El Atlético añade juego a su racha de victorias y firma en Praga la mayor goleada de su historia como visitante en Champions

De París a Praga, la Champions del Atlético se ha clarificado lejos del Metropolitano. Lo que parecía un embrollo tras las tres primeras jornadas se ha convertido, después de dos viajes a dos de las ciudades más turísticas de Europa, en una situación que le hace afrontar con optimismo la recta final de la nueva liguilla e incluso pensar en asaltar el top-8 que le permitiría saltarse la ronda de dieciseisavos de final. Si ante el PSG tocó sufrir de lo lindo, este miércoles y ante un rival, todo hay que decirlo, muy inferior como el Sparta, el equipo de Diego Pablo Simeone pudo gustarse (0-6) y añadió buen juego, por fin, a la racha de victorias que protagoniza en el último tramo de la temporada (6 con la de hoy). De París a Praga, la Champions del Atlético se ha clarificado lejos del Metropolitano. Lo que parecía un embrollo tras las tres primeras jornadas se ha convertido, después de dos viajes a dos de las ciudades más turísticas de Europa, en una situación que le hace afrontar con optimismo la recta final de la nueva liguilla e incluso pensar en asaltar el top-8 que le permitiría saltarse la ronda de dieciseisavos de final. Si ante el PSG tocó sufrir de lo lindo, este miércoles y ante un rival, todo hay que decirlo, muy inferior como el Sparta, el equipo de Diego Pablo Simeone pudo gustarse (0-6) y añadió buen juego, por fin, a la racha de victorias que protagoniza en el último tramo de la temporada (6 con la de hoy).  

De París Praga, la Champions del Atléticose ha clarificado lejos del Metropolitano. Lo que parecía un embrollo tras las tres primeras jornadas se ha convertido, después de dos viajes a dos de las ciudades más turísticas de Europa, en una situación que le hace afrontar con optimismo la recta final de la nueva liguilla e incluso pensar en asaltar el top-8 que le permitiría saltarse la ronda de dieciseisavos de final. Si ante el PSG tocó sufrir de lo lindo, este miércoles y ante un rival, todo hay que decirlo, muy inferior como el Sparta, el equipo de Diego Pablo Simeone pudo gustarse (0-6) y añadió buen juego, por fin, a la racha de victorias que protagoniza en el último tramo de la temporada (6 con la de hoy).

Apostó el técnico argentino de inicio por un once muy europeo, de muchas piernas y pulmones. Con Griezmann y Koke en el banquillo, y dando entrada a sus perros de presa como Conor Gallagher. Con Julián Álvarez haciendo del francés, en la posición de segundo punta por detrás de un Sorloth titular tras solventar la papeleta del pasado sábado ante el Alavés. Y con una banda derecha inédita hasta la fecha, con Llorente y Giuliano reparténdose el costado, el primero como lateral y el segundo como extremo.

Recuperó, por tanto, el 4-4-2 clásico y denostado en los últimos años en favor de la defensa de cinco. Y le funcionó desde el primer minuto. La tuvo, de hecho, el propio Giuliano al poco de empezar. Una buena presión al alimón de Julián y Gallagher dejó el balón en el pico del área en botas de De Paul, que encontró en el área al hijo del Cholo, pero su cabezazo a placer se fue desviado. Un aviso de lo que llegaría apenas un par de minutos después, con Julián como gran protagonista.

Porque el argentino se lo guisó, y el argentino se lo comió. Fue derribado en la media luna del área tras una poderosa arrancada y pidió para él el lanzamiento de la falta. Y la mandó a la jaula, con un zarpazo duro pero que, todo hay que decirlo, entró algo centrado ante la estatua que protagonizó Vindahl Jensen, el portero de los checos. Era el primer tanto de falta del Atlético enChampions en 15 años, y sirvió para que los rojiblancos empezaran un choque europeo ganando por primera vez en lo que va de año, lo que les clarificó sobremanera el camino.

El gol desactivó por completo a un Sparta que tampoco es que hubiera protagonizado un inicio fulgurante. Muy inferior en lo técnico a los rojiblancos, este martes de gris, tampoco aprovechó su condición de local para arrancar presionando y metiendo el miedo en el cuerpo al rival, como es tan habitual en Europa. Se limitó a esperar, timorato, al equipo colchonero y buscar una contra, pero Pablo Barrios, muy atanto en todo momento desde la posición de pivote, ejerció de escoba para cortar todos y cada uno de los intentos checos.

Salía cómodo de la presión el Atletico, que llegaba con facilidad hasta el último tercio del campo, pero le faltaba algo de precisión en los metros finales. La encontró en los quince últimos minutos de la primera parte, donde tuvo varias para sentenciar. Todas nacieron de las botas de Julián, en este caso como asistente, ejerciendo a lo Griezmann. Primero encontró dentro del área a un De Paul que escorado y cayéndose se topó con Vindahl Jensen. Y luego, tras robar y salir al contrataque dejó solo a Sorloth en el mano a mano, pero el guardameta adivinó sus intenciones y desbarató otra oportunidad de los de Simeone.

Parecía estar resarciéndose del error del primer tanto el portero danés cuando, de pronto, la terminó de liar y selló, prácticamente el triunfo del Atlético. Justo antes de ir para vestuarios, dudó en un centro de Llorente al ver a Sorloth en el área pequeña con intenciones, o eso parecía, de cabecear. Pero el noruego contuvo sus ganas de ver puerta y dejó que el balón se alojara mansamente en las redes de la portería checa, sentenciando el choque con un segundo tanto que hizo justicia a las intenciones del equipo rojiblanco.

La mejor manera de no sufrir era no relajarse, y seguir atacando, y así se planteó el Atlético el segundo tiempo. Lo ejemplificó mejor que nadie un Barrios omnipresente, tanto en la faceta defensiva, lanzando la presión y robando, como en la creativa. En sus botas se originaban jugadas, combinando con un Julián que también iba a otro ritmo. Así nació una combinación que estuvo a punto de embocar Giuliano, que de derroche también va sobrado.

No llegó ahí el tercero, pero sí un par de minutos después con una contra que condujeron los mismos protagnistas, pero cambiándose los papeles. En este caso asistió Guiliano y definió Julián, que sumó su noveno tanto de la temporada y demostró que está preparada, si alguien lo dudaba, para asumir el liderazgo de un equipo que crece a su alrededor. También hubo tiempo para el gol de Griezmann, que desde el banquillo participó en su partido 100 en Champions y dejó su sello con el cuarto tanto. Y para que Correa, como no de revulsivo, redondeará el choque con un doblete que, además, permite al equipo de Simeone compensar su maltrecho golaverage hasta dejarlo en positivo (+2), algo que puede ser importante ante los ocasionales futuros empates.

A partir de las victorias y ahora, por fin, del buen juego, el Atlético empieza a carburar, y a sonreir. No es fácil toparse con partidos fáciles en Liga de Campeones, pero protagonizó uno de esos en Praga, y empezó a cimentar su pase a las eliminatorias. Partido a partido, son ya seis las victorias de un Atlético que suma ya 9 de los 15 puntos que ha habido en juego en la Champions, y ahora ve su futuro en Europa con optimismo. Algo que, hace no tanto, no parecía sencillo.

 Diario de Mallorca – Deportes

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