Se trata de un tumor poco frecuente que aparece con síntomas inespecíficos como cefaleas y alteraciones cognitivas, como problemas en el habla Leer Se trata de un tumor poco frecuente que aparece con síntomas inespecíficos como cefaleas y alteraciones cognitivas, como problemas en el habla Leer
Los linfomas cerebrales son una clase de tumores poco frecuentes, ya que representan alrededor de un 4% de los tumores intracraneales. Recientemente, el cantante Raphael ha recibido este diagnóstico: «linfoma cerebral primario con dos nódulos cerebrales en el hemisferio izquierdo que justifican los síntomas neurológicos que presentó hace unos días».
Así reza el parte que el Hospital 12 de Octubre ha trasladado a los medios. Al tiempo, se ha informado de que ya se ha iniciado tratamiento específico para esta patología que continuará de forma ambulatoria.
La edad de presentación media es de 60 años. Se trata de personas que tienen un sistema inmunitario debilitado por alguna de las siguientes condiciones, como recoge el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU: VIH, SIDA, virus de Epstein-Barr u otros trastornos del sistema inmunitario, o que recibieron un trasplante de órganos.
Según la Clínica Universidad de Navarra (CUN), se apunta a que estos tumores se originan a partir de los linfocitos (que son células normales de la sangre y del sistema linfático) y, por razones todavía desconocidas, su localización queda restringida al cerebro.
Los signos del tumor son inespecíficos y son motivo de consulta porque pueden confundirse con otras patologías neurológicas, como el ictus.
Los síntomas más frecuentes, como recoge la CUN, son déficits neurológicos focales (como por ejemplo pérdida de fuerza en las extremidades de un lado, trastornos del lenguaje o de la visión, etc…), cambios en el carácter y comportamiento, y cuadros de aumento de la presión intracraneal (dolor de cabeza con vómitos intensos y visión borrosa).
Para el diagnóstico de los linfomas del sistema nervioso cerebral (SNC) se realiza una prueba de neuroimagen (un escáner o una resonancia magnética con inyección de contraste) que ponen de manifiesto la existencia de una lesión, aunque será necesario obtener una muestra del tumor para establecer el diagnóstico definitivo.
Además, se recomienda realizar una punción lumbar para análisis del liquido cefalorraquídeo, así como una resonancia magnética de la medula espinal y un examen oftalmológico para conocer la extensión real del linfoma cerebral.
Con el fin de descartar un linfoma «sistémico» (es decir, un linfoma que se ha originado en otra parte del organismo y que posteriormente ha invadido el cerebro), es necesario completar el estudio con un escáner y/o PET corporal, una ecografía testicular y una biopsia de medula ósea.
Para eliminar los linfoma primario del SNC se emplean tratamientos basados en quimioterapia sistémica, quimioterapia intratecal o quimioterapia intraventricular, en esta última se colocan medicamentos contra el cáncer en los ventrículos (cavidades llenas de líquido) del encéfalo.
Depende de la situación de cada paciente. Desde el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU se señala que el tratamiento del linfoma primario del SNC es más eficaz cuando el tumor no se ha diseminado fuera del cerebro (la parte más grande del encéfalo) y el paciente tiene menos de 60 años.
La situación inmunitaria del paciente también tiene un peso específico, ya que un sistema de defensas débil hará más complicada la recuperación.
Salud // elmundo