La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha celebrado exultante los beneficios récord de 12.574 millones de euros en 2024 y anticipa en 2025 otro año de ganancias históricas para la entidad financiera. «El 2025 será un año mejor para Santander». Botín ha defendido que «queremos seguir creciendo y ser cada vez más rentables», aunque ha advertido de que este ejercicio va a ser un año «más complicado, complejo y volátil», un entorno ante lo que aseguró que el banco «está mejor preparado que nuestros comparables. Nuestro modelo nos va a permitir ir mejor que nuestros competidores este año. No va a ser fácil, pero nos va a ir mejor. Esto no es cuestión de un año, sino que es una maratón», ha explicado Botín durante su intervención en la rueda de prensa de sus cuentas anuales. «A nivel global esperamos que suba el beneficio y suba la rentabilidad».
En el caso del negocio en España, para 2025 augura que el crecimiento «será plano», pese al impulso en banca comercial y en clientes, pero la bajada de tipos va a propiciar este estancamiento. Santander obtuvo en el mercado español en 2024 un beneficio neto de 3.762 millones de euros en 2024, un 58,7% más que el año anterior, gracias a unos mayores ingresos y menores dotaciones, además de la contribución de resultados por operaciones financieras. Será un año en que lo haremos incluso mejor».
La presidenta de Banco Santander ha destacado que el mercado bancario en Estados Unidos volverá a ser más atractivo que el europeo por el contexto de menor regulación e impuestos, especialmente a futuro ante la agenda política de su nuevo presidente, Donald Trump. «En Europa hay poco crecimiento porque la regulación es más dura que en otras áreas, por ejemplo Asia o Estados Unidos». Por ello, cree que Europa necesita un «mayor crecimiento», ya que sin ello «no hay políticas sociales». Como una posibilidad de acelerar este crecimiento, Botín ha apuntado un cambio al exceso de supervisión y regulación, especialmente en cuanto al ámbito de los requerimientos de capital. Según la presidenta, exigirle 1.000 millones de euros más al banco supondría que éste podría prestar unos 16.000 millones menos de crédito a pymes, y 40.000 millones a nivel global.
Tampoco piensa que las últimas decisiones del presidente estadounidense no influirá en el negocio del Santander, que trabaja «con todos los gobiernos de todos los países» en los que opera. «Nuestra responsabilidad es trabajar de la mano de todos los gobiernos. Cuanto mejor le vaya al país donde operamos mejor nos irá a nosotros».
En este sentido y sobre México, otro de los mercados importantes para el banco, el consejero delegado, Héctor Grisi, ha avanzado que el negocio progresará a pesar de la incertidumbre por las políticas comerciales de Trump. «México se va a adaptar mucho a la situación. México entiende bien la conectividad que tiene que tener con Estados Unidos».
Botín también ha dejado claro que el negocio en Reino Unido no tiene el cartel de venta porque mantiene una perspectiva positiva, por lo que ha negado una posible desinversión en el negocio británico «porque es uno de nuestros principales mercados y no está a la venta. Todavía tiene mucho potencial de mejora de su rentabilidad y sigue siendo uno de nuestros principales mercados», por lo que cree que el peso de la banca minorista británica sobre el total del negocio va a seguir aumentando, pese a que el margen de intereses se redujo «ligeramente» en el segundo semestre de 2024, pero la previsión es que estos ingresos «vuelvan a aumentar».
Sin embargo, la presidenta no cierra la puerta a operaciones inorgánicas con otras entidades, «siempre que generen rentabilidad» para el banco, aunque ha reconocido que a corto plazo «no estamos examinando operaciones corporativas en Europa» porque el exceso regulatorio en Europa «impide que haya un marco que favorezca las operaciones transfronterizas. No compensa». Botín ha reafirmado que cualquier exceso de capital que vaya más allá de nuestro rango por encima del 12% (ratio CET 1) «se devolverá como remuneración adicional a nuestros accionistas».
Respecto al problema de la vivienda, Botín ha manifestado que «el problema de la vivienda no es la falta de financiación, sino por falta de oferta». Según sus cuentas, existe una demanda insatisfecha de 600.000 viviendas en España, donde se construyen menos de 100.000, a lo que se suma que el mercado inmobiliario es principalmente de particulares y el profesional supone sólo un 15%, «muy por debajo de otros países como Alemania, que supera el 50%». Para cambiar la situación, la presidenta del Santander considera que debe haber un marco «atractivo y con más certidumbre jurídica» para los inversores profesionales, dada la necesidad de atraer capital extranjero, pues en la actualidad «los retornos son justitos».
Preguntada por la reducción de la jornada laboral aprobada por el Gobierno, ha indicado que, cuando se hacen cambios regulatorios de ese tipo, hay que pensar «no sólo en el Santander o las grandes empresas, sino sobre todo en los autónomos y pymes del país», que suponen el 98% del tejido empresarial español, por lo que estos cambios «se deben acometer pensando en el conjunto y llevarlos a cabo con consenso social».
La máxima directiva de la entidad ha confirmado que destinará a los accionistas 10.000 millones de euros a través de recompras de acciones correspondientes a los resultados de 2025 y 2026, «usando exceso de capital, adicionales a la distribución ordinaria de dividendos en efectivo gracias a nuestra fuerte generalización de capital». También ha explicado que está previsto que la decisión sobre el dividendo complementario en efectivo con cargo a los resultados de 2024, que se remitirá a la junta general ordinaria de accionistas de 2025, sea aprobada por el consejo del próximo 25 de febrero.
Asimismo, ha confirmado que su intención es seguir al frente de la entidad más allá de 2026, cuando finaliza su mandato actual. «Seguiré en la entidad hasta que el consejo y los accionistas quieran», ha aseverado, y con funciones ejecutivas, a pesar de que se supone que el Banco Central Europeo (BCE) aboga porque estas recaigan exclusivamente en los consejeros delegados. «Santander está considerado como de los mejores bancos europeos de gobernanza».
La presidenta del Santander avisa de un 2025 más «complejo y volátil» y confirma que «el negocio en Reino Unido no está en venta». Critica que el exceso de regulación en Europa porque «impide que se hagan operaciones transfronterizas»
La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha celebrado exultante los beneficios récord de 12.574 millones de euros en 2024 y anticipa en 2025 otro año de ganancias históricas para la entidad financiera. «El 2025 será un año mejor para Santander». Botín ha defendido que «queremos seguir creciendo y ser cada vez más rentables», aunque ha advertido de que este ejercicio va a ser un año «más complicado, complejo y volátil», un entorno ante lo que aseguró que el banco «está mejor preparado que nuestros comparables. Nuestro modelo nos va a permitir ir mejor que nuestros competidores este año. No va a ser fácil, pero nos va a ir mejor. Esto no es cuestión de un año, sino que es una maratón», ha explicado Botín durante su intervención en la rueda de prensa de sus cuentas anuales. «A nivel global esperamos que suba el beneficio y suba la rentabilidad».
En el caso del negocio en España, para 2025 augura que el crecimiento «será plano», pese al impulso en banca comercial y en clientes, pero la bajada de tipos va a propiciar este estancamiento. Santander obtuvo en el mercado español en 2024 un beneficio neto de 3.762 millones de euros en 2024, un 58,7% más que el año anterior, gracias a unos mayores ingresos y menores dotaciones, además de la contribución de resultados por operaciones financieras. Será un año en que lo haremos incluso mejor».
La presidenta de Banco Santander ha destacado que el mercado bancario en Estados Unidos volverá a ser más atractivo que el europeo por el contexto de menor regulación e impuestos, especialmente a futuro ante la agenda política de su nuevo presidente, Donald Trump. «En Europa hay poco crecimiento porque la regulación es más dura que en otras áreas, por ejemplo Asia o Estados Unidos». Por ello, cree que Europa necesita un «mayor crecimiento», ya que sin ello «no hay políticas sociales». Como una posibilidad de acelerar este crecimiento, Botín ha apuntado un cambio al exceso de supervisión y regulación, especialmente en cuanto al ámbito de los requerimientos de capital. Según la presidenta, exigirle 1.000 millones de euros más al banco supondría que éste podría prestar unos 16.000 millones menos de crédito a pymes, y 40.000 millones a nivel global.
Tampoco piensa que las últimas decisiones del presidente estadounidense no influirá en el negocio del Santander, que trabaja «con todos los gobiernos de todos los países» en los que opera. «Nuestra responsabilidad es trabajar de la mano de todos los gobiernos. Cuanto mejor le vaya al país donde operamos mejor nos irá a nosotros».
En este sentido y sobre México, otro de los mercados importantes para el banco, el consejero delegado, Héctor Grisi, ha avanzado que el negocio progresará a pesar de la incertidumbre por las políticas comerciales de Trump. «México se va a adaptar mucho a la situación. México entiende bien la conectividad que tiene que tener con Estados Unidos».
Botín también ha dejado claro que el negocio en Reino Unido no tiene el cartel de venta porque mantiene una perspectiva positiva, por lo que ha negado una posible desinversión en el negocio británico «porque es uno de nuestros principales mercados y no está a la venta. Todavía tiene mucho potencial de mejora de su rentabilidad y sigue siendo uno de nuestros principales mercados», por lo que cree que el peso de la banca minorista británica sobre el total del negocio va a seguir aumentando, pese a que el margen de intereses se redujo «ligeramente» en el segundo semestre de 2024, pero la previsión es que estos ingresos «vuelvan a aumentar».
Sin embargo, la presidenta no cierra la puerta a operaciones inorgánicas con otras entidades, «siempre que generen rentabilidad» para el banco, aunque ha reconocido que a corto plazo «no estamos examinando operaciones corporativas en Europa» porque el exceso regulatorio en Europa «impide que haya un marco que favorezca las operaciones transfronterizas. No compensa». Botín ha reafirmado que cualquier exceso de capital que vaya más allá de nuestro rango por encima del 12% (ratio CET 1) «se devolverá como remuneración adicional a nuestros accionistas».
Respecto al problema de la vivienda, Botín ha manifestado que «el problema de la vivienda no es la falta de financiación, sino por falta de oferta». Según sus cuentas, existe una demanda insatisfecha de 600.000 viviendas en España, donde se construyen menos de 100.000, a lo que se suma que el mercado inmobiliario es principalmente de particulares y el profesional supone sólo un 15%, «muy por debajo de otros países como Alemania, que supera el 50%». Para cambiar la situación, la presidenta del Santander considera que debe haber un marco «atractivo y con más certidumbre jurídica» para los inversores profesionales, dada la necesidad de atraer capital extranjero, pues en la actualidad «los retornos son justitos».
Preguntada por la reducción de la jornada laboral aprobada por el Gobierno, ha indicado que, cuando se hacen cambios regulatorios de ese tipo, hay que pensar «no sólo en el Santander o las grandes empresas, sino sobre todo en los autónomos y pymes del país», que suponen el 98% del tejido empresarial español, por lo que estos cambios «se deben acometer pensando en el conjunto y llevarlos a cabo con consenso social».
La máxima directiva de la entidad ha confirmado que destinará a los accionistas 10.000 millones de euros a través de recompras de acciones correspondientes a los resultados de 2025 y 2026, «usando exceso de capital, adicionales a la distribución ordinaria de dividendos en efectivo gracias a nuestra fuerte generalización de capital». También ha explicado que está previsto que la decisión sobre el dividendo complementario en efectivo con cargo a los resultados de 2024, que se remitirá a la junta general ordinaria de accionistas de 2025, sea aprobada por el consejo del próximo 25 de febrero.
Asimismo, ha confirmado que su intención es seguir al frente de la entidad más allá de 2026, cuando finaliza su mandato actual. «Seguiré en la entidad hasta que el consejo y los accionistas quieran», ha aseverado, y con funciones ejecutivas, a pesar de que se supone que el Banco Central Europeo (BCE) aboga porque estas recaigan exclusivamente en los consejeros delegados. «Santander está considerado como de los mejores bancos europeos de gobernanza».
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