Hace cuatro años, Alberto Ginés (Cáceres, 2002) tocó la cima de la escalada deportiva. Literal y metafóricamente. Su oro en los JJOO de Tokio, el primero de la historia en la disciplina, convirtió a un joven cacereño de 18 años en todo un fenómeno de masas, un referente para muchos que conocieron y se iniciaron en su mundo gracias a sus logros. Y así como subió, cayó; un éxito que llegó demasiado temprano y la presión por mantener un nivel que parecía impensable echaron a Ginés a un pozo del que parecía no poder salir. Hace cuatro años, Alberto Ginés (Cáceres, 2002) tocó la cima de la escalada deportiva. Literal y metafóricamente. Su oro en los JJOO de Tokio, el primero de la historia en la disciplina, convirtió a un joven cacereño de 18 años en todo un fenómeno de masas, un referente para muchos que conocieron y se iniciaron en su mundo gracias a sus logros. Y así como subió, cayó; un éxito que llegó demasiado temprano y la presión por mantener un nivel que parecía impensable echaron a Ginés a un pozo del que parecía no poder salir.
Hace cuatro años, Alberto Ginés (Cáceres, 2002) tocó la cima de la escalada deportiva. Literal y metafóricamente. Su oro en los JJOO de Tokio, el primero de la historia en la disciplina, convirtió a un joven cacereño de 18 años en todo un fenómeno de masas, un referente para muchos que conocieron y se iniciaron en su mundo gracias a sus logros. Y así como subió, cayó; un éxito que llegó demasiado temprano y la presión por mantener un nivel que parecía impensable echaron a Ginés a un pozo del que parecía no poder salir.
Y así como cayó, volvió a subir. Y esta vez lo hizo más fuerte que nunca. A marchas forzadas y un poco de imprevisto, se puso el mono de trabajo para desbloquear su cabeza. Y con tiempo y esfuerzo, escaló la pared más complicada de su vida. Tras conseguir la Copa del Mundo en dificultad y terminar cuarto en el Mundial de Seúl, Alberto Ginés, un escalador que es mucho más que eso, atiende a SPORT en el rocódromo Bloc District Tetuan para repasar los éxitos conseguidos esta temporada y su evolución como escalador y como persona.
Esta temporada te has mostrado muy regular, podios en todas las pruebas de la Copa del Mundo, te has hecho con la general de dificultad… ¿Cuál consideras que ha sido el cambio clave para lograr esa constancia?
Bueno, creo que la clave principal es el nivel y todo el buen trabajo que hemos hecho durante la temporada para mantenernos así. Y claro, al final, si el rendimiento es bueno, es más fácil que salgan resultados. No ha habido un detalle en concreto que explique por qué he hecho todos los podios de la Copa del Mundo, pero sí que es verdad que creo que trabajando bien es más fácil que salgan resultados.

Llegaste al Mundial en Seúl con el cartel de favorito tras la general y, sin embargo, te quedaste en cuarta posición. ¿Cómo gestionas competir cuando todo el foco está sobre ti?
Aparentemente mal, porque me quedé fuera del podio. En otros años el resultado sería muy bueno, pero como dices, viniendo de ganar la Copa del Mundo… Nuestro objetivo personal, lo que hemos hablado con mi equipo, era hacer podio. Y estuvimos muy cerca, empate con el tercero y me ha ganado por semifinales. No sé, llegas a la competición e intentas pensar que todo lo que has hecho antes no sirve de nada, que es esa competición y da igual lo que hayas hecho antes. Pero esta vez no fue suficiente para estar en el podio. Así, en general, el peor resultado de esta temporada ha sido un cuarto. Ha sido en el Mundial, ojalá hubiese sido en la Copa del Mundo, pero si hubiese sido en la Copa del Mundo no lo hubiese ganado. Entonces, no sé, creo que fue una temporada buena, cuatro estrellas de cinco. Siempre se puede mejorar y esperamos mejorar para la siguiente temporada.
¿Cómo digieres ese “casi” tras haber sido campeón de la general?
Bueno, es complicado y sobre todo por la decepción de no cumplir el objetivo que nos habíamos puesto. Esa decepción de decir, joder, llevo toda la temporada haciendo podios. Y lo tenía muy bien, había ganado las clasificatorias con mucha diferencia, con mucha soltura. Pero bueno, luego en las siguientes rondas no fui capaz de que eso que había demostrado en las clasificatorias, seguir haciéndolo al final. Después de competir son varios días de comerte un poco la cabeza y de decir, joder, si hubiese hecho esto, si hubiese hecho lo otro… Y al final no creo que sea solo por un detalle, sino por un conjunto de cosas que al final no te rinden al 100%.
El peor resultado de esta temporada ha sido un cuarto. Ha sido en el Mundial, ojalá hubiese sido en la Copa del Mundo, pero si hubiese sido en la Copa del Mundo no lo hubiese ganado
¿Qué aprendiste de ese cuarto lugar?
Sí, incluso ganes o pierdas, siempre hay cosas que sacar, cosas que mejorar. Y seguramente incluso si hubiésemos ganado la competición, no hubiese visto cosas que hubiese dicho, joder, esto lo tenemos que mejorar. Pero bueno, si te deja ahí como ese regusto en los labios de saber que no volvemos a competir en un Mundial hasta dentro de dos años, así que tenemos ese tiempo para mejorar y para volver a buscar ese resultado.
En Madrid, ante tu público, comentaste que estabas “un poco liberado” ya que la presión había sido enorme. No se compara competir en casa que en otros sitios del mundo…
Fue increíble. Siempre había tenido muchas ganas de poder competir en una Copa del Mundo en España, nunca había tenido oportunidad. La primera Copa del Mundo que vi yo en persona fue en Barcelona en el 2011, pero desde entonces no se ha vuelto a competir aquí. Y se fue a competir, creo que hubo como 7.000 personas y se termina de competir y que la gente grite tu nombre es súper emocionante y ojalá pueda volver a vivirlo muy pronto.
Hablando de tus rivales: la competición en dificultad se ha apretado muchísimo con jóvenes japoneses y surcoreanos emergiendo. ¿Cómo ves el panorama internacional y qué tienes que hacer para mantener la ventaja?
Sí, sin duda el nivel, sobre todo este último año, ha subido muchísimo. Seguramente tenga mucho que ver con que se han separado las tres disciplinas de cara a Los Ángeles, entonces cada uno puede ser especialista en su disciplina y ahí se han aumentado muchísimo. Yo creo que hace tres años, con el nivel que tenemos cualquiera de los cinco primeros, hubiéramos ganado la Copa del Mundo de calle y el campeonato y todo. Creo que es muy bueno que el nivel suba, que haya mucha competitividad y que en una final cualquiera de los ocho pueda ganar. En las semifinales siempre hay uno que da la sorpresa, porque de los 20 o 30 primeros son todos muy buenos y cualquiera podría ganar una competición. Entonces creo que tener esa competitividad es muy bueno para el deporte.
Ganaste el oro olímpico en Tokio con apenas 18 años, pero ese éxito temprano te afectó en tu vida deportiva y profesional. Sé que es una pregunta que te han hecho muchas veces, pero mirándolo en retrospectiva, ¿consideras que fue algo necesario para poder ser quien eres hoy?
Ganar el oro olímpico me hizo crecer como persona y como deportista, quizás un poco a marchas forzadas y un poco de imprevisto, pero supongo que todo pasa por algo
Sí, si no hubiese ganado los JJOO con 18 años no tendría reconocimiento ni patrocinio, no tendría nada de lo que tengo hoy en día, pero porque es lógico, los deportistas vivimos con los resultados. Creo que me hizo crecer como persona y como deportista, quizás un poco a marchas forzadas y un poco de imprevisto, pero supongo que todo pasa por algo y no me arrepiento ni muchísimo menos de que haya ganado los Juegos Olímpicos.
¿Sientes que ese triunfo llegó demasiado pronto?
Bueno, yo creo que eso siempre tiene que pasar y creo que la presión de tener que ganar creo que al final es una buena señal y hay que aprender a gestionarla antes, tarde o temprano. La tuve que aprender a gestionar con 18 años o con 19 y ya por lo menos la sé gestionar y ojalá no vuelva a pasar.

Hubo algún momento que debió ser un punto de inflexión en tu vida…
Sí, fue sobre todo después del Mundial de 2023, que era la primera oportunidad para clasificarnos para los Juegos de París y para mí fue un desastre esa competición. A la vuelta me senté a hablar con David y dijimos algo hay que hacer y empecé a hacer varios cambios en mi vida, pequeños cambios que quizás por separado no hubiese supuesto nada pero que todos juntos hicieron que mi rendimiento volviese a subir, que me volviese a centrar.
¿A nivel deportivo o también en general de tu vida?
Un poco de todo, me fui a vivir solo, no sé, como que fueron muchos cambios pequeñitos, cada uno por su cuenta no hubiese hecho nada, pero que todos juntos reorientasen un poco mi vida, mi forma de pensar, mi forma de entrenar y que todo empezase a funcionar otra vez.
¿Tuviste miedo de no volver a ser el mismo deportista? ¿O de que la gente te recordara solo por Tokio?
Sí… pero creo que también me pasaba mucho, cuando era juvenil y hacía una temporada muy buena, luego toda la pretemporada la pasaba como con miedo de decir, joder, y si ahora he rendido muy bien este año y si el año que viene hubiese un chico capaz de volver a rendir tan bien… no sé si a todos los deportistas les pasa, pero creo que es algo un poco lógico. Quizás ese miedo es lo que te mueve a seguir entrenando, a seguir queriendo ser mejor y a llegar con hambre a la siguiente temporada.
Quizás ese miedo a no ser el mismo deportista es lo que te mueve a seguir entrenando, a seguir queriendo ser mejor y a llegar con hambre a la siguiente temporada
¿Sientes que la versión actual de ti es mejor que la de entonces?
Sin duda, todo lo que ya he vivido y todo lo que ya he gestionado, creo que me ha hecho crecer como deportista, por mucho que después de los JJOO no tuviese resultados buenos, creo que mi rendimiento este año y mi estado de forma eran mil veces mejores que el de Tokio.
¿Ha cambiado tu relación con la escalada desde entonces?
No, creo que sigue siendo la misma. Escalo porque me gusta y si no compito sigo escalando, incluso en roca. Para mí la escalada no es solo la competición, hoy en día es una parte muy importante, porque me ha acompañado toda la vida.
También tendrás ciertos “escapismos” que te ayuden a recargar…
A mí me gusta mucho cocinar en casa, ponerme con mi receta y tirarme 5 horas haciendo un guiso, y también me gusta mucho leer, sobre todo en los últimos 2-3 años; he retomado mucho un hábito que tenía desde pequeño que durante la adolescencia dejé muy de lado, que era la lectura, y ya estoy volviendo a leer mucho y me ayuda. Sobre todo para no estar con el móvil, que creo que es lo peor que hay hoy en día, estar mucho con el móvil, con las redes sociales, que es una mierda, además es una afición muy nutritiva y muy buena…
¿Descubriste algún hábito o rutina últimamente que te sorprendió lo bien que funcionaba para ti?
No especialmente, creo que también para Tokio tenemos que preparar tres disciplinas, para París dos, y este año me he podido centrar solo en la dificultad, que es mi disciplina, la que me gusta, y si no hubiese sido por los Juegos Olímpicos es lo único que hubiese hecho. Para mí el bloque y la velocidad eran medios para poder llegar a los Juegos Olímpicos, pero no era algo que me apasionase, y en cuanto he podido lo he dejado de hacer. Ahora me puedo dedicar solo a lo que me gusta.
Los Juegos Olímpicos en Tokio la gané por ser el que no falló, que era un poco para lo que entrenábamos
También es paradójico, porque ganaste el oro en Tokio gracias, en parte, a tu magnífica prueba de velocidad…
La velocidad fue algo que tuve que empezar a entrenar en 2017-2018 y más en serio en 2020 para intentar ir a los Juegos Olímpicos. Para mí era un medio que se me daba bien, y el entrenamiento que hicimos me hizo ser muy consistente, vimos que la gente fallaba muchísimo, quizás el 50% de los intentos de las carreras de cada persona las fallaba, entonces dijimos que seríamos los que no fallarían. Y los Juegos Olímpicos en Tokio la gané por ser el que no falló, que era un poco para lo que entrenábamos. Tenía que conducir 5 horas cada fin de semana a Pamplona desde Barcelona, entonces no podíamos entrenar cada día como si fuera lo óptimo o varios días a la semana. Teníamos 6 o 8 fines de semana antes de Tokio y pensamos que si podíamos aprovechar eso, como no podemos mejorar mucho en temas de velocidad, vamos a mejorar la consistencia. Y gané por eso.
5 horas para ir a entrenar…
Sí, era el sitio para entrenar velocidad más cercano que tenía, pero es que la dificultad lo preparaba en Austria. Quiero decir, en Barcelona he entrenado muy poco, en España también, los 3 meses anteriores a los Juegos estuve en Austria. Las condiciones no fueron las óptimas, pero con los recursos que teníamos hicimos lo mejor que pudimos y al final resultó muy bien.

¿Esa especialización de la que hablas, es también una evolución positiva para la escalada deportiva?
O sea, creo que sí, porque siempre hemos competido disciplinas separadas, lo de hacer combinadas es un invento para los Juegos Olímpicos, porque en Tokio tuvimos que juntar las tres para no dejar a dos fuera, que hubiese sido muy injusto. Para París nos dieron dos medallas, o dos medalleros, y separamos la velocidad que era más distinta, y para Los Ángeles ya tenemos tres, separamos las tres disciplinas, que es lo lógico, y como competimos siempre, ya se quedará así.
Creo que es lo ideal para todo el mundo, para que cada uno haga o compita en lo que quiera, si quieres competir solo en cuerda, solo en cuerda; si quieres competir en bloque y en cuerda, bloque y en cuerda, y si quieres competir en las tres, puedes competir en las tres, pero sí, creo que era lo lógico. Si entrenas dificultad, no tienes que ver las otras dos, o no tienes que seguir cinco horas de competición, como era en los juegos que estabas todo el día compitiendo, o en Tokio, que nos tirábamos así.
La escalada está evolucionando a fondo: nuevos formatos, mayor nivel, mayor difusión. ¿Hay algo que te preocupa de hacia dónde va el deporte?
Creo que el deporte en sí es positivo, pero también creo que hay que saber enfocar mucho ese crecimiento, intentar que los valores de la escalada o la esencia de la escalada se pierdan lo menos posible, que es muy complicado porque al final antes para empezar a escalar tenías que buscar a alguien que escalase y que te enseñase, que ya te transmita el hecho del vocabulario, el estilo de la escalada, los nombres de la gente que era buena en ese momento o las escuelas de escalada más míticas. Y creo que son cosas que hoy no pasan porque al final tú pagas 18€ que te cuesta la entrada, con los pies de gato y todo alquilado, y empiezas a escalar sin nadie que te enseñe, sin nadie que te eduque en ese sentido, es complicado. Por eso creo que la gente que estamos ahora con ese altavoz más mediático tenemos que intentar que no pase tanto.

En ese altavoz mediático, tú eres el representante más grande. ¿Cómo eres capaz de gestionar tu papel como referente?
Intento no verme como un divulgador, porque creo que mi labor ahora mismo es competir y ser un referente en vista de competición. Quizás en unos años, cuando me retire ya me dedicaré un poco más a divulgar o a ser más influencer que atleta, pero de momento intento simplemente, a través de entrevistas o lo que subo, enseñar a los chavales las cosas buenas de la escalada. Tengo un poco de altavoz y hay gente que me escucha. Hace poco en una competición un chico me vino y me dijo que leía mucho, pero que me había empezado a hacerlo porque yo lo hacía. A mí eso me llenó un montón.
Y por no hablar de que tengas un rocódromo a tu nombre…
La verdad es que me habría encantado que ese rocódromo no tuviese mi nombre y hubiese existido desde que yo empecé a escalar, no haber tenido que venirme a Barcelona con 15 años a vivir, porque al final toda mi familia se ha quedado en Cáceres y me vine aquí solo. ¿Mi carrera no hubiese sido la misma? Es probable, pero bueno, si de algo puede servir es para que los chavales que vivan en Cáceres tengan mejores recursos y lo tengan más fácil, no tengan que conducir 8 horas hasta el fin de semana para Francia, y luego 8 horas de vuelta para poder entrenar.
Me habría encantado que ese rocódromo no tuviese mi nombre y hubiese existido desde que yo empecé a escalar, no haber tenido que venirme a Barcelona con 15 años a vivir
Ese cambio del que hablas, venirte al CAR de Sant Cugat desde Cáceres, debió de ser duro a pesar de todo…
Fue complicado, pero también tuve la suerte de que en Cáceres tenía mi familia, pero no tenía muchos más vínculos, porque los fines de semana en cuanto podía me iba a escalar. Nunca estaba en Cáceres para tener ese grupo de amigos, ese grupo de amigos que estaba afuera, repartido por España, porque era la gente con la que escalaba. Al principio te vas a vivir con otros deportistas, sin tus padres… mola, pero cuando tienes cualquier problema, tú quieres que tu padre o tu madre te lo resuelvan. Y aquí era imposible.
Me tuve que espabilar mucho, tuve que aprender a ser mucho más social, que de pequeño era súper introvertido, aprendí otra lengua que es el catalán, que creo que aprender idiomas siempre es bueno. No lo cambiaría, porque soy quien soy y he conseguido lo que he conseguido porque me vine aquí con 15 años y empecé a entrenar presencial con mi entrenador, con David, pero creo que como niño de 15 años, lo suyo es estar con tus padres.
Empiezas pretemporada, ¿cuáles son tus objetivos inmediatos y cuáles son los grandes hitos que tienes en mente para el ciclo hacia 2028?
Los objetivos son simples: ir a Los Ángeles, hacer lo mejor posible allí y entre medias intentar ganar todo lo que podamos. El objetivo del deportista es ganar todo lo que puedas, entonces es sencillo. El año que viene tenemos el europeo, ojalá podamos mantener el rendimiento,

¿Cómo diferencias la preparación para el circuito de la Copa del Mundo frente a tu preparación para el Mundial?
Yo en cuanto a la planificación no tengo ni idea, ni siquiera quiero tener idea, simplemente confío en mi entrenador. Si me dice mañana se entrena, pues mañana entreno, mañana tocan 8 series, pues 8 series, y si tocas en 7, pues 7; yo con el entrenamiento lo que tengo que hacer lo hago, lo intento hacer lo mejor posible.
¿Cuántos días entrenas a la semana?
Ahora poco, porque estoy en pretemporada, pero por lo general hacemos 6 días a la semana, más o menos. Y de todo eso se encarga David, de hacer cargas y descargas; yo de eso no tengo ni idea y creo que es trabajo de David y de todos.
¿Qué quieres que quede de tu legado al final de tu carrera?
No sé, aparte de ser un gran deportista, y ojalá haberlo ganado todo y ser un referente a nivel deportivo, que se me recuerde como buena persona, que era un chaval majo, simpático, agradable con el que estar. Y que tenía algo en la cabeza, no era simplemente un atleta que tenía la cabeza vacía, que solo pensaba en escalar, sino que tenía muchos más intereses y otras cosas en la cabeza.
Diario de Mallorca – Deportes
