las últimas décadas influyen», apunta Josep Tabernero, director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Cuestiones como que la alimentación cada vez se base más en alimentos ultraprocesados y sea más rica en grasas y pobre en fibra dan alas al cáncer. «Estamos perdiendo las ventajas que tenemos gracias a la dieta mediterránea», advierte el especialista, quien subraya que «hay que dedicar tiempo a preparar la comida y consumir frutas y verduras de temporada» para invertir en salud.
Tabernero lidera una investigación que está tratando de dilucidar el papel que cumple el microbioma -ese ecosistema de microbios que puebla nuestro intestino y que cumple un papel clave en distintos procesos fisiológicos- en este riesgo de desarrollar un tumor. «Sabemos que el cáncer colorrectal de aparición precoz tiene un microbioma que es distinto al de la población general y también al de las personas con un cáncer colorrectal que ha aparecido a edades más avanzadas», explica el investigador, cuyo equipo ha identificado incluso a una bacteria en particular, Fusobacterium nucleatum, con un papel claro en esta relación, aunque saben que no es la única influyente. «Hay distintos factores que influyen en los cambios y en la composición del microbioma, como la alimentación, la lactancia o el consumo de antibióticos. No hemos establecido todavía los mecanismos implicados, pero sí está demostrada la asociación epidemiológica entre el cáncer colorrectal de aparición joven y un microbioma diferente», explica.
Otra de las cuestiones que se estudia es la influencia de las exposiciones ambientales, por ejemplo a algunos contaminantes, que se produce desde las primeras etapas de la vida. Y, por supuesto, los especialistas no descartan que haya algún factor que todavía desconocemos y cuyo papel sea importante en esta tendencia al alza. «Es importante seguir investigando porque estamos viendo más casos y casos más graves, aunque todavía no se sabe si esto último se debe a una biología más agresiva del tumor o a que muchas veces este tipo de tumores se diagnostican de forma más tardía», señala Perea.
No se piensa en la posibilidad del cáncer colorrectal en jóvenes ni dentro ni fuera de las consultas, coinciden ambos especialistas, quienes ven necesario que se tenga más en cuenta este posible diagnóstico tanto por parte de los profesionales sanitarios como en la ciudadanía. Ante síntomas como la presencia de sangre en las heces (que puede provocar un color oscuro en las deposiciones), cambios notables en el hábito intestinal, cólicos, una anemia por déficit de hierro, una pérdida de peso sin causa justificada o una sensación constante de cansancio y falta de energía es necesario consultar con el médico, recuerdan.
Esta semana, junto a otros pacientes, Mila Ogalla se reunirá con el comisario europeo de Salud, el húngaro Olivér Várhelyi, precisamente para hablar sobre la importancia de visibilizar el cáncer y acabar con el tabú que le rodea. Su objetivo, asegura, es aumentar la concienciación sobre la enfermedad, promover que se hable con honestidad de ella y que otros pacientes tengan más recursos e información que los que ella tuvo durante su periplo. «Todavía sigo reclamando los resultados genéticos de mi tumor, porque no los tengo», lamenta.
Tras la cirugía, Ogalla tuvo que someterse a 12 ciclos de quimioterapia, ocho de ellos de forma oral porque el tratamiento intravenoso tuvo que suspenderse por una respuesta muy agresiva. Para acabar de complicar las cosas, pasó gran parte de ese periodo aislada, porque la terapia coincidió con uno de los peores momentos de la pandemia. «Tuve muchos apoyos, pero a través de una pantalla», explica. Fueron meses muy complicados, recuerda: «Mi vida se vio forzada a ser pausada y tuve que dejar todo aparcado». Y retomar el día a día no ha sido fácil, «por los cambios físicos, mentales y por todo lo que sufrir un cáncer conlleva», cuenta, a través del teléfono, en una pausa del rodaje de la serie que está grabando. Cinco años después, su cáncer está en remisión.
La vida después del diagnóstico es diferente, subraya. Porque, aunque ya no hay rastro de la enfermedad en su organismo, el cáncer sigue muy presente para ella. A día de hoy sigue sufriendo episodios de fatiga, neuropatías periféricas y alteraciones intestinales derivados de la cirugía a la que tuvo que someterse para retirar el tumor. «El espacio que la enfermedad sigue ocupando en tu vida es grande y el miedo a que vuelva también está ahí», desliza.
Actualmente Ogalla acude a revisiones cada cuatro meses. Le han dicho que por las características de su tumor tiene un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de endometrio o de útero, por lo que la batería de análisis y pruebas a las que debe someterse es muy completa. Siempre siente un poco de vértigo cuando se acerca una nueva cita, asegura, aunque «va cambiando cada vez». «A lo mejor lo llevo bien para la colonoscopia y cuando tengo que hacerme la analítica ya me pongo muy nerviosa, con mucha ansiedad», cuenta. Lo que le ha ayudado mucho, remarca, es haber dado una charla en el hospital, junto al equipo de oncología, sobre la realidad de los pacientes. «Fue la primera vez que recorrí esos pasillos con otro objetivo, con otra finalidad y me dio mucha paz». «Hay que hablar del cáncer porque existe un tabú que lo único que hace es incrementar el miedo e impedir que haya información y una comunicación abierta y honesta sobre la enfermedad. Cuanto más constantes sean esas conversaciones, más conscientes van a ser tanto la población como el personal médico o los responsables políticos de cuál es la realidad», reclama. «Es una necesidad. Es muy importante que entre todos acabemos con ese pavor a hablar del cáncer que todavía existe».
Cifras del cáncer. Se estima que en 2025 se diagnosticarán en España 296.103 nuevos casos de cáncer, según cifras de SEOM. Se espera que en 2050 lleguen a 350.000 los nuevos diagnósticos.
Por edades. El cáncer sigue muy asociado a la edad. Las estimaciones señalan que de los casos esperados para 2025, 176.981 se producirán en mayores de 65 años. Se calcula que 16.508 serán en menores de 45.
Tipos. Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en España en 2025 serán los de colon y recto (44.573 nuevos casos), mama (37.682), pulmón (34.506), próstata (32.188) y vejiga urinaria (22.435).
Mortalidad. En 2023, el cáncer de pulmón fue el responsable del mayor número de muertes por cáncer en España, seguido de los cánceres de colon, próstata, páncreas y tumores hepáticos y de vías biliares.
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