«Creí que iba a morir»: el joven engullido por una ballena rompe su silencio

Adrián Simancas, un joven de 23 años, ha vivido un episodio que parece sacado de una película de aventuras: fue engullido por una ballena mientras navegaba en kayak en el Estrecho de Magallanes y, contra todo pronóstico, salió ileso. Su testimonio, que ha dado la vuelta al mundo, es tan impresionante como la imagen que registró la cámara de su padre, mostrando el momento en que el cetáceo lo atrapó y lo devolvió al mar.

Aún asimilando lo ocurrido, Adrián ha compartido su experiencia en el Canal 24 Horas de RTVE, describiendo lo que sintió en esos segundos de incertidumbre absoluta. “Cuando sentí que algo por detrás se acercaba y cerraba su boca sobre mí, hundiéndome en el agua, pensé que iba a morir”, confiesa. “No había nada que pudiera hacer para defenderme en ese momento”.

El impacto de la historia ha sido inmediato. En cuestión de horas, el video del incidente se hizo viral, con millones de personas asombradas por lo ocurrido. Para Simancas, sin embargo, la viralidad es lo menos importante. “Todavía tengo una mezcla de emociones”, explica. “Estoy un poco abrumado por todo el alcance que ha tenido la historia, pero también tengo la esperanza de que esto pueda ser algo positivo para las personas que lo ven. Para mí fue un aprendizaje”.

Todo sucedió en cuestión de segundos. Ni él ni su padre vieron venir a la ballena. “Llegó por detrás de mí. Mi padre tampoco la vio porque iba frente a mí”, relata el joven. “Él había activado la cámara 360 porque el clima estaba cambiando, empezó a llover y a haber olas, y quería registrar la excursión”. Gracias a esa decisión, el suceso quedó grabado, convirtiéndose en una de las imágenes más impactantes del año.

 

Lo que comenzó como una simple travesía en kayak con su padre tenía otro propósito: celebrar un cumpleaños con una acampada en la isla Nasau. Sin embargo, la pérdida del remo tras el encuentro con la ballena obligó a cancelar los planes. “Fue una situación completamente inesperada”, admite Simancas.

A pesar del susto, el joven no siente rencor hacia el animal. Al contrario, ve el episodio como una lección de respeto hacia la naturaleza. “No fue un ataque, fue un accidente. Las ballenas son animales majestuosos y debemos respetar su espacio”, afirma. “Lo que me pasó es una muestra de que la naturaleza sigue siendo impredecible, y tenemos que aprender a convivir con ella en armonía”.

Ahora, con la vida retomando su curso, Adrián reflexiona sobre lo que ha significado para él esta experiencia. “Me salvé de algo que parecía inevitable, y eso me hace valorar aún más cada día”, concluye.

 Adrián Simancas vivió un momento límite en el Estrecho de Magallanes y contó su experiencia ante las cámaras de RTVE  

Adrián Simancas, un joven de 23 años, ha vivido un episodio que parece sacado de una película de aventuras: fue engullido por una ballena mientras navegaba en kayak en el Estrecho de Magallanes y, contra todo pronóstico, salió ileso. Su testimonio, que ha dado la vuelta al mundo, es tan impresionante como la imagen que registró la cámara de su padre, mostrando el momento en que el cetáceo lo atrapó y lo devolvió al mar.

Aún asimilando lo ocurrido, Adrián ha compartido su experiencia en el Canal 24 Horas de RTVE, describiendo lo que sintió en esos segundos de incertidumbre absoluta. “Cuando sentí que algo por detrás se acercaba y cerraba su boca sobre mí, hundiéndome en el agua, pensé que iba a morir”, confiesa. “No había nada que pudiera hacer para defenderme en ese momento”.

El impacto de la historia ha sido inmediato. En cuestión de horas, el video del incidente se hizo viral, con millones de personas asombradas por lo ocurrido. Para Simancas, sin embargo, la viralidad es lo menos importante. “Todavía tengo una mezcla de emociones”, explica. “Estoy un poco abrumado por todo el alcance que ha tenido la historia, pero también tengo la esperanza de que esto pueda ser algo positivo para las personas que lo ven. Para mí fue un aprendizaje”.

Todo sucedió en cuestión de segundos. Ni él ni su padre vieron venir a la ballena. “Llegó por detrás de mí. Mi padre tampoco la vio porque iba frente a mí”, relata el joven. “Él había activado la cámara 360 porque el clima estaba cambiando, empezó a llover y a haber olas, y quería registrar la excursión”. Gracias a esa decisión, el suceso quedó grabado, convirtiéndose en una de las imágenes más impactantes del año.

Lo que comenzó como una simple travesía en kayak con su padre tenía otro propósito: celebrar un cumpleaños con una acampada en la isla Nasau. Sin embargo, la pérdida del remo tras el encuentro con la ballena obligó a cancelar los planes. “Fue una situación completamente inesperada”, admite Simancas.

A pesar del susto, el joven no siente rencor hacia el animal. Al contrario, ve el episodio como una lección de respeto hacia la naturaleza. “No fue un ataque, fue un accidente. Las ballenas son animales majestuosos y debemos respetar su espacio”, afirma. “Lo que me pasó es una muestra de que la naturaleza sigue siendo impredecible, y tenemos que aprender a convivir con ella en armonía”.

Ahora, con la vida retomando su curso, Adrián reflexiona sobre lo que ha significado para él esta experiencia. “Me salvé de algo que parecía inevitable, y eso me hace valorar aún más cada día”, concluye.

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