Aficionados del Mallorca denuncian el acoso sufrido tras el partido de la Supercopa: «A las mujeres les metían mano»

Dos socios del Mallorca que estuvieron en la vergonzosa salida del estadio por parte de la gente local, cuentan a Diario de Mallorca el acoso y la burla que sufrieron durante quince minutos hasta llegar al autobús que les condujo a sus hoteles. Dos socios del Mallorca que estuvieron en la vergonzosa salida del estadio por parte de la gente local, cuentan a Diario de Mallorca el acoso y la burla que sufrieron durante quince minutos hasta llegar al autobús que les condujo a sus hoteles.  

Dos socios del Mallorca que estuvieron en la vergonzosa salida del estadio por parte de la gente local, cuentan a Diario de Mallorca el acoso y la burla que sufrieron durante quince minutos hasta llegar al autobús que les condujo a sus hoteles.

«Las mujeres sufrieron el peor papel. Les metían mano«, asegura Miquel Llabrés (socio, nº 2665). «Fue una experiencia terrible, de lo peor que he vivido. Solo piensas en llegar al bus y partir. Atraviesas a los aficionados árabes del Real Madrid burlándose de ti, empujándote, gritándote ‘3-0, 3-0′ e intentándote quitar las bufandas. Fue súper agobiante», relata.

Todo empezó a la salida del estadio. «Se reían de ti, te grababan y te fotografiaban a una distancia de un palmo. Hubo confrontación con alguno de ellos, hasta que alguien les dijo algo y se fueron avergonzados. Fue una falta de respeto total, sin ningún tipo de seguridad, solo los típicos que van con el chaleco y te dicen dónde debes sentarte», asegura.

Joan Miquel Balaguer (socio nº 896) explica que también para él fue muy «agobiante». «Venía la gente grabándote por todas las partes a un palmo de la cara, incluso a los niños y a las niñas. También a las mujeres de los jugadores. Gritaban ‘Puta Mallorca’, escupían en el suelo… Había una falta de respeto total, aunque no teníamos una sensación de violencia física, pero de impotencia sí. No hay áreas diferentes a la salida, todo se comunica y venía gente de todos los lados», afirma.

«Fue un acoso. Yo no les vi tocar a las mujeres porque íbamos con mucha gente y solo pensábamos en quitárnoslos de la cara porque estaban a un palmo. Había momentos en que hubo gente a punto de perder los papeles. Había un padre con un niño que le estaban grabado y lo empujó porque era su hijo. Luego no podemos grabarlos a ellos sin consentimiento o según qué lugares o hacer fotos sin consentimiento, pero ellos son los primeros que lo hacen. Sabían que nos estaban molestando y les daba igual. Había alguno de buen rollo, pero la mayoría gritaban ‘Puta Mallorca, Puta Mallorca'», apunta.

«Fue una experiencia desagaradable y larga, fueron quince minutos en los que nos persiguieron más de doscientas personas hasta el autobús», finaliza Balaguer.

 Diario de Mallorca – Deportes

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