El 40% de las personas trans y no binarias señala que los profesionales sanitarios no saben cómo atender al colectivo

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Cuatro de cada 10 personas trans y no binarias señalan que los profesionales sanitarios no saben cómo atender al colectivo. Así lo refleja el estudio Transaludes, que ha llevado a cabo un equipo de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III.

Transaludes es el primer estudio que ha analizado a nivel nacional en España el estado de salud de las personas trans y no binarias. Su objetivo, según señalaron sus responsables en una presentación este martes, es aumentar el conocimiento sobre la salud de esta comunidad y facilitar posibles proponer mejoras en su acceso a los servicios sociosanitarios.

El estudio se ha llevado a cabo a través de una encuesta online y anónima, que han contestado 1.823 personas trans y no binarias residentes en las 17 comunidades autónomas españolas y las dos ciudades autónomas. El 35% de las personas participantes son hombres trans, el 23% mujeres trans, y el 42% personas no binarias, con una edad media de alrededor de 26 años.

Los resultados del estudio muestran no solo que el 40% de los encuestados perciben desconocimiento entre el personal sanitario. Uno de cada diez encuestado también señaló que el personal que les atendió consideraba que ser una persona trans o no binaria es una enfermedad. «Estos resultados evidencian la necesidad de implementar programas de formación y sensibilización específicos dirigidos al personal sanitario; Es necesaria una coordinación desde el Sistema Nacional de Salud que garantice una atención integral y respetuosa a las necesidades de salud de las personas trans y no binarias», ha indicado el equipo del ISCIII en un comunicado.

La investigación también pone de manifiesto que la proporción de personas del colectivo que considera que su estado de salud es bueno o muy bueno es inferior a la de la población general de su misma edad.

Por otro lado, Transaludes también revela especialmente problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, debido a la discriminación estructural que sufre este colectivo: «Los datos obtenidos sobre ideación e intentos autolíticos son especialmente preocupantes en población tan joven, y muestran que la capacitación del sistema para atender la salud mental del colectivo no sólo es necesaria, sino urgente», afirma María José Belza, investigadora del ISCIII y líder de la investigación.

En esa línea, además, algo más de la mitad de las personas encuestadas refería que no podían cubrir sus necesidades de atención en salud mental por motivos económicos. Por otro lado, el alto número de hombres trans y personas no binarias asignadas mujer al nacer, que nunca ha acudido a consultas de ginecología, muestra que pueden existir importantes barreras de acceso a esta especialidad.

Por otro lado, la práctica totalidad de las personas trans y no binarias participantes reveló haber algún tipo de violencia tránsfoba o discriminación por su identidad de género a lo largo de su vida. Casi la mitad de las personas participantes habían sido agredidas físicamente en algún momento. La encuesta refleja que estas agresiones tuvieron repercusiones en la salud de ocho de cada 10 personas que las sufrieron.

En torno a esta problemática, Transaludes revela que las cifras de violencia sexual contra el colectivo dentro y fuera de la pareja también fueron muy elevadas: «Estos datos son muy superiores a los de las personas que llegan finalmente a denunciar y muestran la necesidad de desarrollar programas de prevención, detección y protección frente a la discriminación y violencia hacia las personas trans y no binarias en todos los ámbitos», indica el equipo del estudio Transalud.

El equipo de investigación destaca la importancia de abordar la salud de las personas trans y no binarias desde la despatologización, entendiendo la identidad de género como parte de la diversidad humana y no como una enfermedad o trastorno, y con un marco no estigmatizante. «Es importante entender que la salud, y especialmente la salud mental, está muy influenciada por las situaciones de discriminación y otros tipos de violencia a las que las personas trans se enfrentan», recuerda Belza. El enfoque utilizado para llevar a cabo la investigación está respaldado por organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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