Clara Arpa: «La retirada de EEUU de la ONU ha dejado un hueco financiero significativo»

Sevilla se convirtió hace una semanas en el centro neurálgico de las finanzas globales. La Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4) reunió en la capital hispalense a líderes mundiales, gobiernos, empresas y sociedad civil para un nuevo contrato financiero mundial. Una cumbre que llega tras diez años de la histórica FFD3, que dejó como legado la Agenda de Acción de Addis Abeba, un marco que sentó las bases para movilizar recursos hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Qué balance hace de esta 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo?

Conseguir una declaración conjunta, el Compromiso de Sevilla, firmada por 192 países es algo positivo. Este consenso es especialmente relevante porque llega en un contexto internacional complejo, donde los acuerdos multilaterales no son fáciles de alcanzar. Ahora bien, no podemos obviar la ausencia de uno de los actores clave del sistema financiero internacional, Estados Unidos.

¿Cómo ha afectado la retirada de EEUU de la ONU?

EEUU. representaba cerca del 40% de la ayuda oficial al desarrollo, financiando programas clave a través de USAID. Su retirada ha dejado un hueco financiero significativo, con recortes que afectaron a millones de personas y al funcionamiento de miles de proyectos de cooperación. La ONU se ha visto obligada en 2025 a reducir sus programas humanitarios de 44.000 millones de dólares a 29.000, lo que implica menos personas atendidas (se estima pasar de 180 millones a 114).

¿Cuál considera que ha sido el principal avance o hito alcanzado en esta edición?

El lanzamiento de la Plataforma de Acción de Sevilla que convierte el acuerdo político en acción efectiva e integra a gobiernos, bancos de desarrollo, sector privado y sociedad civil. Se presentaron más de 130 iniciativas concretas, financiadas y con cronogramas claros, para hacer realidad el Compromiso. Entre ellas destacan los mecanismos innovadores de canjes de deuda por desarrollo, las cláusulas de pausa en el servicio de deuda durante crisis, la creación de un registro global de deuda y un centro de intercambio de experiencias. Han sido estas iniciativas las que han convertido a la Cumbre de Sevilla en un punto de inflexión práctico para la financiación del desarrollo sostenible. Otro de los avances ha sido reforzar un nuevo marco financiero internacional con la incorporación de impuestos solidarios (como cargas a vuelos de clase premium o jets privados) y el refuerzo de los bancos multilaterales, así como el compromiso de triplicar su capacidad de préstamo.

¿Qué papel ha jugado España, y particularmente el sector privado español, en este encuentro internacional?

España ha tenido un papel protagonista en esta cumbre, no solo como país anfitrión, sino como impulsora de propuestas para transformar la financiación del desarrollo. Entre ellas está el anuncio del aumento progresivo de la ayuda oficial al desarrollo hasta alcanzar el 0,7% del PIB en 2030, la creación de un Centro Internacional de Canjes de Deuda por Desarrollo junto con el Banco Mundial, o la propuesta de una reforma fiscal global, en colaboración con Brasil. En cuanto al sector privado, el Foro Internacional de Negocios fue un espacio clave para visibilizar el compromiso empresarial. En él, se presentaron proyectos de inversión de impacto por valor de 10.000 millones de dólares, una señal clara de que existe voluntad por parte del sector privado para involucrarse de manera real en esta agenda.

Uno de los principales retos es cerrar la brecha de financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Cuáles son los obstáculos más urgentes y cómo superarlos?

Llevamos décadas sin tener resultados satisfactorios. La ineficiencia en general, la falta de productividad, estructuras multilaterales obsoletas, requisitos burocráticos interminables, falta de transparencia y la gestión de la deuda serían los más acuciantes. Desde un punto de vista general, hay pendiente una renovación profunda de la arquitectura financiera internacional, que está dominada por instituciones creadas en el siglo XX (como el FMI o el Banco Mundial), y que actualmente no reflejan el poder económico actual ni las necesidades del Sur Global.

Desde el Pacto Mundial, ¿cómo se está trabajando para alinear al sector empresarial con los mecanismos de financiación sostenible?

Impulsamos una visión ambiciosa y transformadora, articulada a través del Sustainable Finance Strategy & Roadmap, una hoja de ruta desarrollada a petición del secretario general de Naciones Unidas, por Pacto Mundial. Este documento identifica las grandes transiciones necesarias para acelerar el desarrollo de la implementación de los ODS y propone medidas concretas para movilizar capital privado hacia sectores con alto impacto social, ambiental y económico.

¿Están las empresas asumiendo su rol en la transformación del modelo económico hacia uno más inclusivo y sostenible?

Si, pero aún queda trabajo por hacer para escalar soluciones y para manejar datos más robustos. Si nos fijamos en datos de empresas españolas y cómo contribuyen a transformar el modelo económico, podemos ver que el 76 % ha adoptado medidas de eficiencia energética y el 85 % ha puesto en marcha estrategias para reducir residuos y mitigar el cambio climático.

Ahora bien, también es cierto que aún queda camino por recorrer. Vemos voluntad, pero necesitamos seguir mejorando en dos aspectos clave: por un lado, traducir esos compromisos en acciones más concretas y transformadoras, y por otro, reforzar la medición del impacto. Un buen ejemplo es el ámbito de la igualdad de género, donde el 83 % de las empresas tiene compromisos, pero solo el 37 % ha definido objetivos claros y realiza seguimiento de sus progresos.

La sostenibilidad no puede ser una declaración de intenciones, sino una hoja de ruta integral que atraviese toda la cadena de valor y promueva un impacto transformador real. Para ello, desde el Pacto Mundial de la ONU España acompañamos a las empresas ofreciendo orientación, herramientas y espacios de colaboración para que ese compromiso se traduzca en resultados reales.

¿Cómo prevé que evolucione el compromiso del sector empresarial español con los ODS de aquí a 2030, especialmente en materia de financiación?

En el caso del compromiso de las empresas españolas con los ODS hasta el año pasado era favorable: el 88% de las empresas españolas dice conocer la Agenda 2030, y en el caso de las grandes empresas, prácticamente todas (el 99%) ya trabajan en ámbitos vinculados a los ODS de acuerdo con nuestra última consulta. Ahora bien, cuando hablamos de financiación sostenible, la realidad es que aún queda mucho por hacer. Solo el 14% de las empresas en España ha desarrollado una estrategia en esta materia, y aunque el porcentaje sube al 32% en las grandes, sigue siendo insuficiente si queremos cumplir con los compromisos de aquí a 2030.

El sector financiero ha sido y sigue siendo el motor que hace avanzar a las empresas en este aspecto y les exige un mayor compromiso día a día. Lo que se ha querido poner en riesgo en cierto sentido con las últimas tendencias políticas sigue en nuestro caso con la misma tenacidad que hasta ahora. De cara al futuro, el contexto actual es complejo y no permite hacer predicciones fáciles. Aun así, desde el Pacto Mundial de la ONU España seguiremos trabajando para que las finanzas sostenibles dejen de verse como algo opcional y pasar a ocupar el centro del modelo económico.

 La presidenta del Pacto Mundial de la ONU España hace balance de la cuarta Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo, celebrada en Sevilla, a la que Estados Unidos no asistió  

Sevilla se convirtió hace una semanas en el centro neurálgico de las finanzas globales. La Cuarta Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4) reunió en la capital hispalense a líderes mundiales, gobiernos, empresas y sociedad civil para un nuevo contrato financiero mundial. Una cumbre que llega tras diez años de la histórica FFD3, que dejó como legado la Agenda de Acción de Addis Abeba, un marco que sentó las bases para movilizar recursos hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

¿Qué balance hace de esta 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo?

Conseguir una declaración conjunta, el Compromiso de Sevilla, firmada por 192 países es algo positivo. Este consenso es especialmente relevante porque llega en un contexto internacional complejo, donde los acuerdos multilaterales no son fáciles de alcanzar. Ahora bien, no podemos obviar la ausencia de uno de los actores clave del sistema financiero internacional, Estados Unidos.

¿Cómo ha afectado la retirada de EEUU de la ONU?

EEUU. representaba cerca del 40% de la ayuda oficial al desarrollo, financiando programas clave a través de USAID. Su retirada ha dejado un hueco financiero significativo, con recortes que afectaron a millones de personas y al funcionamiento de miles de proyectos de cooperación. La ONU se ha visto obligada en 2025 a reducir sus programas humanitarios de 44.000 millones de dólares a 29.000, lo que implica menos personas atendidas (se estima pasar de 180 millones a 114).

¿Cuál considera que ha sido el principal avance o hito alcanzado en esta edición?

El lanzamiento de la Plataforma de Acción de Sevilla que convierte el acuerdo político en acción efectiva e integra a gobiernos, bancos de desarrollo, sector privado y sociedad civil. Se presentaron más de 130 iniciativas concretas, financiadas y con cronogramas claros, para hacer realidad el Compromiso. Entre ellas destacan los mecanismos innovadores de canjes de deuda por desarrollo, las cláusulas de pausa en el servicio de deuda durante crisis, la creación de un registro global de deuda y un centro de intercambio de experiencias. Han sido estas iniciativas las que han convertido a la Cumbre de Sevilla en un punto de inflexión práctico para la financiación del desarrollo sostenible. Otro de los avances ha sido reforzar un nuevo marco financiero internacional con la incorporación de impuestos solidarios (como cargas a vuelos de clase premium o jets privados) y el refuerzo de los bancos multilaterales, así como el compromiso de triplicar su capacidad de préstamo.

¿Qué papel ha jugado España, y particularmente el sector privado español, en este encuentro internacional?

España ha tenido un papel protagonista en esta cumbre, no solo como país anfitrión, sino como impulsora de propuestas para transformar la financiación del desarrollo. Entre ellas está el anuncio del aumento progresivo de la ayuda oficial al desarrollo hasta alcanzar el 0,7% del PIB en 2030, la creación de un Centro Internacional de Canjes de Deuda por Desarrollo junto con el Banco Mundial, o la propuesta de una reforma fiscal global, en colaboración con Brasil. En cuanto al sector privado, el Foro Internacional de Negocios fue un espacio clave para visibilizar el compromiso empresarial. En él, se presentaron proyectos de inversión de impacto por valor de 10.000 millones de dólares, una señal clara de que existe voluntad por parte del sector privado para involucrarse de manera real en esta agenda.

Uno de los principales retos es cerrar la brecha de financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Cuáles son los obstáculos más urgentes y cómo superarlos?

Llevamos décadas sin tener resultados satisfactorios. La ineficiencia en general, la falta de productividad, estructuras multilaterales obsoletas, requisitos burocráticos interminables, falta de transparencia y la gestión de la deuda serían los más acuciantes. Desde un punto de vista general, hay pendiente una renovación profunda de la arquitectura financiera internacional, que está dominada por instituciones creadas en el siglo XX (como el FMI o el Banco Mundial), y que actualmente no reflejan el poder económico actual ni las necesidades del Sur Global.

Desde el Pacto Mundial, ¿cómo se está trabajando para alinear al sector empresarial con los mecanismos de financiación sostenible?

Impulsamos una visión ambiciosa y transformadora, articulada a través del Sustainable Finance Strategy & Roadmap, una hoja de ruta desarrollada a petición del secretario general de Naciones Unidas, por Pacto Mundial. Este documento identifica las grandes transiciones necesarias para acelerar el desarrollo de la implementación de los ODS y propone medidas concretas para movilizar capital privado hacia sectores con alto impacto social, ambiental y económico.

¿Están las empresas asumiendo su rol en la transformación del modelo económico hacia uno más inclusivo y sostenible?

Si, pero aún queda trabajo por hacer para escalar soluciones y para manejar datos más robustos. Si nos fijamos en datos de empresas españolas y cómo contribuyen a transformar el modelo económico, podemos ver que el 76 % ha adoptado medidas de eficiencia energética y el 85 % ha puesto en marcha estrategias para reducir residuos y mitigar el cambio climático.

Ahora bien, también es cierto que aún queda camino por recorrer. Vemos voluntad, pero necesitamos seguir mejorando en dos aspectos clave: por un lado, traducir esos compromisos en acciones más concretas y transformadoras, y por otro, reforzar la medición del impacto. Un buen ejemplo es el ámbito de la igualdad de género, donde el 83 % de las empresas tiene compromisos, pero solo el 37 % ha definido objetivos claros y realiza seguimiento de sus progresos.

La sostenibilidad no puede ser una declaración de intenciones, sino una hoja de ruta integral que atraviese toda la cadena de valor y promueva un impacto transformador real. Para ello, desde el Pacto Mundial de la ONU España acompañamos a las empresas ofreciendo orientación, herramientas y espacios de colaboración para que ese compromiso se traduzca en resultados reales.

¿Cómo prevé que evolucione el compromiso del sector empresarial español con los ODS de aquí a 2030, especialmente en materia de financiación?

En el caso del compromiso de las empresas españolas con los ODS hasta el año pasado era favorable: el 88% de las empresas españolas dice conocer la Agenda 2030, y en el caso de las grandes empresas, prácticamente todas (el 99%) ya trabajan en ámbitos vinculados a los ODS de acuerdo con nuestra última consulta. Ahora bien, cuando hablamos de financiación sostenible, la realidad es que aún queda mucho por hacer. Solo el 14% de las empresas en España ha desarrollado una estrategia en esta materia, y aunque el porcentaje sube al 32% en las grandes, sigue siendo insuficiente si queremos cumplir con los compromisos de aquí a 2030.

El sector financiero ha sido y sigue siendo el motor que hace avanzar a las empresas en este aspecto y les exige un mayor compromiso día a día. Lo que se ha querido poner en riesgo en cierto sentido con las últimas tendencias políticas sigue en nuestro caso con la misma tenacidad que hasta ahora. De cara al futuro, el contexto actual es complejo y no permite hacer predicciones fáciles. Aun así, desde el Pacto Mundial de la ONU España seguiremos trabajando para que las finanzas sostenibles dejen de verse como algo opcional y pasar a ocupar el centro del modelo económico.

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