Cirugía robótica en Urgencias gracias a un programa pionero implantado en el Hospital Germans Trias i Pujol: más precisión y menos riesgos de complicaciones

Este hospital cuenta en exclusiva con un robot 24 horas al año para atender las cirugías urgentes Leer Este hospital cuenta en exclusiva con un robot 24 horas al año para atender las cirugías urgentes Leer  

La cirugía robótica ya se ha empleado en intervenciones no programadas, pero el Hospital Germans Trias i Pujol, en Badalona, ha puesto en marcha el primer programa sistematizado donde se cuenta con un robot disponible las 24 horas de los 365 días del año para efectuar cirugías urgentes. José María Balibrea, artífice y responsable del programa, explica a este medio el concepto, y como buen cirujano va al grano: «Se trata de un robot en Urgencias para urgencias».

Los pacientes que necesitan una intervención no planificada se van a beneficiar así de todas las ventajas de la cirugía robótica, tales como la precisión milimétrica en los procedimientos, la reducción del tiempo de recuperación y el menor riesgo de complicaciones postoperatorias. Si estas ventajas son esenciales en cualquier intervención, lo son más, si cabe, en los contextos de urgencia, donde el tiempo y la eficacia resultan críticos.

Es el caso, por ejemplo, de intervenciones quirúrgicas cuando hay perforaciones en el estómago, hernias complicadas, obstrucciones intestinales, colecistitis o apendicitis.

José María Balibrea, director de la Unidad de Cirugía de Urgencias y miembro del servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital, enumera las razones de contar con un robot en Urgencias: «El paciente más frágil es el que necesita todo a su disposición, la máxima tecnología, y a Urgencias llegan los pacientes más complicados. Además, la robótica va a democratizar la cirugía, ya se está viendo en Estados Unidos, donde cirujanos que no habían entrado en la laparoscopia están empezando a hacer robótica. Homogeneizar el nivel de los cirujanos redunda en un beneficio al paciente«, en el sentido de que asegura un acceso «a la mejor ejecución quirúrgica» de manera generalizada.

Finalmente, Balibrea apunta al efecto dinamizador de esta iniciativa en un bloque quirúrgico, algo que encuentra «equivalente a lo que en los 80 o los 90 se vivió con los trasplantes». El cirujano destaca cómo los equipos – personal de cirugía, anestesia, enfermería y el resto de personal que participa- se han volcado en la formación», un intangible que «para mí es una de las grandes ventajas de este programa».

La formación especializada de los equipos asistenciales es clave para mantener la cirugía robótica siempre accesible, por ello, la práctica totalidad del servicio está acreditada, comenta Balibrea. Todo el personal de quirófano recibe una preparación técnica exhaustiva para utilizar los robots quirúrgicos con seguridad y eficiencia, una formación continua que garantiza que los profesionales estén capacitados para tomar decisiones críticas y actuar con rapidez en situaciones de emergencia, ofreciendo una atención óptima a los pacientes.

La puesta en marcha del proyecto, en la que se trabaja desde hace un año, ha sido posible gracias al apoyo y el impulso de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu, que ha dotado a los nuevos equipos robóticos para la creación del Centro de Robótica Intervencionista de Germans Trias, convirtiendo al Hospital de Can Ruti en un centro de referencia a nivel internacional.

En la Unidad ya se han llevado a cabo una veintena de casos, principalmente en las indicaciones mencionadas. Además, el programa también garantiza que el robot pueda utilizarse en caso de reintervenciones de cirugías hechas con robot. Balibrea no descarta que a medida que el programa esté más engrasado, a corto y medio plazo, se incorporen cirugías más complejas. «No sería raro llegar en el primer año a los 250 casos», estima el cirujano.

Una de las primeras personas operadas de urgencia con robot en el contexto del programa ha sido una mujer de 81 años que sufrió una inflamación de la vesícula biliar. Aunque el procedimiento contó con la dificultad añadida de que la mujer presentaba otras intervenciones quirúrgicas previas, fue dada de alta antes de lo previsto y sin incidencias.

De momento, las contraindicaciones para recurrir al robot en este programa son la inestabilidad hemodinámica o los casos en los que se prevea una dificultad técnica extrema, aunque, matiza el cirujano, «en nuestros servicios hay profesionales muy expertos en cirugía robótica». Y a modo de anécdota, comenta cómo la primera semana uno de los cirujanos realizó una colectomía derecha por una oclusión que resultó estar provocada por un tumor con excelentes resultados.

No obstante, el creador de este proyecto -quien subraya y agradece el decidido apoyo de los responsables de la gerencia y del Servicio de Cirugía General y Digestiva del hospital- considera prudente que los avances sean progresivos. «Nuestra idea es que una vez completada la primera fase, probablemente a mediados del próximo año, iniciemos ensayos clínicos de comparación frente a laparoscopia». También se completarán los estudios de costes, ya en marcha, y que indican que la robótica no supera en gastos a la laparoscopia, menciona sobre las necesarias evaluaciones internas y externas que se están realizando.

Todo apunta a que el robot favorecerá el acortamiento de los tiempos quirúrgicos -de forma clara en las apendicitis y colecistitis-, así como el de las estancias, por mencionar algunas ventajas, pues también se están midiendo factores como el uso de analgésicos y la calidad de vida de los pacientes. «Ahora tenemos la oportunidad de protocolizar estos procedimientos», afirma, consciente de que muchos ojos están ya puestos en el programa.

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