La celiaquía puede ser una causa desconocida de infertilidad en mujeres que buscan un embarazo. Si no se trata, afecta al estado de la gestante y al desarrollo fetal Leer La celiaquía puede ser una causa desconocida de infertilidad en mujeres que buscan un embarazo. Si no se trata, afecta al estado de la gestante y al desarrollo fetal Leer
En España se calcula que 1 de cada 100 personas padecen enfermedad celiaca. Pero de esa media de 450.000 afectados, solo 60.000 han sido diagnosticados.
Un 85% de las personas con esta enfermedad autoinmune vive con ella sin saberlo en parte por el gran número de síntomas que puede presentar. La infertilidad es uno de ellos y se convierte a menudo en la antesala del diagnóstico en mujeres que buscan un embarazo.
Según explica Nuria Pérez, ginecóloga responsable de la Clínica de Reproducción Asistida y Fertilidad Ginemed Madrid-Aravaca, la celiaquía es una enfermedad autoinmune de componente genético en la que el consumo de gluten desencadena una reacción inflamatoria generalizada y daño en las vellosidades del intestino delgado.
«Puede causar malnutrición generalizada, lo que repercute en la fertilidad debido a la mala absorción de nutrientes esenciales, como la vitamina D y el calcio. Además, puede aumentar el riesgo de abortos espontáneos. Esta enfermedad afecta al 1-2% de la población en Europa, con una proporción de 2 a 1 en mujeres respecto a hombres», señala.
El déficit nutricional, sobre de todo de zinc, hierro y vitamina B12, «conlleva un mal control de los ciclos ovulatorios y aumenta las probabilidades de aborto», continúa la especialista, quien recuerda que «al ser una enfermedad autoinmune, produce un estado inflamatorio crónico que afecta a la calidad ovocitaria y empeora la eficacia de los tratamientos de Fecundación In Vitro (FIV). Además, la presencia de autoanticuerpos puede producir fallos de implantación».
Por otro lado, el trastorno también «se asocia con otras enfermedades autoinmunes, como el síndrome de Wilson y la tiroiditis autoinmune, que pueden producir anticuerpos antiováricos y disminuir la reserva ovárica. También se ha observado que las pacientes celíacas tienen un mayor riesgo de desarrollar endometriosis, especialmente durante el primer año tras el diagnóstico».
En la consulta de reproducción asistida «se puede llegar a diagnosticar la enfermedad celiaca en mujeres con dificultades para gestar o con fracasos repetidos de fecundación ‘in vitro’, sin que fueran conscientes de que la padecían». En esos casos, el especialista en fertilidad debe prestar especial atención a los posibles déficits nutricionales que puede presentar la paciente en estado preconceptivo. «La prioridad de una mujer celiaca que quiera garantizar un embarazo sano y sin complicaciones debe ser asegurarse un correcto aporte de vitaminas y minerales esenciales», subraya Pérez.
Muchas mujeres con dificultades para tener hijos no logran relacionar el hecho de que su infertilidad puede estar en una celiaquía no diagnosticada. Sin embargo, la ginecóloga señala que actualmente existe mucha información disponible para los pacientes sobre la relación entre la alimentación y la fertilidad.
Los riesgos más importantes que pueden darse en el embarazo de una mujer celiaca se derivan de la deficiencia de nutrientes esenciales para el crecimiento fetal: aborto, espina bífida, crecimiento intrauterino retrasado (CIR), así como los derivados del estado de malabsorción de la madre, como es el caso de la anemia. «Una mujer celíaca no diagnosticada puede experimentar síntomas gastrointestinales, fatiga y malnutrición durante el embarazo. Esto puede llevar a complicaciones como el retraso en el crecimiento intrauterino del feto (CIR tipo II) y dificultades para establecer una lactancia adecuada», sostiene Pérez.
La solución pasa por eliminar de forma inmediata el gluten de la dietade la gestante sin que ello afecte al correcto desarrollo fetal ni a la lactancia. «El gluten es una proteína presente en algunos cereales, como el trigo, la cebada y el centeno, que no ofrece ventajas nutricionales en comparación con otras proteínas. Por lo tanto, se puede eliminar de la dieta durante el embarazo sin afectar el desarrollo fetal ni a la lactancia, siempre que la alimentación sea equilibrada y completa».
En este sentido hace hincapié en que es crucial mantener una alimentación sana y completa, «evitando por completo los cereales que contienen gluten. También se recomienda tomar complejos vitamínicos que incluyan vitamina D, seguir una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, aceite de oliva, legumbres y frutos secos, y asegurar un adecuado aporte proteico».
Como en cualquier otro ámbito de la medicina, la reproducción asistida intenta ser lo más personalizada posible. «Las técnicas se adaptan a las necesidades individuales de cada paciente. En mujeres celíacas, se tienen en cuenta factores como la reserva ovárica y posibles complicaciones secundarias, como la afectación de la permeabilidad tubárica o la calidad ovocitaria, especialmente si hay endometriosis asociada», indica Pérez.
En cualquier caso ante una mujer celíaca en busca del embarazo, el experto en fertilidad debe prestar especial atención a ciertos aspectos: «Es especialmente importante realizar pruebas de reserva ovárica lo antes posible para aconsejar el tratamiento más adecuado según el deseo genésico de la paciente, ya sea preservación de óvulos o técnicas de reproducción asistida (TRA). Además, es fundamental evaluar posibles enfermedades autoinmunes asociadas, especialmente las tiroideas.
El cribado de celiaquía, como ocurre en otras enfermedades, aparece como solución al infradiagnóstico de esta enfermedad. Desde el año 2018 el Ministerio de Sanidad ha establecido grupos de trabajo para el diagnóstico y manejo de la enfermedad tanto en población infantil como en adulta.
El protocolo para el diagnóstico precoz de la enfermedad celiaca contempla la asistencia que los médicos de atención primaria y especializada proporcionan a toda persona con sospecha o riesgo de padecer celiaquía, ya una detección temprana, coinciden los expertos en esta patología, podría evitar complicaciones graves como la anemia ferropénica, la osteoporosis o el linfoma intestinal. Además de mejorar la detección precoz, se busca abordar cuestiones clave que afectan a la atención de las personas celiacas relacionadas con el tratamiento, el seguimiento clínico de los pacientes, la refractariedad y la malignidad.
En el ámbito de la reproducción asistida, explica la especialista de Ginemed, «un gran avance ha sido la incorporación de las técnicas de cribado de celiaquía en el protocolo de guía de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) en los casos de perdida gestacional recurrente y de fallo de implantación embrionaria».
Subraya, además, que en los últimos años, también se incluye la determinación de marcadores en sangre de enfermedad celíaca en los protocolos básicos de estudio de fertilidad. «Esto facilita la identificación de la celiaquía en mujeres con infertilidad, abortos de repetición o endometriosis, mejorando así las opciones de tratamiento y los resultados reproductivos».
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